Apertura de guarderías, entre el riesgo y la necesidad

Apertura de guarderías, entre el riesgo y la necesidad

Si no es gripa común es diarrea. Así son los días de Claudia quien trabaja como educadora desde hace dos años. Ella trabaja en una guardería privada que abrió sus servicios el 15 de junio con la “nueva normalidad”. Pero con todo y las medidas sanitarias considera que no es el mejor momento para reanudar el servicio.

Lea: Abren la economía en Sinaloa y suben los contagios https://bit.ly/2WXQnWL

“Si no es gripa es diarrea pero constantemente te estás enfermando. Trabajar con niños y niñas es así, te expones mucho a los fluidos y por eso no creo que sea la mejor idea la reapertura de esos centros. Entiendo que es necesario, la nueva normalidad y todo eso sin embargo en el caso de los más chicos creo que es exponerlos de manera innecesaria”.

Claudia es soltera y vive con su madre, una mujer de más de 65 años. Debido a su situación decidió no aceptar el llamado al regreso a sus labores y entiende que tal vez eso signifique que pierda su empleo.

Las preocupaciones para poder empezar a trabajar de nuevo en una guardería como se le llama comúnmente, dentro del programa para su operación explican que el contacto con los niños y niñas debe de ser directo. Así lo explica Claudia.

“Debe ser uno a uno, pues. Entonces todo lo que nos implica el coronavirus es no tener ese acercamiento, es tener un distanciamiento”.

Para la reapertura de este tipo de establecimientos el gobierno federal a través del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF) emitió una serie de recomendaciones, a fin de disminuir el riesgo de transmisión de la enfermedad provocada por el Covi-19.

Estas son prácticamente idénticas a las generales. Lavado de manos, estornudo de etiqueta, no saludar ni de beso o de mano, evitar tocarse la cara, no compartir bebidas y alimentos, vasos cubiertos y otros utensilios de uso personal. Prácticamente los mismos pero aplicado al cuidado de bebés y niños menores de 4 años.

Por otra parte, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) trabaja en la estrategia para la reapertura de sus guarderías así como las subrogadas. El 9 de julio dio a conocer que mediante el resultado de la encuesta a las personas trabajadoras usuarias del servicio que se encuentran laborando en actividades esenciales, no tienen otra alternativa de cuidado para sus hijos, por lo que este será reanudado.

Según el IMSS, se otorgará el servicio a un porcentaje de su capacidad dependiendo de la semaforización epidemiológica. En Sinaloa se había manejado la reapertura el lunes 20 de julio y posteriormente el miércoles 22, sin embargo al cierre de esta edición no ha sido confirmada una fecha.

Esto es debido a la misma inconformidad de usuarios. Estela, quien vive en Aguaruto y ahí es usuaria del servicio, señaló que en su guardería acordaron aún no llevar a sus niños. El riesgo aún es grande.

Ella trabaja en un laboratorio y su trabajo es considerado dentro del rubro esencial. Explica que en caso de echar mano del servicio el IMSS pone a su disposición un documento donde manifieste que por su voluntad no hará uso del servicio. Esto como medida para no perder el sitio.

En el caso de las guarderías del IMSS, se explica que si una unidad se encuentra en una localidad con semáforo epidemiológico en rojo, sólo se atenderá a hijos de trabajadoras en actividades esenciales y en un 25 por ciento de la capacidad; en semáforo naranja, se incluirá a madres que estén trabajando sin importar si se trata de actividad esencial y se atenderá en un 50 por ciento de la capacidad de la guardería; en semáforo amarillo será en un 75 por ciento de la capacidad, hasta llegar al 100 por ciento en semáforo verde.

A nivel estatal los Centro de Atención Infantil (CAI) tampoco tienen fecha oficial de reapertura. Hasta ahora se manejan con el que dio a conocer la Secretaría de Educación Pública y Cultura (SEPyC) y la preocupación es idéntica. ¿Cómo trabajar con infantes?

“Estoy consciente que la reapertura de sitios es inevitable. Necesitan reactivar la economía y me parece razonable el lugar donde se puede mantener una distancia considerable, pero en una guardería cómo quieren que se guarde distancia”, se cuestiona Laura, educadora en uno de los cuatro CAI que existen en Culiacán.

En Sinaloa este servicio tiene matrícula de mil 256 niñas y niños de 0 a 3 años 11 meses, y el CAI donde ella labora otorga servicio a más de 200 niños.

“Si un niño empieza a llorar, se cae o está enfermo, cualquier maestra que esté cerca va a correr a cuidarlo, a abrazarlo y qué tal si esta maestra tiene un sistema inmunológico débil. Seamos sinceros, hay padres de familia que te van a ocultar información para no salir activos en el filtro”, señala.

Ahí la cadena de contagios puede resultar interminable. Tener contacto con infantes significa tenerlo con fluidos corporales. El dotarlos de alimento. La entrada y salida de proveedores. El del agua, las carnes, frutas y verduras, el de abarrotes, el de las tortillas.

“Simplemente es demasiada actividad en la que no se puede controlar realmente”, añade.

La preocupación es general según explica. “Si se abren las guarderías y dicen que tengamos el menor contacto posible sería imposible además en todos los cursos que hemos tomado, antes de ‘Covid’, es eso, que tengas contacto, que abraces, que lo hagas con el corazón. Cómo se va a poder hacer esto, no lo entiendo”.

“Entonces a la hora de estar con los bebés uno no puede no atenderlos, no tocarlos, no estar cerca de ellos porque es parte de su desarrollo emocional, de su desarrollo integro, para poderlo tener pleno la persona necesita tener ese tipo de contactos”

Y mientras el gobierno se esfuerza por mantener un semáforo epidemiológico color naranja, usuarios y trabajadores de estancias infantiles o guarderías se enfrentan a la necesidad y al riesgo.

Artículo publicado el 26 de julio de 2020 en la edición 913 del semanario Ríodoce.

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