La Secretaría de Salud informó que en lo que va de 2023 se han atendido 90 casos por intoxicación y se tienen registros de tres defunciones por este opioide

El 2 de noviembre Julián N se intoxicó con fentanilo y murió un día después del Día de Muertos en el Hospital Pediátrico de Sinaloa.

El bebé, de un año de edad, es uno de los tres fallecidos en lo que va del año, de los 90 casos de intoxicación por esta droga sintética en Sinaloa, según datos de la Secretaría de Salud.

De acuerdo con el documento “Fentanilo como una nueva crisis de salud pública”, publicado por la Secretaría de Salud federal en la semana 13, del 26 de marzo al 1 de abril de 2023, la potencia de esta droga es 50 veces mayor que la heroína y 100 veces más que la morfina.

El estudio da a conocer las rutas de fabricación y distribución en México, las cuales son Baja California, Sonora, Ciudad de México, Sinaloa y Baja California Sur, donde se concentró el 88.95 por ciento de las incautaciones de fentanilo de enero de 2017 a agosto de 2019.

Ante la falta de datos suficientes, y el ser una de las principales rutas de tráfico del fentanilo, se anota, el número de muertes en México “posiblemente las cifras sean similares a la de Estados Unidos”.

Julián, víctima del fentanilo

En los últimos minutos del 2 de noviembre, Julián N fue llevado por sus familiares al Hospital Civil de Culiacán en estado crítico de salud. De ahí fue trasladado al Hospital Pediátrico de Sinaloa, donde murió la madrugada del 3 de noviembre.

“La causa que tuvo el paciente por la defunción fue una hemorragia masiva, pero el resultado sí salió positivo para fentanilo”, informó Mijail Suárez Arredondo, director del HPS.

Roberto Cerna Valencia, anestesiólogo del Hospital Civil de Culiacán, comentó que cada vez es más frecuente observar que llegan pacientes intoxicados por fentanilo a esa institución médica, donde han atendido 20 casos en lo que va del año.

“Sí estamos observando un aumento de casos de intoxicación por fentanilo… Ahora se está poniendo de moda como droga aquí en México, sobre todo en estados del norte y fronterizos”, señaló.

En este caso específico, opinó, lo más probable es que el bebé haya tenido contacto con gente que estaba manipulando este compuesto.

“Lo más seguro es que haya sido contacto”, agregó, “simplemente si está en polvo, el hecho de inhalarlo puede causar efectos adversos”.

Sin coordinación

Manuel Velázquez Ceballos, director del Centro de Integración Juvenil (CIJ), dijo que en tres años solo han tenido registro de 18 casos de intoxicación por fentanilo en Sinaloa, porque el consumidor cae en una crisis y es atendido en las áreas de urgencias de los hospitales.

“No vienen con nosotros porque no tenemos el servicio de atención hospitalaria en este centro. Sí llegan al Hospital Civil, sí llegan al Hospital Regional, sí llegan a diferentes instancias, privadas o públicas, que atienden un cuadro de abstinencia mayor o de consumo por alguna sustancia”, explicó.

La enfermedad de las adicciones en Sinaloa, sostuvo, se trata de manera aislada entre las instituciones de salud y de tratamiento, porque la Comisión Estatal de Prevención, Tratamiento y Control de las Adicciones ((Ceptca) no escucha a los órganos que están atendiendo las adicciones.

Si hubiera una suma de voluntades, opinó, los consumidores de cualquier droga ganarían en atención más humanitaria.

“No tenerlos solamente como una estadística en donde podamos estar pronunciándonos en que aumenta el consumo y que cada vez hay más consumidores y que los consumidores son delincuentes, como que esa parte está muy trillada. Pero en la parte humana no hay mucho que decir…” subrayó.

Sinaloa, ilustró, se ubica en el cuarto lugar a nivel nacional en consumo de metanfetaminas, seguido de la mariguana y cocaína.

“Creo que lo que hace falta en el estado es que las autoridades, en este caso está el Consejo contra las Adicciones, el Ceptca en el caso de Sinaloa, no convoca a todos los que atendemos el tema de las adicciones”, reiteró.

Instituciones como el Hospital Civil de Culiacán, añadió, el Hospital General, la Cruz Roja y hasta las policías, tienen su propia información sobre esta enfermedad.

“(Hay que) tomar el toro por los cuernos y tener una misma información… Lo ideal es que si el Hospital Civil, el Hospital General o Cruz Roja u otra dependencia, lo sacó de esa crisis, nos los canalizaran a tratamiento”, puntualizó.

En Jalisco, ejemplificó, si una persona consumidora de alguna droga llega a una institución de salud, en una reunión de consejo se busca cómo brindarle atención de manera integral.

“No se trata de ‘yo lo aviento para allá, tú para allá, tú para acá…’ Creo que esa es la parte que nos falta como estado”, manifestó.

En Sinaloa, continuó, no se cuenta con unidades de hospitalización para mujeres y menores, nada más para hombres mayores de 16 años, por lo que los casos de menores de esa edad son remitidos a la unidad de hospitalización de Ciudad Guzmán, Jalisco.

“Todo mundo habla de mujeres, pero las tenemos abandonadas en el tema de las adicciones… El Centro le ha ofrecido al gobierno terreno, la plantilla y el pago de la nómina de los trabajadores para poder tener la unidad de hospitalización, pero no se ha dado la voluntad política para poder contar con una unidad de hospitalización”, aseguró.

La ruta del fentanilo

El documento “Fentanilo como una nueva crisis de salud pública” identifica cinco rutas de tráfico de fentanilo para su ingreso a Estados Unidos: China-Alaska-Estados Unidos, China-Canadá-Estados Unidos, China-Estados Unidos, China-México-Estados Unidos y la India-México-Estados Unidos.

Y las rutas de fabricación y distribución en México: las dos Baja California, Sonora, Sinaloa y la Ciudad de México.

México y China, se lee, no cuentan con una regulación específica para la importación o exportación de estos productos químicos.

Artículo publicado el 12 de noviembre de 2023 en la edición 1085 del semanario Ríodoce.