En el estado se registra un ligero descenso de nuevos casos de COVID-19
Está esperando noticias. La mujer no lleva más de 10 minutos sentada en una banca. Mira de un lado a otro y sobre los cubrebocas se aprecian miradas desanimadas. Una voz de mujer dice un número, “13, negativo” y la mujer se levanta de la banca. “Soy yo, soy yo”. La prueba rápida de COVID-19 la descartó de tener la enfermedad.
Adentro de la Unidad Médica Familiar (UMF) número 36 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el Infonavit Humaya, en Culiacán, lleva más de un mes de haber reactivado la zona en donde toman muestras y realizan dichas pruebas. Una persona introduce un hisopo en una de las fosas nasales y activa el artefacto. Después de un breve lapso el reactivo indica si esta es positiva o negativa.
Los pacientes se forman afuera y luego adentro. Sus datos son tomados por personal del Instituto y luego la toma de muestra. Después la consulta médica. En el caso más optimista, loratadina y paracetamol si son negativos, pero si son positivos el procedimiento es otro, es largo.
La mujer con el número 13 resultó la primera paciente con resultado negativo esa mañana, pues los primeros 12 fueron positivos. Fue un martes 12 de julio. Entre los resultados positivos de esa mañana de martes una pequeña menor de edad. Sus padres también forman parte de la estadística de casos con COVID-19.
María y Francisco acudieron también a la prueba. Los números 18 y 19 respectivamente y ambos negativos. De los pocos de esa mañana. El pequeño espacio delimitado como área COVID-19 a medida que transcurre la mañana, comienza a poblarse.
Apenas un día atrás en la misma UMF en un turno hubo más de 100 tomas de muestra y más de 60 resultaron positivas. Para el miércoles 13 se reportaron poco más de 70 pruebas positivas de más de 170 realizadas.
Pero esas son las pruebas rápidas. Fuentes del IMSS señalan que en la UMF 36 se realizan alrededor de 300 pruebas y más del 50 por ciento de ellas resultan positivas. El dato no pudo ser confirmado por el Órgano de Operación Administrativa Desconcentrada del Instituto en Sinaloa.
Sin embargo la misma dependencia revela que en junio se practicaron 456 pruebas de PCR para la detección del virus SARS-CoV-2 en todo el estado, de las cuales 245 corresponden a Culiacán. Y entre el 1 y el 11 de julio se han realizado 46 pruebas de PCR, 26 en Culiacán.
La pandemia por un momento parece quitar el pie del acelerador. Después de que durante junio los nuevos contagios tuvieran una incidencia de más de 250 casos cada 24 horas, durante julio comienza a bajar.
Pero la relajación otra vez surtió efectos en la estadística oficial. La Secretaría de Salud de Sinaloa reporta que durante la semana con corte al lunes 11 de julio hubo 312 contagios de COVID-19 en el estado de los cuales 144 radican en Culiacán.
En comparación con la semana previa, al corte del lunes 4 de julio el estado reportó 150 contagios de los cuales 74 pertenecen a Culiacán. Es decir, el incremento en siete días fue de más del 100 por ciento para Sinaloa y del 95 por ciento para Culiacán.
Y si bien existe una breve escalada esta aun no alcanza el punto más álgido de la quinta ola ocurrida durante junio, mes en que se reportaron semanas de más de mil 700 contagios a la semana, es decir, un promedio de más de 250 casos cada 24 horas.
Por otra parte, a la par de nuevos contagios la estadística que sigue inflándose es la de casos activos. Al corte del 11 de julio Sinaloa tiene a 8 mil 112, mientras que la última semana de junio con corte al lunes 27 la cifra fue de 5 mil 645 pacientes con el virus activo.
A cuenta gotas
Los casos a veces suben y otras veces bajan. La estadística así ha sido manejada. El índice de hospitalización, también. Aunque en menor medida los casos que llegan a ocupar una de las más de mil 500 camas en el estado son cada vez menos.
Sin embargo una cifra que ha venido creciendo respecto a los contagios es la de los menores de edad. Según datos de Salud Federal se estiman en Sinaloa 649 pacientes activos menores de 17 años.
De ese total se estiman 257 menores en el rango de 5 a 11 años, mientras que en el rango entre 12 y 14 años se estiman 145 pacientes con el virus activo al corte del 13 de julio.
Es decir, del total de casos activos estimados en el estado más del 8 por ciento son menores de 17 años.
Al corte, en Sinaloa la vacunación para menores sigue estancada. Apenas se han radicado poco más de 120 mil vacunas para menores de 5 a 11 años de alrededor de 350 mil, según registros del INEGI.
Al corte del 10 de julio, de los más de 150 mil 600 casos de COVID-19 reportados en la entidad, casi mil 100 de ellos corresponden a menores de edad pero lo alarmante ha sido el crecimiento de casos en el último año.
En julio de 2021 se tenía registro de mil 275 pacientes menores de edad y para el 10 de julio de este año la cifra se ha incrementado a más de 9 mil. El 4 de julio el acumulado de decesos por el coronavirus en menores de edad registraba 17 fallecimientos y al corte del 30 de enero de este año suman 30.
Pero después de un leve descenso los casos otra vez se incrementan. Los sinaloenses parecen haber creado hábito de mover por temporadas al virus. Es la historia repitiéndose, siempre.
Artículo publicado el 17 de julio de 2022 en la edición 1016 del semanario Ríodoce.