La purificación de los apóstatas…

La purificación de los apóstatas…

El pueblo “bueno y sabio” los lapidó, pero Claudia Sheinbaum, con su bastón de mando, purificó a los apóstatas del PRI, del PAN y de MC.
Durante la toma de protesta de comités de la cuarta transformación “La esperanza nos une”, la virtual candidata a la presidencia de la república por Morena, acogió a los conversos y borró su pasado partidista.
El salón de eventos Figlostase es el horno donde se maceran y cocinan las ideologías de los nuevos morenistas.
Frente al repudio del pueblo “bueno y sabio” se encuentran en capilla ardiente el exalcalde de Culiacán Jesús Valdés; los diputados Gloria Himelda Félix y Ricardo Madrid, Connie Zazueta, Cinthia Valenzuela y Feliciano Valle, y el exalcalde de Mazatlán Fernando Pucheta y el exdiputado Faustino Hernández.
“¡Muera el PRI… muera el PRI… muera el PRI…!” se escucha a coro en el recinto.
El gobernador Rubén Rocha Moya justifica a los conversos con la “estrategia nacional” de invitar a las personalidades de otros partidos, a condición de firmar una carta de adhesión al movimiento.
“(Ellos) tienen la misma idea que ustedes: que muera el PRI… esa es la razón por la que ellos han decidido inscribirse… no vienen a ocupar los espacios de ustedes. Vienen exclusivamente a engrosar las filas para transformar el país…” expresa.
Los bulevares Universitarios y Rotarismo son un caos. Autobuses y camiones foráneos congestionan el sector Huyama y familias enteras arriban y caminan al hervidero de gente que es el salón Figlostase.
Al interior de la caldera el grito es de repudio hacia los conversos, hacia los apóstatas.
“¡Muera el PRI… muera el PRI… muera el PRI…!”
El “compañero” Noroña pone su granito de arena en la catequización de las masas.
“Toda persona que quiera meter el hombro, meter el corazón, comprometerse a la transformación, que lo haga… Bienvenidas y bienvenidas quienes quieran luchar…” exclama.
Atrás de Claudia Sheinbaum y de Rubén Rocha permanecen sentados la exdiputada de Movimiento Ciudadano Celia Jáuregui, el excandidato a la gubernatura de Sinaloa, Martín Heredia, el escritor Élmer Mendoza y el investigador Arturo Santamaría, así como algunas “promesas” deportivas.
“Aquí cabemos todas y todos…” dice Mario Delgado.
El dirigente nacional de Morena lee la carta de unidad en un recinto donde el agua y el aceite conviven.
“Aquí no se invita a nadie a una candidatura. Se lo digo a todos los militantes y se los digo a los externos que hoy están sumándose. No los vamos a engañar…” enfatiza.
Cocinándose a baño maría también están los ahora morenistas sindicatos de educación y del estado.
“¡El muera el PRI…!” se escucha en la olla de presión que es el Figlostase.
“Vamos a serenarnos…” pide la Sheinbaum… “les voy a contar una historia…”
“¡Muera el PRI… muera el PRI… muera el PRI…!” grita el pueblo “bueno y sabio”.
“¿Me van a oír o no?” pregunta la virtual candidata a la presidencia de México… “les voy a contar una historia… ¿Me van a escuchar o no… me van a escuchar sí o no…?”, exclama.
Y cuenta su historia… una historia de lucha por la “educación y la democracia”.
“A veces no importa de dónde venimos si estamos de acuerdo adónde vamos…” cita al excandidato a la presidencia de la república en 1988 por el Partido Mexicano Socialista, Heberto Castillo.
A su espalda la observan los apóstatas. La siguen con la mirada como párvulos de primaria, acechados por la jauría que está al frente con el “¡muera el PRI!” apretujando la garganta.
La hija del mesías mexicano ahoga el rechazo de las masas y devuelve el aliento de los conversos con el poder del bastón de mando entregado por su mentor, y catequiza:
“…hasta Dios permite el arrepentimiento. ¿Sí o no…?”.

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