Los pensamientos y los deseos son muy parecidos todos los años: hombres y mujeres esperan milagros relacionados con el amor, el dinero y la salud.
Dentro de la salud la petición más frecuente es el control de peso, desprenderse de los kilos que configuran el diagnostico de sobrepeso, o de plano ya no estar en el grupo de obesos.
El año nuevo representa oportunidad de volver a empezar, de someterse a un régimen alimenticio y hacer ejercicio físico de tal manera que la grasa corporal disminuya hasta los límites fisiológicamente sanos.
Dieta hipercalórica y vida sedentaria, son factores desencadenantes o predisponentes del sobrepeso y la obesidad. Intentos y fracasos son la constante de una obesidad o un sobrepeso que no quiere ceder, de un cerebro cuya adicción a la comida supera la voluntad y la razón, eventualmente, de un cuerpo víctima de un desequilibrio hormonal o una mente trastocada por una depresión o ansiedad.
La culpa es producto de la conciencia, sin embargo, la conciencia es aplastada por las ganas de comer. Poco a poco o en forma de atracones, la cantidad calórica se acumula, el placer se satisface y la grasa se acumula como una deuda de salud.
Las fotografías no mienten, y la báscula tampoco. Esos tiempos donde el peso ideal se mantenía como por obra de magia ya pasaron, hoy la grasa vieja sigue reinando debajo de la piel y dentro de algunos órganos importantes como el hígado.
La grasa llegó poco a poco y poco a poco se puede ir, solo basta una voluntad férrea y un esquema de alimentación y ejercicio adecuado.
El año nuevo es una página más donde se va a escribir la nueva historia, la historia de siempre o aquella que se mida en kilos de menos, en salud integral para la persona y su familia.
Recordemos que un obeso llega a ser el centro de las preocupaciones familiares. Cambiar la obsesión puede ser un método que funcione, es decir, si la obsesión es por comer, ahora la obsesión puede ser por hacer ejercicio o por medir las calorías como lo hacen los anoréxicos que también se obsesionan por mantenerse alejados de la grasa corporal.
Un ejercicio metódico, persistente, acorde a la edad y sexo de la persona, representa un buen principio y un buen final, puede ser el regalo de navidad en aquellas personas obesas o con sobrepeso, y si el regalo va a acompañado de la educación o el asesoramiento nutricional, el pronóstico es mejor.
Racionalizar, intelectualizar o justificar la grasa acumulada en el cuerpo, solo hace más difícil el camino a la salud, la salud mental es lo primero, dejar el autoengaño por un lado y hacerse responsable de la propia vida y sus consecuencias es buen principio, después, poner manos a la obra con un plato de conciencia por un lado del plato de alimentos.
Artículo publicado el 24 de diciembre de 2023 en la edición 1091 del semanario Ríodoce.
