Luego del ataque con arma blanca a cinco personas en Dublín, Irlanda, se registró una manifestación de grupos antiinmigración en los alrededores de la escena del incidente.
La concentración generó ataques con botellas, fuegos artificiales y otros artefactos, hasta extenderse a otras partes de la ciudad donde multitud de jóvenes comenzaron a quemar coches de policía, autobuses y tranvías.
Y es que esta tarde, al menos cinco personas, entre ellas tres niños, resultaron heridas por un supuesto ataque con arma blanca en la zona de Parnell Square, centro de Dublín por un hombre que los apuñaló.
La Policía irlandesa (Grada) no contemplan que se trate de un ataque terrorista, pero informó que aún investiga el “incidente grave”.
La turba, distribuida por diferentes calles, saqueó varias tiendas del centro y llegó a forzar su entrada en un gran centro comercial.
En las escenas también se observan ataques de grupos de jóvenes contra agentes de policía que se encontraban aislados por la confusión de los disturbios, calificados por la clase política y autoridades como los peores jamás vistos en este país.
Las protestas provocaron el cierre de varias calles, donde la policía parecía que había retomado el control, y los servicios públicos de autobús, ferrocarril y tranvía han suspendido algunas rutas.
El presidente irlandés, Michael D. Higgins, expresó su preocupación por las víctimas del “horroroso” apuñalamiento múltiple, al tiempo que elogió la actuación policial durante los disturbios.