Semana negra para Morena en el Congreso de la Unión

muñoz ledo
PORFIRIO MUÑOZ LEDO.

Simpatizantes y sociedad civil cuestionan actos de legisladores que ponen en duda la ‘Cuarta Transformación’

Los desplantes de autoritarismo que exhibió el líder de la Cámara de Diputados, el ex priista Porfirio Muñoz Ledo y el exacerbado protagonismo del diputado petista Gerardo Fernández Noroña, abrieron, junto con el salto arribista de los diputados “ecologistas” al barco de Morena, un primer periodo de sesiones muy convulsionado en el Recinto de San Lázaro, que obligó al presidente electo Andrés Manuel López Obrador a prohibirles nuevos zafarranchos.

Las acaloradas discusiones donde abundaron los gritos y acusaciones mutuas que sin filtro llegaban a los seguidores de esta primera sesión ordinaria, ocurrida el martes pasado en la Cámara de Diputados, alarmó a López Obrador por las acusaciones que Fernández Noroña hiciera a Muñoz Ledo y Martí Batres tras asistir al supuesto Sexto Informe de Gobierno, donde el presidente Enrique Peña Nieto invitó a un selecto grupo de amigos, empresarios, políticos y a su familia.

Y es que la semana que concluyó reflejó uno de los primeros tropiezos en el proceso para instaurar la llamada Cuarta Transformación, pues el Congreso de la Unión liderado por senadores y diputados morenistas se vio envuelto en serios cuestionamientos tras las críticas lanzadas por la sociedad civil, que mostró su indignación frente a la aprobación de licencia del hoy Gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello.

Los comentarios vertidos por columnistas de medios impresos y blogueros de las redes sociales le restregaron a López Obrador supuestas alianzas por debajo de la mesa que hicieron con el PRI y sus aliados (PVEM), donde evidenciaron una red de relaciones políticas que tiempo atrás se tejieron y ahora se concretan en el Senado con la aprobada licencia de Velasco Coello para separarse del cargo como Senador y seguir controlando el estado de Chiapas, del cual dijeron sigue siendo una “finca” propiedad de los caciques políticos del PRI.

De inmediato, el mismo martes se evidenció el comportamiento de Ricardo Monreal, líder de los senadores de Morena en la Cámara Alta y del senador Martí Batres Guadarrama, presidente de la Mesa Directiva, por los conciliábulos abiertamente pactados con todas las bancadas aliadas al debilitado PRI.

GERARDO FERNÁNDEZ NOROÑA.

A pesar de los argumentos expuestos en el Pleno, la avalancha de críticas se dejaron venir contra el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, a quien consideraron el principal protagonista en este primer desliz donde se sacrificó al pueblo de Chiapas para ganar cinco diputaciones del Partido Verde que paralelamente se sumaban a la bancada de Morena en la Cámara Baja, donde el diputado petista Gerardo Fernández Noroña y el presidente de la Mesa Directiva, Porfirio Muñoz Ledo, protagonizaban en vivo una de las pocas confrontaciones entre dos personajes de la llamada izquierda mexicana.

El incidente hizo intervenir al presidente López Obrador, quien de inmediato pidió reunirse con los legisladores a los que llamó la atención y les prohibió seguir armando esos sainetes públicos y comportarse como gobierno, obligándoles a firmar un pacto de reconciliación.

El viernes pasado en conferencia de prensa, los diputados de Morena y el PT detallaron que López Obrador les pidió a ambos asumirse como partidos en el gobierno y dejar de lado sus diferencias.

“Nos dijo que ya habíamos ganado. No nos regañó. Habló en serio y recalcó: somos poder no oposición, tuvimos que luchar muchas veces desde abajo, ahora ya es diferente”, narró Muñoz Ledo. En cambio, Fernández Noroña, con una soberbia discreta mencionó que es rebelde y morirá rebelde.

El canal del Congreso transmitió en vivo la trifulca entre ambos legisladores, donde hubo acusaciones serias contra Muñoz Ledo. Pero la reunión se salió de control cuando el legislador Santiago González Soto, del Partido del Trabajo (PT), preguntó desde su curul a Muñoz Ledo en calidad de qué había acudió al “informe de gobierno” de Enrique Peña Nieto.

El legislador de Morena le responde: “Lo hice en calidad de diputado, de presidente de la Cámara de Diputados, y este tema lo vamos a tocar más tarde”.

Mientras, desde su curul donde a veces gritaba, se levantaba y subía a la tribuna, se observaba a un Fernández Noroña marcadamente molesto exigiendo la palabra y acusando a Muñoz Ledo de faltarle el respeto.

Muñoz Ledo respondía y lo exhibía con cierto autoritarismo: “No le falto al respeto. Usted nos faltó ayer al respeto y tuvo agresión física”.

El diputado federal no fue invitado al acto donde se reunió la clase política, la cúpula empresarial del país, académicos, embajadores, representantes de organismos internacionales, así como miembros de la comunidad científica y hasta actores como Ignacio López Tarso, quienes escucharon la lista de cifras, acciones, justificaciones y la retórica del presidente saliente.

El ex perredista Fernández Noroña intentaba restregarle su presencia en el Sexto Informe argumentando que eso contravenía los principios de una izquierda que intenta hacer la diferencia con esa vieja clase política a la que los líderes del Movimiento de Regeneración Nacional habían asistido como una vil comparsa.

Artículo publicado el 9 de septiembre de 2018 en la edición 815 del semanario Ríodoce

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