Analistas señalan que grupos delincuenciales ahora están agrediendo a la sociedad civil
Las reacciones de miembros del crimen organizado para evitar ser detenidos en México, han alcanzado niveles de narcoterrorismo, en donde ya no se sabe qué actos serían capaces de hacer cuando se les arreste o se sientan amenazados, pues su nueva estrategia es atacar a la población y así evitar ataques por parte de la autoridad, consideraron analistas de seguridad.
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“Es preocupante lo que está ocurriendo, pues las reacciones de narcotraficantes ante las detenciones de sus líderes ya no son contra el gobierno, sino contra la población en lugares públicos y eso se llama narcoterrorismo”, opinó Miguel Garza Flores, director del Instituto para la Seguridad y Democracia en México.
Los actos de narcoterrorismo iniciaron durante la administración de Enrique Peña Nieto, cuando integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), realizaban narco-bloqueos en Jalisco, en agosto de 2012, en respuesta a los intentos del Ejército Mexicano y de la desaparecida Policía Federal por capturar a Nemesio Oseguera Cervantes el Mencho.
Durante los años posteriores los narco-bloqueos se siguieron dando, aunque estos actos alcanzarían un nuevo nivel cuando Ovidio Guzmán López fue capturado el 17 de octubre de 2019, pues entonces el Cártel de Sinaloa se reveló como nunca, sometiendo a autoridades federales de una manera que obligó al presidente de la república a liberar al hijo del Chapo Guzmán.
Esa acción sin embargo no sería nada comparada con los hechos ocurridos en Jalisco, Guanajuato, Chihuahua y Baja California, donde -a diferencia de los ataques del cártel de Sinaloa-, la delincuencia organizada de esos estados atacó directamente a la población civil.
“Me tocó organizar operativos para detener capos, y ni siquiera durante el arresto de Osiel Cárdenas Guillen, donde trataron de rescatarlo y bloquearon calles y avenidas en Matamoros, Tamaulipas, nunca se atentó contra la autoridad civil, sino que el ataque siempre fue contra nosotros, y lamentablemente hoy es diferente”, dijo un general brigadier retirado, quien accedió a recordar hechos violentos con la condición de que no se revelara su identidad.
Para Alejandro Hope, sin embargo, definir las acciones hechas por delincuentes en Ciudad Juárez y en varios municipios de Guanajuato no significa que sea narcoterrorismo, sino que la meta de los sicarios era causar caos en las comunidades para desviar la atención de las fuerzas policiales.
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“Yo más bien pienso que la instrucción que tenían los sicarios era generar caos y mucha incertidumbre, para de eso modo provocar miedo en la población, es decir, si los sicarios tienen la orden de disparar a todo lo que se mueva y eso van a hacer: generar miedo. El terrorismo en tanto implica intencionalidad política y francamente no sé cuál sería la intencionalidad política en lo ocurrido en Guanajuato, Chihuahua o Baja California”, consideró Hope.
El presidente Andrés Manuel López Obrador minimizó por su parte el clima de violencia que se vive en el país en una de sus conferencias mañaneras, insinuando en cambio que se trata de conspiraciones política en su contra por parte de sus opositores, y aseveró que no hay ningún problema mayor de seguridad.
“Yo no sé si haya conexión o mano negra, si se haya instrumentado esto, si se haya articulado, pero de lo que no tengo duda es de que nuestros opositores, los conservadores corruptos, sí ayudan en la propaganda negra”, dijo el mandatario tras enterarse de los hechos.
El Secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, sostuvo a su vez que el que los cárteles respondan de esa manera obedece a que están debilitados.
“Quieren sentirse que aún son fuertes y por eso generan situaciones de violencia donde, a manera de publicidad, mandan sus mensajes que aún son fuertes cuando en la realidad ya no lo son”, declaró en la misma mañanera.
Para Garza Flores sin embargo, cualquier ataque a la población civil es narcoterrorismo, el cual sólo podrá acabarse cuando el gobierno haga su parte y actué de manera frontal ante las organizaciones del crimen organizado, y sobre todo, haya un cese a la impunidad.
Porque, si analizamos de cerca la situación, lo que está ocurriendo es producto de la impunidad que se vive en el país, pero particularmente una consecuencia del arresto de Ovidio Guzmán, que vino a mostrar a líderes del crimen organizado que el presionar al gobierno con ataques es más efectivo, aunque seguramente los otros cárteles lo entendieron mal, y ahora atacan a la población civil”, dijo el director del Instituto para la Seguridad y Democracia en México.
El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue quien primero sugirió designar a organizaciones criminales mexicanas como “grupos terroristas”, y sugirió castigarlos y tratarlos, ya no como narcotraficantes, sino como terroristas.
El proyecto de ley sin embargo, aún no ha sido aprobado, sino que se sigue discutiendo en la cámara baja, mientras en Estados Unidos personajes como William Barr, ex fiscal general de ese país, se sigue mofando de la estrategia de “abrazos, no balazos” de López Obrador.
Artículo publicado el 21 de agosto de 2022 en la edición 1021 del semanario Ríodoce.