La victimización del ‘Chapo’ Guzmán

 

chapo

Afirma su mujer que se está volviendo loco y él que hasta puede morir en prisión

 

Ante la cercanía y casi inminente extradición de Joaquín el Chapo Guzmán Loera a Estados Unidos, sus familiares y abogados han intensificado una campaña de victimización del líder del Cártel de Sinaloa, quien apenas en octubre de 2015, buscaba que su vida fuera contada en una película.

Tanto su esposa Emma Coronel Aispuro, como sus abogados, han concedido constantes entrevistas en los noticieros de mayor audiencia del país y Estados Unidos, para asegurar que el cautiverio del capo, recapturado apenas el 8 de enero en Los Mochis, ha afectado su salud física y mental, y que incluso lo está “volviendo loco”.

Como parte de la estrategia también se ha señalado insistentemente que las autoridades federales violan los derechos humanos de Guzmán Loera, por lo que han enviado escritos a la Comisión Nacional de Derechos Humanos y Comisión Interamericana de Derechos Humanos, pidiendo su intervención.

La ex reina de belleza, con quien el narcotraficante tiene dos hijas, prácticamente desde la detención de su esposo, ha señalado el deterioro de su salud.

En febrero 28, a menos de un mes de haber sido recapturado, junto con Orso Iván Gastélum Ávila, el Cholo Iván, Coronel Aispuro denunció a Proceso que su esposo estaba “muy grave”.

“Mija ya nada más estoy comiendo para no morirme, pero pues sí me siento muy mal”, aseguró que le dijo su esposo durante una visita de 20 minutos en el penal del Altiplano.

La mujer también aseguró que las condiciones de su encierro, y el hecho de que no lo dejaban dormir, le habían ocasionado una crisis nerviosa y aumento de la presión arterial.

En marzo, la versión del mal estado de salud del Chapo, también fue denunciada por sus hermanas, Armida y Bernarda.

En ese entonces dijeron que a la lista de malestares, se sumaba una posible neumonía.

Alegaban que la mala salud de su hermano, se debía a que estaba aislado del resto de los reclusos en el Altiplano, no se le permitía realizar actividades ni salir al sol, además que estaba custodiado las 24 horas por guardias de seguridad.

A la par de esas denuncias, en los tribunales, la defensa del narcotraficante interponía amparos para evitar su extradición a Estados Unidos, donde lo requieren en seis cortes federales por los delitos de delincuencia organizada, tráfico de drogas, lavado de dinero y homicidio.

En entrevista con Ciro Gómez Leyva, Coronel Aispuro negó que se tratara de una campaña para que las autoridades mejoraran las condiciones de encierro, en ese entonces en el penal del Altiplano, y posteriormente en el Cefereso de máxima seguridad número 9, de Ciudad Juárez, Chihuahua, en donde permanece desde la madrugada del 7 de mayo.

Más tarde, en junio, la joven presentó una queja  ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, por lo supuestos malos tratos que recibía su marido en la cárcel de Chihuahua,

Como parte de las pruebas de supuesta tortura, el equipo de defensa presentó un documento del Protocolo de Estámbul al que fue sometido el capo.

El Universal dio a conocer que en el peritaje médico y sicológico, realizado a finales de agosto, por el médico Julio César Ayuzo González, se determinó que “Joaquín Archivaldo Guzmán Loera presenta… signos físicos y síntomas que demuestran que fue y está siendo sometido a malos tratos durante su estancia carcelaria”.

Añade que el capo padece además “un trastorno de ansiedad generalizada y un trastorno neurocognitivo leve, así como alucinaciones auditivas, desorientación, pérdida de memoria a corto plazo y dolores de cabeza”.

El médico dijo que los trastornos estaban siendo controlados con Triazolam, y sugirió que el narcotraficante recibiera atención sicológica y siquiátrica.

A partir del 20 de octubre, cuando el Juzgado Décimo Tercero de Distrito de Amparo en Materia Penal, de la Ciudad de México, rechazó los amparos presentados por la defensa del Chapo, para evitar que sea extraditado, las acusaciones del deterioro de su salud se incrementaron.

Un día después de dicho fallo, Silvia Delgado, abogada de Guzmán Loera en Ciudad Juárez, declaró que el estado de salud mental del reo es preocupante porque “le duele el cerebro” y experimenta pérdida de memoria.

