La ciencia ha encontrado una serie de caminos que conducen a la obesidad, hoy se habla de enfermedad metabólica, como en su tiempo se habló de trastornos hormonales, también forma parte de los trastornos de la alimentación desde el punto de vista psiquiátrico y mental, se le ha reducido exclusivamente a las consecuencias de la ansiedad; muchos obesos son abordados desde la óptica psicológica, con un enfoque relacionado a su pasado, a su atención, apego, abandono o rechazo por la familia o figuras de autoridad en la niñez.
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Conforme avanza la ciencia, la obesidad es vista como resultado de una serie de variables que confluyen en un resultado evidente: el aumento de peso corporal a expensas de tejido graso.
Hace dos décadas la moda para diagnosticar o tratar a la obesidad era el famoso índice de masa corporal (IMC), hoy se sabe que solo es un instrumento cuya confiabilidad no es del todo cierta.
La obesidad sigue siendo una enfermedad multi tratada sin determinar con exactitud cuales son los limites exactos para decir que es enfermedad o solo sobrepeso como indicadores de una ruta a la enfermedad.
Así como existen personas con anorexia, con una autopercepción distorsionada de su figura corporal, también existen obesos cuya percepción es distinta a la percepción social o familiar, es decir, algunas personas obesas no se perciben como tal a pesar de la evidencia medida en kilos contra una estatura medida en centímetros.
Lo que se debe hacer ante estas variables es clasificar de manera individual cada caso de obesidad; habrá obesidad de origen emocional, y dentro de esta clasificación habrá obesos por ansiedad, por depresión, o por trastornos mentales; también habrá obesidad de origen biológica, obesidad por trastornos metabólicos, y dentro de esta clasificación los específicos de ciertas hormonas como las tiroideas o las producidas en el estómago o tubo digestivo como la leptina o grelina, o las disfunciones del páncreas, en fin, a todo esto hay que agregar la obesidad por exceso en el consumo calórico por ignorancia o desconocimiento.
No se puede tratar la obesidad con una receta de cocina, se debe valorar cada caso y recordar que una cosa es la enfermedad y otra cosa es el enfermo, el énfasis debe ponerse en el enfermo, en encontrar la o las causas que originan la enfermedad, incluso la medicina bariátrica ha fracaso en su intento por garantizar la cura de la obesidad por una operación del intestino o el estómago: el índice de recaídas es alto.
Hablar de la obesidad es como hablar del cáncer, hay muchos tipos de cáncer y cada uno se trata de manera diferente, no todos necesitan radiaciones o quimioterapia, incluso algunos tienen curación espontanea, lo mismo pasa con la obesidad. A pesar de tanta ciencia y tecnología, en pleno siglo XXI, aun nos seguimos preguntando ¿Qué es la obesidad?
Artículo publicado el 29 de octubre de 2023 en la edición 1083 del semanario Ríodoce.