Lo único que Erry Frattasio (Luigi D’Oriano) quiere ser es DJ, aunque para los administradores de los centros nocturnos de los ochenta no tiene el porte. Por eso, gracias a que desde niño con solo escuchar en la radio el inicio de una canción identifica título e intérprete al instante, y a que el dueño de la tienda de electrodomésticos donde hace la limpieza le regala una colección de acetatos, junto a sus hermanos Peppe (Giuseppe Arena) y Angelo (Emanuele Palumbo) crea su propia empresa de compilados de canciones en casetes, primero en su ciudad y luego en toda Italia, llegando a acaparar el 27 por ciento de las ventas. Sin embargo, al ser una actividad ilegal, las autoridades se empeñan en desaparecer cada uno de sus “laboratorios” y llevar a los hermanos a la cárcel.
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En un momento en el que la música se escucha y se vende digitalmente, a través de plataformas en internet, en el que, incluso, una memoria de USB ya es obsoleta, Mixed by Erry (Italia/2023), dirigida por Sydney Sibilia, logra entretener de principio a fin con una historia basada en un hecho real: el imperio de “piratería” creado por los hermanos Frattasio, en Italia. La cinta apela a la nostalgia al mostrar el funcionamiento del casete, un formato que en los ochenta era la posibilidad más usada para reproducir canciones, hasta que apareció el disco compacto y lo sacó del mercado.
Mientras reinaba el casete, los Frattasio (o más bien Erry) aprovecharon su habilidad para seleccionar temas, géneros e intérpretes y hacer exitosos compendios que todos deseaban, lo cual los llevó no solo a ser la mayor empresa en este rubro, por encima de las oficiales, sino a obtener el dinero suficiente para que tres generaciones de sus descendientes vivieran sin preocuparse por lo económico –sorprende el inexplicable hecho de que los hermanos conseguían las canciones del Festival de San Remo, las grababan y vendían el compilado antes de que el certamen se llevara a cabo, tal cual sucede ahora con los filmes que aún no se estrenan, por ejemplo.
El filme escrito por Armando Festa y el propio Sibilia tiene a su favor las disfrutables actuaciones D’Oriano, Arena y Palumbo, quienes logran darles una personalidad bien definida y particular a los Frattasio. También destaca su detallado diseño de producción que permite observar un panorama amplio y preciso de la década en cuestión, no nada más de vestimenta, peinados, transporte, muebles, etcétera, sino de los aspectos alrededor de una manera específica de reproducir canciones, con lo que se puede entender la diferencia entre tener que comprar un artefacto no oficial, seleccionado, grabado y vendido por uno de los pocos con las posibilidades de realizar ese proceso, a desde una computadora o teléfono celular ingresar a una plataforma y dar click a un archivo para suene.
La cinta disponible en Netflix es una comedia con tintes de drama que funciona muy bien: mantiene la atención de los espectadores a lo largo de sus bien empleados y suficientes 90 minutos, incluidos esos que ni siquiera sentirán el deseo de volver a tener un reproductor de casetes, tan limitado en comparación a los digitales de hoy, insertar una cinta, presionar play y escuchar al cantante favorito. Véala… bajo su propia responsabilidad, como siempre.
Artículo publicado el 09 de julio de 2023 en la edición 1067 del semanario Ríodoce.
