El 15 de mayo de 2017 mataron a Javier Valdez, a unos pasos de su ‘casa’, ese espacio en el que germinaron muchas de sus historias, pero también donde fue la alegría y el corazón que palpitaba: Ríodoce.
Han pasado seis años desde entonces y su ausencia física es nostalgia, pero también rabia. Aún no se procesa a los autores intelectuales de su ejecución. Libros, mesas de discusión, protestas, se han desarrollado durante este tiempo.
En Culiacán las paredes han seguido hablando, dos murales, se han realizado para no olvidar, y este lunes se realizará una ofrenda y se realizará pega de carteles en las principales calles del centro de Culiacán.
Convocado por Juan Panadero Gráfica Popular, Sabuesos Guerreras, Propuesta Cívica, TacuichamonaMX, Pitaya Árida, Red de Periodistas y Personas Defensoras de Derechos Humanos, RecuperArte, se pide llevar semillas, frutas, velas, a partir de las 17:00 horas.
La cita será en Ángel Flores esquina con Jesús Andrade, justo donde se pintó un mural con su rostro. De ahí se partirá a la pega de carteles por las principales calles del centro histórico de Culiacán.
Javier Valdez
En Culiacán Javier Valdez era el de la carcajada socarrona y el que medía el pulso de la ciudad desde Los Portales, con su café y su computadora. Desde ahí echaba el grito, era justo un espacio de tránsito en pleno centro de Culiacán.
El periodista trabajó en Canal 3, periódico Noroeste y desde 1998 fue corresponsal de La Jornada. Fue fundador de Ríodoce, especializado en cobertura del narcotráfico.
Escribió libros como: De azoteas y olvidos, crónicas del asfalto, Miss Narco, Malayerba, Los morros del narco, Huérfanos del narco, Con una granada en la boca, Levantones, Malayerba.
En 2011, junto con el equipo del semanario Ríodoce recibieron el Premio María Moors Cabot de la Universidad de Columbia y en 2013 el PEN Club a la excelencia editorial.