“Esto inició el 21 de abril del 2021, hoy vemos aquí una lucecita en el camino, un acto de justicia social, muy merecido, muy buscado, muy correteado, después de dos años y tres meses, después de habernos despojado el señor Pepe Gámez, de este espacio público”, manifestaron los colonos.
Y advierten:
“Hasta hoy se está dando cumplimiento a un acto de justicia social, así lo vemos nosotros, y nosotros queremos como vecinos, como ciudadanos, como padres de familia, que esto siente un precedente”.
El miércoles 5 de julio, después de dos años y tres meses de haberse construido el “monumento a la corrupción”, llamado así por los colonos del fraccionamiento Jacarandas, durante la administración del defenestrado alcalde de Mazatlán, Luis Guillermo Benítez Torres, “El Químico” Benítez, su sustituto Édgar González Zataráin, acatando la orden de un juez, la demolió.
Ese día, en el Andador Orquídeas, esquina con avenida Santa Rosa, del fraccionamiento Jacarandas, atrás de la Ley del Mar, soportando con estoicismo un sol inclemente, los transeúntes observaban atónitos el espectáculo demoledor de la “retro” enviada por las autoridades municipales.
Durante la demolición, tanto los inquilinos de los locales comerciales construidos en un área pública y sin permiso de construcción, como los colonos que liberaban el espacio público, pusieron en práctica su espíritu deportivo, formando dos equipos, bajo la vigilancia de los policías municipales.
Los funcionarios públicos encargados de la demolición, habían solicitado la presencia de los guardianes del orden para prevenir que la violencia verbal no desembocara en la violencia física, porque sabían que uno de los equipos defendía la portería del “Estado de Chueco” y el otro “el Estado de Derecho”.U
no de los momentos de mayor tensión ocurrió cuando José Rosario Gámez Valles, en un arranque aparentemente “suicida” se abrazó del tronco de un árbol de mangos sembrado en el predio, mismo que ya había sido zangoloteado por la retroexcavadora.
“Pepe” Gámez, se abrazaba del árbol de mangos como si diera frutos impunes pues no solo había construido locales comerciales en un espacio público, sino también un departamento que rentaba a una mujer trabajadora que no había acatado a sacar sus enseres domésticos para salvarlos de la “Retro”
“¡Ahí viene la Retro!, saque sus cosas del departamento”, le gritaba una colona.
La inquilina respondió exhausta: “señora cómo voy a bajar yo una lavadora en el lomo, dígame cómo”.
Momentos antes, un colono tomó de los brazos a “Pepe” Gámez para obligarlo a soltarse del árbol de mangos, pues él y sus inquilinos argumentaban que dentro del local de la planta baja había personas que podrían salir lesionadas por la obra destructora de la retro que rugía feroz e impaciente.
Mientras el líder hotelero llamaba desesperado por teléfono celular a sus protectores del tráfico de influencias y política-negocios que pudieran detener la “manita de chango” de la retro que hacía chillar láminas y acero retorcidos, uno de los funcionarios públicos municipales comentaba que “Pepe” Gámez tenía muchos “tentáculos” dentro de la presidencia municipal de Mazatlán.
“Es casi inimaginable lo que nos han tronado las puertas en las narices, lo que nos han mentido, lo que nos han ninguneado, por buscar lo que nunca nos debió hacer falta que es justicia, ¡nunca.!”, lamentan los colonos.
El viernes 7 de julio, cuando tentativamente terminaría de realizarse la demolición, los ciudadanos que recuperaron el espacio público, opinaron: “Aquí estuvo a punto de haber un conflicto de golpes, si alguien hubiese tenido demasiada naturaleza de armas; qué necesidad hay de eso, por la conducta de José Rosario Gámez Valles, que es un mal ciudadano y que es un enemigo social, ¡ve el conflicto que se ocasiona entre los mismos ciudadanos!”.
Sobre aviso no hay engaño y la ley es dura, pero es la ley.
El licenciado Juan Antonio Gutiérrez Gaytán, Juez Octavo de Distrito del Estado de Sinaloa, resolvió: “La justicia de la nación no Ampara ni Protege a José Rosario Gámez Valle, contra los actos reclamados a las autoridades responsables director de Planeación y Desarrollo Urbano, director de Obras Públicas y jefe de Inspectores de dicha dirección, todos del Ayuntamiento de Mazatlán, Sinaloa, por las razones asentadas en el considerando sexto de dicha sentencia”.
En el Amparo de Revisión 323/2022, Pepe Gámez y su defensor legal fueron notificados de que impera el Estado de Derecho: “En las relatadas consideraciones, ante la ineficacia de los argumentos de agravio hechos valer y al no combatirse de manera frontal las consideraciones que integran la sentencia revisada; lo que se impone es confirmar la sentencia recurrida y, en consecuencia, negar el amparo y protección de la Justicia Federal solicitados”.
Artículo publicado el 09 de julio de 2023 en la edición 1067 del semanario Ríodoce.