Para empezar a hablar de los problemas con las tarjetas de crédito es necesario definir primero, qué es un crédito. El crédito es un acuerdo entre dos partes: acreedor y deudor. Una de las partes (el acreedor) le da acceso a la otra parte (el deudor) a sus ingresos futuros.
Normalmente se cobra por el crédito; en otras palabras, si una institución financiera te otorga un adelanto de tus ingresos futuros, este adelanto tiene un costo —intereses—. Por lo tanto, el préstamo más caro es aquel que tiene la tasa de interés más alta.
Si tienes un buen historial crediticio, las instituciones consideran que el riesgo de prestarte dinero es bajo, por lo que podemos obtener una tasa de interés más baja.
El historial crediticio es el registro de nuestro comportamiento de pago, es decir, si tenemos un crédito y realizamos nuestros pagos puntualmente, tendremos un buen historial crediticio, de lo contrario será negativo.
PAGOS MÍNIMOS
Según el Banco de México, el pago mínimo es una de las formas en las que podemos devolver al banco o institución financiera la suma que nos prestó. Es la cantidad que el emisor de la tarjeta de crédito solicita al titular de ésta en cada periodo de tiempo para que una vez pagada, el financiamiento se considere al corriente. Es decir, es la cantidad mínima que el banco exige para mantener vigente nuestro crédito.
Es importante considerar que al hacer los pagos mínimos mantenemos en “orden” nuestra deuda, pero esto no impide que generemos intereses. Cuando cubrimos el pago mínimo, el resto de la deuda —cuando no está a plazos fijos— genera intereses según la tasa que maneje nuestra tarjeta de crédito. Si no cumples con el pago mínimo de intereses, estos se convierten en intereses moratorios, que en algunos casos pueden llegar a duplicarse.
Hacer un plan de acción de cómo pagaremos la deuda y considerar que realizar únicamente pagos mínimos hará que el monto a pagar se incremente.
Recurrir al pago mínimo en casos de emergencia. CONDUSEF recomienda que el pago mínimo sea una práctica excepcional para evitar la posibilidad de generar intereses moratorios.
Evaluar si la línea de crédito es la que necesitamos, y más importante, si tenemos la capacidad económica para pagar.
Convertirte en un tarjetahabiente totalero. Según datos del Banco de México únicamente el 30 por ciento de los usuarios liquidan todo su saldo en la tarjeta de crédito para evitar pagar intereses. Por eso es de suma importancia cuántos intereses generan nuestras deudas y administrarnos para evitar pagar intereses.
Considerar que siempre vamos a pagar el capital total de nuestra compra. Es evidente que entre más rápido paguemos, menos intereses va a generar.
CONSECUENCIAS REALES DE NO PAGAR LA TARJETA DE CRÉDITO
Irse al buró de crédito. Es un registro negativo que puede imposibilitarnos de adquirir cualquier otro crédito (automotriz, de vivienda, comercial o financiero). Todas las personas que han solicitado un crédito se encuentran registradas y el buró de crédito los califica según su comportamiento de pago.
La incomodidad que representa la cobranza. Primero de parte de la institución bancaria, después el caso pasa a un despacho externo que se queda con las carteras vencidas, y es ahí donde recibes oficios, documentos, pre-demandas. Hasta que llegan a embargarte.
Para salir del buró de crédito es necesario conciliar. Usualmente se formulan acuerdos con los despachos jurídicos donde se hace un compromiso de pagar en un periodo de tiempo determinado.
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