¿Quién es el dueño de Azteca Lighting?

¿Quién es el dueño de Azteca Lighting?

¿Qué secreto se guarda cuando el Ayuntamiento de Mazatlán decide reservar por dos años la rescisión del contrato con la empresa Azteca Lighting? ¿A quién favorecieron con la compra directa por más de 400 millones de pesos por la instalación de lámparas cuyo costo unitario fue de 185 mil pesos? ¿Qué se esconde y a quién protegen? ¿Quién, además del alcalde, estuvo atrás de este que fue, es, a todas luces, un atraco sinvergüenza para el patrimonio de los mazatlecos? ¿Por qué el Químico Benítez autorizó que la compra se hiciera de manera directa si sabía que estaba cometiendo un delito que, incluso, le puede costar la libertad a él y a varios de sus colaboradores? ¿A qué se atuvo? ¿A quién? ¿A quién pertenece realmente la empresa beneficiada con contratos del gobierno estatal para iluminar avenidas y malecones en otros municipios como Sinaloa y Guasave, por lo menos?

Las cosas técnicas del tema se irán desgranando poco a poco en medio de litigios, auditorías, observaciones, aclaraciones, demandas… donde los órganos del propio ayuntamiento y los auditores como la Auditoría Superior del Estado (ASE) y ciudadanos, entre ellos los periodísticos, serán parte de una vorágine de información que puede terminar ocultando lo esencial: quién está detrás de Azteca Lighting.

Y no lo hemos confirmado, pero en eso estamos: detrás de la empresa, se dice, está un hermano del ex gobernador y ahora embajador de México en España, Quirino Ordaz Coppel. Juan Carlos Ordaz Coppel sería el empresario que, usando prestanombres, es el beneficiario de esos contratos.

Si esto llega a confirmarse tendrá impactos como los tiene un golpe de carambola, donde hasta el presidente de la república tendría que ser cuestionado dados los elogios continuos a la administración de Quirino Ordaz, cuando éste y/o su familia estaba haciendo jugosos negocios con recursos de los erarios estatal y municipales. Y por hacerlo embajador en España sin haberse dado cuenta ¿o lo sabía? de esos negocios.

No hay que olvidar que los primeros contratos, con Sinaloa y Guasave, fueron auspiciados por el gobierno estatal encabezado por Quirino Ordaz, quien acudía siempre a las inauguraciones de los sistemas de alumbrado. Y en el caso de esos municipios, con el agravante de que son comunas muy pobres, y alguna de ellas, como Guasave, en permanente bancarrota. Comprar lámparas en 185 mil pesos para alumbrar el malecón de la cabecera municipal de Sinaloa, donde el comercio más importante vende raspados –dicho con todo respeto–, es un abuso que no tiene nada qué ver con la austeridad que tanto se pregona desde el centro de la república.

En este contexto, deben ser inolvidables los elogios del presidente, Andrés Manuel López Obrador al gobernador Quirino Ordaz cada vez que visitaba Sinaloa. Es un gobernador que hace todo muy bien, solía repetir. Y bastó que lo nombrara embajador para que el filo de los diputados morenistas que tanto lo criticaban, se mellara al punto de que sus cuentas públicas han sido aprobadas técnicamente sin ningún problema.

Fue muy evidente cómo lo propios morenistas empezaron a opinar distinto respecto a Quirino cuando se dieron cuenta que lo mandarían a España, cálculos de una clase política que trae los principios envueltos en hojas de tamal. Ni los priistas protestaron seriamente —recuerden los argumentos del senador Mario Zamora al votar a favor de su aprobación como embajador—, y los morenistas menos, porque no podían estar en contra de la apreciación de “nuestro presidente de la república”… cómo pues.

El caso de las lámparas no parará porque la ASE esté haciendo observaciones que serán “solventadas” según ha dicho el propio alcalde o porque se haya rescindido el contrato. Tampoco porque ahora los términos de esta rescisión se hayan reservado por dos años. Por mucho menos Jesús Estrada Ferreiro fue defenestrado de la alcaldía que había ganado con votos y estuvo a punto –puede todavía—de pisar la cárcel. Pero en su caso no estaban atravesados intereses de esta magnitud. Estaba solo, y el Químico Benítez no.

Bola y cadena
SI SE CONFIRMA LA ESPECIE DE que Juan Carlos Ordaz Coppel es el verdadero dueño de Azteca Lighting –o Quirino, tal vez–, entonces se comprenderá porqué el Químico Benítez se metió al lodo sin tenis, seguro de que estaba protegido. Y habrá que ver el comportamiento de la ASE, si actúa o no con la misma severidad con que lo hizo con Estrada. Y estar pendientes de la actuación del Congreso del Estado, esa amalgama cómplice de morenistas y priistas, que puede convertirse en el manto principal que cubra este atraco al patrimonio de los mazatlecos.

Sentido contrario
HEMOS RECIBIDO MUCHA SOLIDARIDAD después de que se supo que el poderoso Grupo Arhe nos demandó por “daño moral”. Nosotros no lo habíamos dado a conocer porque quisimos concentrarnos en contestación de la demanda, la cual se hizo bajo estándares nacionales e internacionales de defensa de la libertad de expresión y apoyados por organismos de reconocida solvencia profesional, entre ellos Propuesta Cívica y Artículo 19. Y porque la pista mediática, en la que también defenderíamos el caso, estaba aguardando su turno. A todos, un millón de gracias. Y en especial a nuestros lectores, que nos han refrendado su apoyo y su confianza.

Humo negro
OTRO CASO EN EL CUAL hemos sido arropados por la solidaridad, es el excarcelamiento de Dámaso López Serrano, acusado de ser el autor intelectual del crimen de Javier Valdez. Tampoco aquí habrá marcha atrás; seguiremos pujando para que el gobierno norteamericano lo extradite a México y sea juzgado y castigado por este delito.

Artículo publicado el 25 de septiembre de 2022 en la edición 1026 del semanario Ríodoce.

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