El cineasta y periodista Miguel Ángel Vega construyó una serie de historias testimoniales, en las que sirve de enlace con los altos mandos de la delincuencia organizada

Era 2019. Miguel Ángel Vega había consignado una entrevista para periodistas de NatGeo, con un integrante del grupo La Línea, en Ciudad Juárez, pero nada salió como lo planearon. Una lluvia de balas atravesó el cuerpo de aquel personaje y en él quedó el miedo.

Así inició la construcción de El Fixer, un libro testimonial que reúne más de 20 historias, en las que él sirve como punto de enlace entre corresponsales extranjeros y la delincuencia organizada.

Es un libro muy visual. Son narraciones en las que buscó que el lector fuera capaz de vivir lo que le ha tocado, desarrollando una labor de la que sabe su peligrosidad.

“El lector tiene en sus manos un documento no ficcionado, es un documento veraz, que escribí desde el fondo de mi corazón, con la mayor honestidad posible. Muestra al ser humano que triunfa, sueña, fracasa, que persiste, evoluciona, para aterrizar lo que tiene en su corazón”, afirmó Vega.

“Digamos que es un triunfo de la derrota. Me llena de orgullo poder compartir este libro, que yo he hecho para sacar adelante mi proyecto cinematográfico”.

Un libro personal

El libro publicado por Aguilar, explicó Vega que es muy autobiográfico, le tocó sufrir cada derrota pero también cada triunfo, cada sueño.

“Fui padeciendo todas las esperas, los sueños y esa fue una forma de humanizar al personaje de El fixer, muy vulnerable pero que va encontrando en cada fracaso un aprendizaje, que va evolucionando y expone todo lo que implica este trabajo”.

“Es un libro muy personal pero que quería que tuviera ese toque periodístico y cinematográfico, para poder con la gente, que me ha ayudado mucho para mostrar al fixer como ser humano, como amigo, empleado, periodista, novio, ser humano, mexicano”.

La literatura, aseguró Vega, es un campo que ha amado toda la vida, desde que estudiaba la universidad había querido ser escritor.

“Yo contacté a la editorial para proponer el libro y me dijeron que ya no publicaban temas de narco pero aún así me pidieron que mandara la propuesta y al mes me avisaron que sí, les gustó tanto que de mil 500 ejemplares que se publicarían, fueron 6 mil 500”.

“Esto que para mi inició como una catarsis y para superar el estrés postraumático, me sirvió para crear un libro, el cual si yo tuviera que definir, sería emocionante y honesto”.

Las huellas de la memoria

Una de las historias que aparecen en el libro, es la del asesinato de Javier Valdez.

“Me marcó de forma negativa y generó gran temor Javier, yo pensaba que era el que seguía y a partir de ese temor fui viviendo todo tipo de situaciones, que me obligaron a salir de Culiacán”, recordó.

“Yo estoy consciente de que el ejercicio periodístico es muy peligroso, los números no mienten cada día es alarmante, y mi trabajo de fixer es más riesgoso, pero mi labor es documentar lo que pasa en mi espacio y tiempo y la única forma es meterte a esos grupos para documentarlo”.

Vega confesó que se vive con miedo pero al final se aprende a lidiar con él. Cuando hay una guerra, una balacera, un terremoto, los civiles huyen, pero el periodista tiene que estar ahí.

“Es mi profesión, para esto me preparé. El temor está implícito por la naturaleza de mi trabajo, tengo la opción de decir que no pero me cansé de tocar todas las puertas para recibir apoyo para mí película y no quiero un día tener 80 años y estar lamentando por lo que no hice”, confesó.

“Si yo tuve que construir esas oportunidades, para poder realizarme como director, lo voy a hacer a costa de lo que sea”.

Artículo publicado el 08 de agosto de 2021 en la edición 967 del semanario Ríodoce.