El papa Francisco presidió el domingo la misa de Pascua, en medio de una renovada preocupación por su salud a los 87 años; donde hizo un llamado a un alto al fuego en Gaza, y un intercambio de prisioneros entre Rusia y Ucrania.
En su tradicional mensaje de Pascua, pronunciado ante unas 30 mil personas reunidas en la Plaza de San Pedro, donde abordó los conflictos en Europa y Medio Oriente, condenando la guerra como un “absurdo”.
El Pontífice se retiró de sus servicios del Viernes Santo para “preservar su salud” para el resto de las celebraciones del fin de semana, según el Vaticano.
El papa había estado dirigiendo las liturgias de Semana Santa y el sábado presidió la Vigilia Pascual en la Basílica de San Pedro.
“La paz no se construye nunca con las armas, sino tendiendo la mano y abriendo el corazón”, dijo desde la logia que da a la plaza.
“Pido respeto a los principios del derecho internacional, expreso mi esperanza de un intercambio general de todos los prisioneros entre Rusia y Ucrania, ¡por el bien de todos!”, dijo.