‘El bato del sombrero Panamá’, poemario a Javier Valdez

Presenta Antonio Valenzuela poemario a Javier Valdez Cárdenas

Impreso en la colonia Antonio Rosales, en las mismas entrañas que vieron nacer a Javier Valdez Cárdenas, el poemario Javier, el bato del sombrero Panamá, es un compendio de letras de rabia y de pasar saliva, escritas como homenaje a la memoria del fundador del semanario Ríodoce.

Y para su autor, Antonio Valenzuela Mízquez, las justificaciones del porqué de la publicación sobran. La de mayor peso, sin duda, el afán de retratar ese mundo que Javier quería sanar de impunidad y apatía, la necesidad de preguntar “qué estabas haciendo tú con tanta muerte”.

La edición fue hecha con recursos del propio autor, quien explicó que la va a regalar en un afán de rendir homenaje a la obra de entrega, de pasión y de auténtico periodismo que representa Javier Valdez, ya que según Mízquez, la obra del autor de Malayerba es un parteaguas dentro de la crónica periodística, cuya pérdida va más allá de la ausencia de sus letras.

“Pierde Sinaloa (con el asesinato de Javier) un estado verdadero de justicia que se necesita. La muerte de Javier, la impunidad que se sigue haciendo presente hasta estos días con la muerte de Javier, es precisamente uno de los atrasos y los momentos más oscuros que en la justicia, y no solamente se está viviendo en Sinaloa, sino en todo el país”, explica el autor.

“Se ocupan pues esos cambios, que la persona que tenga aspiraciones a ocupar puestos públicos de elección popular o de administración públicas, sean gente con una visión nueva de lo que debe de ser la justicia y de que el estado debe ser reparado, el estado mexicano debe ser reparado porque estamos viviendo en esa gran injusticia, en esta gran impunidad. La muerte de Javier nos está enseñando toda esa situación perversa y de maldad que estamos viviendo ante la criminalidad desatada que se vive en México”, añadió.

‘De impunidades, bato, están llenas las calles y panteones’

Mízquez insiste. La obra es por Javier y por todos los periodistas caídos en el apostado de la información; por la ciudad y sus citadinos que sobreviven a la impertérrita acechanza de los malos del crimen, que ahora se solazan con la impunidad permitida de la que están llenas las calles y panteones.

Sin embargo, esos mismos victimarios son a la vez víctimas. Son víctimas de un estado fallido. La Malayerba de Javier lo sustenta. Y lo constata, explica Mízquez, con sus crónicas de infiernos reales y creíbles, y por ello, el homicidio del periodista no es más que el sinónimo de un estado fallido.

“Desde luego que sí, es un estado fallido el que hemos estado viviendo y entonces toda esa gente que él trató en sus crónicas son las víctimas en este país, que a través de una narrativa periodística, dolorosa, angustiante, nos hacía llegar a leerlo, entenderlo y saber que México está en un momento muy circunstancial que necesita un verdadero cambio con otras gentes que tengan un horizonte, una perspectiva, de un verdadero estadista”.

La presentación de la obra de Antonio Valenzuela Mízquez se llevó a cabo en el Casino Culiacán este viernes 16 de febrero y contó con comentarios del sociólogo Miguel Ángel Carvajal y del lingüista Everardo Mendoza, fungiendo como moderador el poeta Rubén Rivera, en donde se proyectaron imágenes de Javier y de fondo la guitarra del maestro Nájar.

El volumen consta de 14 poemas en torno al asesinato del periodista, quien además fuera su alumno en la preparatoria Salvador Allende de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) y después su amigo. Porque así era Javier, él tenía amigos en todos lados, de eso no hay duda.

“A Javier lo conocí siendo mi alumno en la preparatoria Salvador Allende. Lo conocí y Javier tenía acercamiento conmigo porque en ese entonces ya me publicaban en distintos periódicos de aquí de la localidad, entonces Javier me preguntaba cómo hacer una buena narrativa y yo le decía que los grandes escritores contemporáneos universales como (Ernest) Hemingway, John Dos Passos, por citar algunos, habían salido del periodismo y que habían creado una nueva narrativa periodística precisamente siendo periodistas y tu camino es por ahí, es por el periodismo, para que tú puedas lograr una buena narrativa, una narrativa diferente a la usual y común que se está haciendo. Entonces yo creo que Javier logró crear una narrativa nueva”.

En la obra con tiraje de mil ejemplares aparecen poemas que rinden homenaje a reportajes que describieron la labor de Javier. Uno de los poemas lleva como título El milagro de la engranda en la herida rosa, encarnada yace sin estallar y rinde tributo al libro Con una granada en la boca.

El libro cuenta con reportajes que tratan del dolor de una mujer con una granada en la boca, del hermano perdido en el vicio de la droga o de la humillación a las víctimas por parte de sicarios o militares. Todas víctimas

Y Mízquez regresa al pasado. Busca en sus recuerdos al bato del sombrero Panamá. Y es ahora que es tiempo de rendir honor al amigo. “Él entregó su vida por ese periodismo, por ese ideal de hacer un periodismo objetivo y veraz que es tan escaso en estos momentos. Cuando se necesita que el periodismo oriente a la sociedad ante las circunstancias difíciles que estamos viviendo de violencia, de impunidad, de corrupción y del crimen que anda completamente desatado en este país”.

Artículo publicado el 18 de febrero de 2018 en la edición 786 del semanario Ríodoce.

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