Incierta temporada de capturas de camarón

CAMPOS PESQUEROS EN EL NORTE. La crisis que viene.

Gobierno dobla campanas; pescadores entre la incertidumbre y la violencia

En la víspera del arranque de la temporada de captura de camarón 2022-2023, hay expectativa de que se logre una pesca buena en cada lance, aunque se avizora un fracaso en la comercialización por la importación del crustáceo de Ecuador.

De acuerdo con el último estudio de biomasa en el Pacífico mexicano, esta temporada el Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura (INAPESCA) consideró una producción de entre 35 mil y 45 mil toneladas del crustáceo, de las cuales el 85 por ciento se producirá en las aguas del Golfo de California según la tendencia de las últimas tres temporadas que alcanzaron promedios de más de 38 mil toneladas de camarón en las zonas de captura del Pacífico mexicano.

En un comunicado de la Secretaría de Agricultura (SADER) de la que depende INAPESCA, la producción a alcanzar se determinó con base en el muestreo que arrojaron 2 mil 866 lances –distribuidos en 868 estaciones de muestreo en 89 salidas de campo— e incluyó la participación de 33 técnicos e investigadores durante la presente temporada de captura.

Las apreciaciones oficiales contrastan con la de los pescadores.

“Por un lado, pensamos en una buena temporada, pero por acuerdos políticos siempre terminamos jodidos. Cuando creemos que algo funcionó, como la vigilancia, el proceso de un trabajo redituable termina siendo un fracaso, ya sea porque en la comercialización se desplomó el precio o porque los costos de envasado superan la utilidad. El caso es que la actividad, a lo largo del tiempo, va en detrimento. Muchos pescadores sólo se lanzan al camarón los primeros días, y después el ánimo decae, y terminan desolados los campos. Es un fenómeno que tiende a agudizarse con el tiempo”, consideró, José Leonel Sánchez Cota, líder de la Federación de Cooperativas Pesqueras del Norte de Sinaloa y Sur de Sonora.

Explicó que al inicio de la temporada, las capturas fueron malas por una asociación de mareas.

Los volúmenes fueron mínimos, 20 kilos en promedio, insuficiente para obtener ganancias restando las 12 horas de trabajo, el costo del combustible, el precio de las redes y gastos asociados como alimentación en la faena y el gasto de la familia.

Sánchez Cota consideró que en los días por venir, la producción podría mejorar porque se tendrán mareas vivas; sin embargo, lo que trastoca la esperanza de una buena temporada es la aprobación del gobierno federal a la importación de camarón de Ecuador.

“Este es de menor calidad, tamaño y precio que el silvestre que se captura en los litorales, porque se trata de un producto bajo sistema de engorda en estanques. En muchas ocasiones, esas importaciones afectan el precio final del producto, en el mercado nacional, y justifican el regateo en los precios internacionales que se tasan en la disponibilidad de un alimento en el mercado”.

Sánchez cota dijo que por un lado se permite la importación y por otro lado el gobierno eliminó los subsidios a la pesca. Quitó el financiamiento para motores marinos, redes y embarcaciones. Hoy, lo poco que se dio llegó tarde, y eso es un lastre para una actividad primaria.

Opinó que, como en su caso, durante mucho tiempo buscó el abaratamiento de la cadena de conservación, ahora, esto ya es irredituable porque los subsidios desaparecierony los precios del producto no cubren los insumos.

El desaliento en el sector pesquero es más que evidente, dijo el líder con más de 50 años de experiencia en la pesca ribereña.

La violencia, otra amenaza

En los campos pesqueros, como en Paredones, la algarabía de una temporada de pesca de camarón es evidente.

Aquí aumentó el tránsito de personas en el embarcadero.

De la nada aparecieron los comercializadores de hielo y los abastecedores de combustible, pero también los proveedores de alimentos y de los que ofertan baratijas.

Llegaron los compradores del crustáceo al menudeo pero también los de mayoreo, e incluso, aparecieron otros cuya sombra de lo ilegal los sigue por doquier.

Aquí, los pescadores novatos y veteranos se hicieron parcos. Hay un miedo a hablar con claridad sobre lo que sucede, y quien se aventura a hacerlo, no revela su nombre ni aprueba fotografías. Miran con desconfianza, y a lo más llegan a hacer bromas sobre lo que esperan en la temporada.

Dicen que es buena, que hay camarón, que proyectan obtener entre 50 y 100 kilos en cada marea, suficiente para alguna ganancia. Sin embargo, el volumen comenzará a caer conforme transcurra la temporada, pero esta también eliminará a los pescadores ocasionales.

En un campo pesquero al norte de Los Mochis, los pescadores se enfrentaron con civiles que les habían impedido zarpar vía la pesca, bajo la amenaza de ser tableados o muertos. Sin embargo, la comunidad se organizó, los rodeó y estos declinaron la presión, pero exigieron la entrega de producto a ellos. La prohibición de sacar el camarón de los campos pesqueros está vigente.

Artículo publicado el 09 de octubre de 2022 en la edición 1028 del semanario Ríodoce.

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