Laguna de oxidación pase a control privado
El gobierno de Ahome cedió el aprovechamiento de las aguas residuales durante los siguientes 25 años a una empresa extranjera que pretende elaborar metanol, un químico que se exportará, pero sin producir utilidad financiera al municipio.
Por el contrario, la empresa Mexinol pagará el agua reconstruyendo las instalaciones para su usufructo.
El acuerdo fue considerado benéfico para las partes.
Bernardo Cárdenas Soto, gerente general de la Junta de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Ahome (Japama), no mencionó la cantidad del préstamo para la obra, mientras que Rommel Gallo, CEO de Transition Industries LCC, que realizará el proyecto Mexinol, mencionó que la inversión será de “varios millones de dólares” e incluirá un estudio por un externo que permita conocer lo que se va a realizar para mejorar las aguas residuales.
El préstamo se amortizará a 25 años sin intereses con la entrega de 400 litros por segundo de agua residual sin topar el 20 ciento de los ingresos.
En la justificación del contrato, Cárdenas Soto expuso que la planta de oxidación de aguas residuales está deteriorada al 50 por ciento y solo procesa la mitad de las captaciones, produciendo descargas tratadas de 650 litros por segundo de 1 mil 300 metros cúbicos de capacidad.
La Japama determinó ineficiencias por las aguas residuales y los gases que producen en cárcamo de bombeo, lagunas de oxidación y estabilización, drenador, grúas, bombas, pailerías y sistemas eléctricos, oficinas y cerca perimetral, reduciendo su vida útil a sólo siete de los 30 años proyectados, además de que desde marzo de 2022 se publicó una norma oficial mexicana sanitaria que eleva los estándares de tratamiento, que no podrán cumplirse.
Pese a ello, opinó que con el contrato ganan todos, desglosando que Japama renovará su infraestructura y podrá cumplir con normas mexicanas e internacionales, porque Mexinol utiliza agua residual en sus procesos, por lo que Ahome contará con industria verde que facilitará el flujo en la red de alcantarillado sanitario, evitando que se viertan contaminantes a la bahía de Ohuira.
El acuerdo tiene sentidos financieros y de negocios, concluyó.
Rommel Gallo, representante Pacífico Norte de Mexinol, dijo que el proyecto de 2 mil 200 millones de dólares y que producirá más de 3 mil empleos, entre calificados y no calificados, será financiado por cooperación internacional del Banco Mundial, y será ejemplo mundial de sostenibilidad ecológica y comunitaria al no tener emisiones de gases de efecto invernadero ni descargará agua a la bahía de Ohuira para producir 2.1 millones de toneladas de metanol, de las cuales 300 mil serán verdes y 1.8 millones de toneladas serán azules.
“Cuando inicie operaciones, Mexinol será la planta verde y azul más grande del mundo”, presumió, “en donde se permitirá reciclar más de 12 millones de toneladas de aguas residuales anuales”.
Gallo reconoció que, de momento, Mexinol tiene dos manifestaciones de Impacto ambiental condicionadas a la aprobación por consulta indígena, la cual pudiera realizarse en el verano de este año por el gobierno de México.
Dijo que están en análisis de algunas obras sociales, pero también la generación de empleo, que será el máximo logro comunitario.
Reveló que cinco años atrás tuvieron encuentros en las comunidades indígenas antes de desarrollar el proyecto y quedó clara la importancia de la bahía de Ohuira y se resolvió no tocarla, buscando el desarrollo de la solución técnica con Japama para la compra de agua residual, lo que se inició modificando la ley.
Uyi Idahosa, representante de IFC International Finance Corporation grupo Banco Mundial, brazo financiero del sector privado, dijo que el proyecto contribuirá a la descarbonización de la industria.
Y este estará obligado a cumplir estándares altos en temas ambientales, sociales y de gobernanza, en los que se exige que todos los pueblos indígenas tengan atención.
La planta de metanol se ubica en los linderos del campo pesquero Paredones, fuera del cuerpo de agua, a unos 10 kilómetros de Topolobampo y a cuatro kilómetros de un núcleo poblacional. Según los proyectistas, no tiene riesgos para las personas y será prácticamente de la política del buen vecino.
Artículo publicado el 28 de abril de 2024 en la edición 1109 del semanario Ríodoce.
