Violencia narca: que nadie se haga pato

TORTILLAS Y MAQUINITAS. Giros del narco.

Uno de los temas que el presidente AMLO rehuyó cuando andaba en campaña –las tres veces que anduvo en campaña por la presidencia—fue el de la violencia y el narcotráfico. Incluso en ninguno de sus libros se encuentra un planteamiento claro de cómo había que enfrentar este problema que enluta desde hace décadas, todos los días, decenas de familias en el país. Si acaso dos o tres párrafos al respecto. “Las buenas conciencias” se espantaron cuando dijo en un acto, por allá en Guerrero, que, al llegar a la presidencia, propondría una amnistía a los delincuentes, aunque en realidad fue una puntada del entonces candidato, al calor de la contienda. Nunca tuvo claro cómo llegarle al tema, como no lo tuvo Felipe Calderón y menos Enrique Peña Nieto, quien ni siquiera volteó a verlo.

Ya elegido presidente, el “abrazos no balazos” fue otra de sus puntadas, pero que en el fondo cubría la verdadera actitud que asumiría su gobierno ante la violencia generada por los cárteles de la droga. Ahora, después de casi cinco años al frente del país y 200 mil homicidios –si a la estadística oficial se suman los desaparecidos pueden ser más–, el presidente trata de componer lo que se convirtió en un carísimo slogan, con “abrazos no balazos… pero no cruzarse de brazos”, algo que, a algunos, les ha parecido hasta chistoso.

En resumen, no hay ni ha habido en México una estrategia contra la violencia. Ningún presidente ha podido, y a todos les ha costado mucho trabajo reconocer su fracaso. Lo que acaba de ocurrir en Lagos de Moreno, ese pasaje infernal donde cinco muchachos son secuestrados y obligados a matarse entre ellos, es solo un botón de muestra de ese fracaso de los gobiernos, priistas, panistas y ahora este de Morena, ante un problema que requiere desde hace décadas un tratamiento muy amplio y muy profundo, que vaya a las causas, sí, como dice el presidente, pero también que ataque a las organizaciones criminales día a día y con toda la fuerza del Estado. Y no solo el gobierno federal porque la mayoría de los gobernadores y alcaldes le sacan la vuelta al tema porque, dicen, es federal, como lo ha estado haciendo el de Jalisco, Enrique Alfaro, ante el caso de Lagos. Y no, también ellos tienen una gran responsabilidad porque no han sido capaces de limpiar sus policías, casi siempre en relaciones de complicidad con el hampa. O mínimo se hacen de la vista gorda. ¿Por qué –por ejemplo—la secretaría de seguridad de Sinaloa no detectó que en Jesús María había decenas de hombres armados protegiendo la seguridad de Ovidio Guzmán? Eran tan obvios. No tenían un día o dos, allí vivían decenas de sicarios y hasta presumían sus blindadas, todo el mundo lo sabía. ¿Cómo le llamamos a esto? ¿No está dentro de sus facultades prevenir hechos delictivos?

Mientras escribo esto, veo una nota que dice que un hombre fue atacado a balazos adentro de un establecimiento de maquinitas tragamonedas, a las tres de la madrugada, en la colonia 5 de febrero, de Culiacán. En Sinaloa hay cientos de estos establecimientos, que son ilegales. Y miles de maquinitas que controla el narco, nadie más. ¿Cómo? Pues en complicidad con las autoridades, porque ni modo que no se den cuenta, si las “habichuelas” están hasta en las tortillerías, donde la mamá mete una moneda a la máquina con una mano, mientras con la otra agarra a su niño de cuatro o cinco años alucinado con las luces y los ruidos casineros.

Y no solo es que sean negocios en la ilegalidad, que no pagan impuestos ni están regulados. Muchos de ellos, según reportes en Mazatlán y Culiacán, son centros de distribución de drogas y hasta “picaderos. ¿Y nadie puede hacer nada? No es un problema privativo de Sinaloa, existe en la mayoría de las entidades, incluso en Ciudad de México, donde el tema se ha denunciado sin que se resuelva, a pesar de estar gobernada por Morena, donde “nada por encima de la Ley”.

Bola y cadena
HAY DOS SALIDAS EN ESTE CASO: una, hacer batidas para decomisar los aparatos y destruirlos… y a ver quién se avienta ese tiro; la otra, tal vez más urbana, es regularlos. Como ocurrió en los Estados Unidos cuando los gringos ya no pudieron contener el tráfico de bebidas alcohólicas. Las maquinistas pueden ser tan adictivas como las drogas y pueden generar otro tipo de problemas. No se necesitan muchas explicaciones sociológicas para saberlo.

Sentido contrario
LO PEOR ES QUE NO HAY LUCES EN EL HORIZONTE. Por un lado, llega Marcelo Ebrard a proponer su Plan Ángel contra la violencia y solo habla de cámaras, inteligencia digital y dice que eso lo aprendió en sus viajes por el mundo. Por eso se entiende que Marcelo no haya levantado un punto en su precampaña. Y luego aparece Xóchitl Gálvez en un foro y dice que ella abatió el crimen en la delegación Miguel Hidalgo… ¡eliminando las micheladas! Y los demás simplemente no tocan el tema, se pasean por todo México, pasan por un lado de los muertos y ni siquiera voltean a verlos. ¿Tendrá esperanza este país?

Humo negro
SALIÓ EL PEINE EN EL CASO de las afiliaciones masivas de empleados de confianza de la UAS al PRI y al PRD, a pesar de estar militando en el PAS. La dirigente estatal del PAN, Roxana Rubio, acusa a Melesio Cuen de estar trabajando para un candidato que no es del PAN—Beatriz Paredes o Xóchitl Gálvez–, a pesar de no haberse bajado todavía de Morena, y de estar apoyando a Adán Augusto López.

Artículo publicado el 20 de agosto de 2023 en la edición 1073 del semanario Ríodoce.

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