Mellisa Moraila
El papel que juegan los empresarios en el desarrollo de la actividad turística es bastante importante. Son considerados agentes de cambio porque son estos individuos o grupos los que están buscando oportunidades de desarrollo en el mercado.
Así los considera la doctora en Economía, Antonia Saéz Cala, académica de la Universidad Autónoma de Madrid, al participar como invitada del VII aniversario del Centro de Estudios sobre el Desarrollo Económico Local de la Facultad de Ciencias Económico y Sociales de la UAS.
Existen factores externos que han propiciado el desarrollo de la actividad turística: uno de ellos es el de transporte y comunicación, que ha permitido a muchos espacios crear una serie de identidades locales, sobre todo en las zonas rurales. Esta tipología, dice la investigadora, tiene actualmente un peso relativamente escaso dentro de toda la movilidad que se puede dar en un país como México, que cuenta con renombrados sitios turísticos.
La académica española señala que el turismo rural ayuda al desarrollo de la economía local de estos pequeños espacios. Precisa que se ha presentado un incremento en la demanda de las empresas locales, sobre todo en la estructura productiva de estas áreas, así como en el desarrollo integral de las mujeres; estudios han comprobado que en estas zonas pequeñas son las mujeres las que usualmente emprenden.
Al turismo como estrategia de desarrollo local lo define como un concepto que aglutina diversas visiones, es un proceso de crecimiento y de cambio estructural que afecta a una comunidad territorial.
“Es un agente de desarrollo local, porque en éste entendemos al territorio no como un espacio físico en el que se ubican las actividades económicas —el turismo en este caso—, sino como al conjunto de actores que están creando un movimiento y llaman la atención para la inversión, ya sea de carácter público o privado”, indica.
La investigadora, que tiene como línea de investigación el turismo rural, la innovación y las PyMES, sostiene que todas las comunidades cuentan con ese agente potencial para el desarrollo, pues se encuentra formado por el conjunto de recursos humanos, económicos, naturales y culturales, y que es a partir de estos planes —o estrategias— de crecimiento, que cada comunidad puede encontrar los recursos que puede explotar.
El turismo por su parte, es un fenómeno económico-social que ha tenido un rápido crecimiento, generando interés de varios sectores públicos o gubernamentales, que lo perciben como una buena alternativa para incentivar el desarrollo económico local de cualquier población.
El turismo es un medio efectivo de transferencia de riqueza e inversión, por lo tanto también puede considerarse como un mecanismo de distribución de riqueza —desde las áreas más desarrolladas hasta las zonas más pobres—, el cual se desarrolla a través de gasto público —o inversión pública— para la instalación de infraestructura, que termina convirtiéndose en destinos turísticos, expone.
La catedrática comenta que “si bien podemos considerar al turismo como un mecanismo de transferencia y distribución de la riqueza, la retención en el gasto turístico —es decir, los bienes que genera el turismo en cada región— puede variar, ya que no todos los destinos turísticos son capaces de captar los mismos montos económicos. Esto se debe a las capacidades con las que cuente cada sitio para cubrir las demandas de los visitantes, sobre todo en las necesidades más básicas: capacidad hotelera, restaurantera y de oferta en actividades recreativas”.
El turismo, concluye la entrevistada, puede ser considerado como un catalizador importante, el más efectivo a nivel local y comunitario, para crear oportunidades de crecimiento y sustentabilidad. Esto se debe a la facilidad con la que productores locales pueden vincularse —hoteles, restaurantes, bares, museos, artesanos—, ofrece oportunidades empresariales y al mismo tiempo es mucho más factible su puesta en ejecución (cuesta menos), por eso es que el gobierno debería de tomar más atención en poner estas estrategias de desarrollo en marcha, en vez de las de manufactura o producción”.
TURISMO, MOTOR ECONÓMICO
Según cifras arrojadas por el INEGI, la participación de la actividad turística en el Producto Interno Bruto (PIB) es del 8.4 por ciento, acorde a los estudios del 2012, colocándonos por encima de la media a nivel mundial que se encuentra en el 4 por ciento. Estos estudios permiten medir la importancia que este sector tiene en la economía del país.
¿QUÉ NECESITAN LOS EMPREDEDORES TURÍSTICOS?
Motivaciones
Cultura y clima empresarial.
Disponibilidad de apoyo.
Infraestructura empresarial.
Condiciones para el éxito.
¿Cuáles son los obstáculos?
Falta de recursos financieros.
Barreras administrativas.
Bajo nivel de formación empresarial.
Escasez en políticas públicas que promuevan el desarrollo de actividades económicas.
¿Quiénes pueden emprender?
El surgimiento de empresarios pequeños se sustenta en la existencia de redes personales y contexto local, es decir que es necesario un ambiente que estimule a esa persona a asumir el riesgo formar una empresa.
El desarrollo de capacidad emprendedora en el ámbito turístico contribuye a un desarrollo regional sustentable, para esto es necesario que la comunidad sea proclive al cambio.