Muere líder pesquero que pedía justicia para el sector social de la pesca
“Es tanta la necesidad que hay en el sector social que las cooperativas hemos pedido una cita desde enero al Comisionado Nacional de Pesca, y no ha sido posible reunirse hasta ahora”, lamentaba, Carlos Rojas López, el líder pesquero que el jueves 6 de agosto, falleció de diabetes a los 54 años de edad.
Rojas López criticaba a Raúl Elenes Angulo, titular de Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca), porque mientras atendía a los armadores, desairaba al sector social de la pesca y no atendía sus necesidades.
Rojas López adelantaba que en dicha reunión solicitada desde enero a Raúl Elenes, Comisionado Nacional de Pesca, se le detallaría la problemática del sector social pesquero, porque la pesca ya estaba considerada como empleo temporal que por lo mismo originaba un desempleo masivo de pescadores.
El presidente de la Federación Regional de las Sociedades Cooperativas de la Ciudad y Puerto de Mazatlán, Carlos Rojas López, murió clamando por la justicia del sector social de la pesca, pero la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) y la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca), al estilo del viejo régimen, nunca lo vieron ni lo escucharon.
“El sector social de la pesca (pescadores) ha carecido de justicia social por mucho tiempo., porque los derechos de los pescadores han sido relegados y pisoteados de lo que debe por Ley tener cualquier trabajador”, insistía el líder pesquero.
Lo gritaba como ciudadano libre y luego como dirigente pesquero, durante los sexenios de Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa, Enrique Peña Nieto, y con perseverancia lo exponía a los cuatro vientos antes de morir.
Agregaba que tanto el derecho a la seguridad social, como el derecho a una liquidación conforme a la Ley Federal del Trabajo, se les han escamoteado durante muchos años a los pescadores pese a que ellos son parte fundamental para que un barco funcione y produzca calidad en sus jornadas en altamar.
“Por ello, los pescadores merecen una mejor retribución en su trabajo, utilidades, Infonavit y un trato digno por parte de sus patrones, los armadores”, argumentaba.
Para que los pescadores, añadía, tengan la plena confianza de que sus derechos laborales van a ser garantizados, necesitan la protección tanto de la Federación Regional de Cooperativas del la ciudad y Puerto de Mazatlán, como de la Confederación de Cooperativas Pesqueras y Acuícolas.
Respecto a los armadores y/o empresarios pesqueros que ven con desconfianza a los pescadores que luchan por la justicia social del sector pesquero, sostenía sin tapujos: “Nadie pretende quitarle nada a nadie, solamente se exige que no se siga lucrando con la necesidad del pescador”.
Pura carne de cañón
“¿Cuántos armadores y/o empresarios pesqueros vinieron a manifestarse para exigir subsidio para el diesel marino?”, preguntó Ríodoce al grupo de pescadores que se resguardaban de los inclementes rayos solares bajo la sombra de unos árboles, el 12 de agosto, durante el bloqueo al acceso de la planta de Pemex, La Esperanza, contigua a la Ley de El Conchi, en Mazatlán.
Desde el contingente surgió la voz anónima de un pescador que expresaba su sentimiento en pleno territorio de Pemex minado por combustible: “Ninguno de los armadores vino a la manifestación, aquí hay pura carne de cañón”.
La misma pregunta se le planteó a Agustín González Ortega, representante de los pescadores que participó el 11 de agosto, en la reunión con funcionarios de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) y aseguró que los armadores no tenían nada qué ver en bloqueo a la planta de Pemex.
Añadió que en la manifestación estaban participando pescadores y mujeres maquiladoras de camarón, con la ayuda de algunos ferreteros proveedores de los empresarios pesqueros y el apoyo del Gobierno municipal de Mazatlán.
Los representantes de los pescadores habían buscado el apoyo del gobierno de Luis Guillermo Benítez Torres, el “Químico” Benítez, desde el viernes 7 de agosto, supuestamente con la finalidad que los enlazara con Conapesca.
El 7 de agosto, la reunión de los pescadores se habría realizado en el palacio municipal, con un operador del Químico Benítez, porque éste tenía una agenda muy saturada y no pudo atenderlos personalmente.
Aparentemente, los pescadores no sabían que el conducto del gobierno municipal no era el más adecuado hacia Conapesca, por el conocido pleito entre el funcionario federal, Raúl Elenes Angulo y el Químico Benítez.
Verónica Bátiz Acosta, esposa de Elenes Angulo, fungía como Oficial Mayor del gobierno municipal de Mazatlán, cuando el 3 de julio de 2019, intempestivamente renunció a su cargo argumentando motivos personales.
Con esos antecedentes, el lunes 10 de agosto, los trabajadores del mar, se manifestaron en la entrada del Parque Industrial Alfredo V. Bonfil, que conduce hacia el muelle pesquero donde está atracada la flota camaronera del puerto.
El 11 de agosto, una comisión integrada por cinco pescadores, fueron citados por el funcionario federal, Bernardino Muñoz Reséndez, para que acudieran a las instalaciones de Conapesca a entablar un diálogo con miras a resolver sus demandas que originaron el bloqueo de Pemex La Esperanza.
El miércoles 12 de agosto, la larga fila de tráileres estacionados buscando la entrada de la Planta Pemex La esperanza, era el reflejo fiel de que los argumentos de los funcionarios de la Conapesca no habían logrado convencer a los inconformes para que desistieran del bloqueo la entrada a la planta.
“Comisionado (Raúl Elenes Angulo) tiene la buena intención de ayudar, él quiere escucharlos, está luchando junto con ustedes”, argumentó el secretario técnico de Conapesca, Jorge Semental Crespo, pese al desaire de Elenes Angulo.
Hasta el viernes 14, los inconformes mantenían el bloqueo de la planta de Pemex, esperando la presencia del Comisionado Nacional, Raúl Elenes Angulo, para que resuelva sus necesidades planteadas desde hace dos años por el finado líder Carlos Rojas López, y que el funcionario federal ha desairado.
Artículo publicado el 16 de agosto de 2020 en la edición 916 del semanario Ríodoce.
