¡Hay gente que ayuda a los demás y desinteresadamente!

EQUINOTERAPIA. Salvar a los niños.

La pequeña Ana Rita, 5 años, se ahogó en una piscina. Su cerebro no tuvo oxígeno durante cinco minutos y eso le ocasionó daños severos.

Hace 26 años, la madre de Ana Rita, Rita Correa, y las mamás de otros niños con necesidad de atención especial; Silvia Bribiesca y Ana Luisa Fajardo, describían las instalaciones y actividades que ayudarían a que sus hijos tuvieran el desarrollo humano que merecían.

Explicaban que era posible una vida buena para los niños con necesidades especiales y que podía ser para todos, accesible económicamente y ahí en Mazatlán, no carísimo y lejos.

Hablaban de algo que el gobierno no había podido construir y lo hacían agrandando los ojos y sonriendo con una esperanza feliz. Tres señoras que no tenían dinero, ni eran influyentes, tres señoras que solo eran amas de casa.

“Padres y Compadres” le llamaron a su grupo, un nombre que describe, sin proponérselo, que son la gente sin poder económico ni político.

Hoy tienen instalaciones y terapias de atención a niños, mejores que las de muchos gobiernos estatales y miles de pequeños han encontrado un camino a una vida digna y con alas en ese lugar que ellas fundaron.

Lo hicieron forjando una gran cadena de favores, un poquitito de ayuda gubernamental, y haciendo coincidir la parte buena que tienen todas las personas.

En México existen 46 mil 403 organizaciones de la sociedad civil, OSC, que desarrollan su objeto social sin fines lucrativos, de ayuda a terceros, legalmente constituidas, privadas, autogobernadas, que no distribuyen remanentes y que no hacen proselitismo religioso ni partidista. En Sinaloa hay 714.

Están donde el gobierno no llega y el mercado no se interesa

Este sector aún es muy reducido en nuestro país.

En Chile, un país con 19 millones y medio de habitantes, existen 235 mil OSC, el 40 por ciento de los chilenos ha participado en alguna.

En ese país sudamericano existen 120 organizaciones por cada 10 mil habitantes; en México hay 3.6; en la CDMX, 10.6; en Tamaulipas, 1.7. En Sinaloa, 2.3, ocupamos un deshonroso lugar 28 en la escala nacional.

El INEGI reporta que el 56 por ciento de la población manifiesta confiar en las OSC, mientras que 24 por ciento lo hace con los partidos políticos.

El INEGI también informa que el trabajo voluntario de las organizaciones de la sociedad civil fue, en el 2021, de un monto de 119 mil millones de pesos.

El total de los bienes y servicios producidos por ellas fue de 279 mil 401 millones de pesos, el 1.3 por ciento del PIB nacional.

Cuando se unen los ciudadanos para actuar de forma colectiva se obtienen beneficios para la gente que más lo necesita y se impulsan las causas más importantes.

Necesitamos políticas que nos unan.

Los gobiernos no deben sentir que las OSC les compiten por el “cariño del pueblo”.

Las OSC aportan muchísimo a las soluciones de los problemas sociales, esto es, colaboran en la misión principal del gobierno.

Resuelven un tipo de necesidades que requieren un alto grado de calidez y compromiso que difícilmente se puede encontrar en el personal asalariado.

Por ejemplo, Doña Rita Correa se fue a vivir a las instalaciones de “Padres y Compadres”. “Es mi misión de vida”, me explicó.

Las Organizaciones de la Sociedad Civil son, también, un canal de innovación de programas y políticas de las que puede aprender el gobierno.

Su cercanía con los temas que defienden y con sus beneficiarios, les permite detectar las preocupaciones locales antes que las autoridades y tienen un funcionamiento más flexible que les posibilita actuar más rápido.

Así mismo, su presencia en el terreno les da una posición privilegiada para poder colaborar en la evaluación de los programas sociales gubernamentales.

Donde los gobiernos y las OSC actúan juntos y coordinados se han resuelto eficazmente muchos problemas sociales.

Los recursos del gobierno federal que se invirtieron conjuntamente con las organizaciones para atender necesidades de la sociedad fueron, en 2018, 8 mil 668 millones. Esta cantidad bajó , en 2021, a solo 768 millones. Le quitaron el 91 por ciento, según el reporte de la Secretaría de Hacienda.

No hay ni resultados de auditoría ni denuncias penales que justifiquen tal reducción de los recursos.
De la misma forma, las medidas fiscales del gobierno federal limitan los donativos que pueden hacer los ciudadanos a las organizaciones.

Un millón 674 mil mexicanos trabajaron voluntariamente en una organización de la sociedad civil durante el 2020 para ayudar a alguien o para mejorar un aspecto de nuestra vida común.

Es un dato que da esperanza, las OSC nos unen.

Ojalá los gobiernos se unan con la sociedad

Veo la imagen de Ana Rita como una mujer feliz. 26 años después veo que las señoras triunfaron con base en unir a la gente.

Ojalá haya más organizaciones, ojalá haya más unión.

Artículo publicado el 23 de enero de 2020 en la edición 991 del semanario Ríodoce.

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