Incluso Andrés Granados, otro de sus abogados dijo que su cliente podría fallecer en diciembre próximo si continúa recibiendo “malos tratos” dentro de la prisión.

“Su estado de salud está deteriorado, él se siente mal, le están quitando el medicamento. Parece que el Gobierno federal lo quiere matar antes que extraditar”.

En otro frente, José Refugio Rodríguez, aseguró en una entrevista con el periodista Carlos Loret de Mola que el capo se “estaba volviendo loco” y que temía no llegar con vida a diciembre.

Ante el temor de que eso ocurra, dijo que buscarían una audiencia con el Presidente Enrique Peña Nieto para que se respeten sus derechos como recluso y que llevarían la defensa legal ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al considerar que se están violando convenciones internacionales firmadas por México.

Renato Sales, comisionado nacional de Seguridad, negó las acusaciones.

“El Chapo Guzmán no está sujeto a tortura ni a ningún trato degradante o inhumano”, sino a una medida de vigilancia especial contemplada en la propia ley.

Afirmó que tampoco se le han impedido visitas de familiares y que ha recibido 35 visitas conyugales, además se ha reunido con sus hijas, hermanas y abogados, y que están abiertos a una revisión de la CNDH.

“Su salud es buena, tiene una presión (arterial) de 120 sobre 80 y 130 sobre 90. Tiene salida al patio permanente, no se encuentra segregado”, pero no convive con otros reos.

Contrario a las versiones de los abogados y familiares, señaló que el Chapo no tiene problemas de salud graves ni está enfermo.

Para contrarrestar dichas declaraciones, el jueves Coronel Aispuro acudió personalmente a Washington a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, debido a que su esposo teme por su vida y no sabe si llegará a diciembre.

“Está enfermo de los nervios, de depresión”, aseguró, “está muy mal debido a todos los derechos que le están violando”.

Su abogada, Cynthia Castillo, también abogada del líder del Cártel de Sinaloa, reiteró que sí se violan todos los derechos humanos de su cliente.

Las solicitudes para pedir la intervención de la CIDH han sido constante, y comenzaron desde mayo, cuando la defensa del delincuente presentó una petición de medidas cautelares por su “salud, vida e integridad personal”.

En junio, visitaron nuevamente ante el organismo internacional para solicitarle que analice su caso por debido proceso, al considerar que no se están respetando sus garantías procesales. En esa ocasión también viajó Coronel hasta Washington.

El jueves, Coronel Aispuro acudió nuevamente al organismo, y entregó los informes médicos.

En Washington, periodistas le cuestionaron que si dicha estrategia buscaba frenar la extradición de su esposo a ese país.

“Nada que ver con la extradición ni nada, todo es en base a su salud”, aseveró. Se trata, insistió, de que “paren la tortura psicológica que se le está haciendo, nada más”.

La joven, que tiene nacionalidad estadounidense, dijo que todavía no ha decidido qué hará si, pese a todos los intentos, su marido acaba extraditado a Estados Unidos, algo que, si no logran frenar sus abogados, podría suceder a comienzos del año que viene.

“No tengo idea porque no hemos hablado de esa situación, no he pensado en eso… Serían cosas que se van viendo con el tiempo, para mí no tienen urgencia ahorita, ni mucha importancia”.

Mientras la noticia de la salud del Chapo y su extradición ocupaba las primeras planas de los medios, el 14 de octubre, Orso Iván Gastélum Ávila, brazo derecho del Chapo, obtuvo un auto de libertad por las acusaciones en su contra por homicidio en grado de tentativa, delincuencia organizada en su modalidad de acopio de armas, acopio de armas y posesión de cartuchos.

El veredicto fue apelado por el Ministerio Público de la Federación, adscrito a la Delegación de la Procuraduría General de la República en Sinaloa, y de acuerdo con lo dispuesto por la Procuraduría General de la República permitió que el delincuente permaneciera en reclusión.

Carlos Loret de Mola escribió en una columna que el jefe de seguridad de el Chapo había incluso salido caminando del penal de Ciudad Juárez, pero gracias a que el Ejército se percató del hecho, se lo impidió.

Pero la PGR desmintió dicha versión y aclaró que el Cholo Iván está preso en el penal del Altiplano.

“Jurídicamente no procedía que pudiera haber salido del penal en el que se encuentra recluido, en tanto que hay contra él diversos procesos y una condena pendientes”, argumentó la PGR.

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