Nadie, salvo fiscales y sus abogados, tendrán acceso a las pruebas presentadas en la corte de Chicago; luego serán destruidas
El Departamento de Justicia de Estados Unidos (USDOJ), habría empezado a juntar evidencia en contra de Ovidio Guzmán López, el Ratón, años antes de su extradición, no obstante, todas esas pruebas recabadas por agentes de la DEA para inculpar al narcotraficante no serán dadas a conocer como en otros juicios, sino que serán destruidas una vez que sean revisadas por la defensa.
“Será como un juicio a puertas cerradas, con la diferencia que sí habrá acceso a familiares o público en general, pero nunca se verá la evidencia”, dijeron fuentes familiarizadas con el caso.
De acuerdo a una orden judicial firmada por la juez Sharon Johnson Coleman, toda prueba que llegue a la defensa, incluyendo fotos, vídeos, audios de llamadas, fotos de conversaciones de texto, droga incautada, estará será sujeta a una orden de protección y será entregada antes y después de cada audiencia a los abogados del acusado, y con excepción de documentos oficiales que la corte mantenga como oficial, está evidencia será posteriormente eliminada.
“A partir de ese momento —expone la moción—, ni el acusado ni sus abogados podrán mantener copias o fotos del material, y tampoco podrán divulgar los materiales o sus contenidos directa o indirectamente a cualquier persona o entidad distinta de las personas empleados para ayudar en la defensa”, se lee en el documento.
Aclara el documento que lo mismo ocurrirá con quienes sean entrevistados durante las audiencias preliminares previas al juicio, incluyendo testigos potenciales y otras personas a quienes la corte podrá autorizar para que escuchen el material, pero nadie podrá revelar ni conservar contenido de evidencia, fotos, ni audios, sin autorización previa de la corte, incluso, cuando se trate de copias de evidencia, ésta deberá ser regresada a la misma corte.
De ese mismo modo, añade la moción, la corte podrá exigir un tipo de certificación para que materiales retenidos por el abogado defensor, se apegue a las restricciones de la orden judicial continue en efecto, y no puedan difundirse ni usarse en conexión con ningún otro asunto.
Ovidio Guzmán López, fue arrestado el pasado 5 de enero, en Jesús María, Culiacán, Sinaloa, y nueve meses más tarde, el 15 de septiembre, fue extraditado a Chicago, donde enfrenta cargos por posesión de drogas con intención de traficarlas y distribuirlas en Estados Unidos, asociación delictuosa, conspiración para manufacturar droga, lavado de dinero, y portación ilegal de armas de fuego de uso exclusivo del ejército.
Dos días después de ser extraditado, Guzmán López se declaró no culpable de los cargos que se le acusan, y la juez Johnson Coleman programó una nueva audiencia preliminar para el próximo 17 de noviembre de 2023.
Jeffrey Lichtman ha dicho que su defendido está animado y decidido a enfrentar al gobierno de Estados Unidos, puesto que considera que no existe evidencia suficiente en su contra, sino que todo está basado en los testimonios de testigos protegidos, aunque para Estados Unidos esos testimonios deben ser suficientes para encerrarlo en resto de su vida.
Narcomantas
Producto primero del arresto de Ovidio, y luego tras una serie de operaciones que el USDOJ anunció para ir en contra de sus hermanos, el cártel de Los Chapitos, como algunos analistas de seguridad los identifican hoy en día, gente asociada a los hermanos Guzmán empezaron a colocar narcomantas en Culiacán, Caborca y Sonoyta, prohibiendo la producción y tráfico de fentanilo en territorios controlados por ellos.
La prohibición habría sido consecuencia de los anuncios hechos por el gobierno de Estados Unidos, aunque en opinión de analistas de seguridad, la medida es considerada como “muy inocente”, pues es evidente que la DEA quiere y será cuestión de tiempo para que detenga a todos los hermanos Guzmán.
Actualmente Guzmán López, se encuentra recluido en la prisión del Centro Correccional Metropolitano, en Chicago, en espera de un eventual inicio del juicio.
Artículo publicado el 29 de octubre de 2023 en la edición 1083 del semanario Ríodoce.