Entra al mercado Gustavo Garmendia y compra unos huevos, manteca y algunas frutas y verduras. Son las primeras ventas del día después de un cierre de más de 90 días y el dinero obtenido no pudo ser gastado de una mejor manera, según explica Iván.
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Comparte su obra en Facebook y justifica. “No es que esté pasando hambre sino que quiero que la gente sepa que si uno gana aquí, ese dinero circula aquí, lo gasta uno con los mismos compañeros”, explica.
A principios de junio la inconformidad de comerciantes y locatarios contra la medida del Ayuntamiento de Culiacán al cierre de calles tanto al tráfico vehicular como al transporte público se incrementó ante la negativa de dejarles operar sus establecimientos.
Esto derivó en la creación de la Unión de Locatarios del Centro de Culiacán (ULCC), quienes acusan que la actual administración del alcalde Jesús Estrada Ferreiro busca hacerlos migrar y dejar sus locales.
La idea cobró fuerza luego de que a través del Instituto Municipal de Planeación Urbana (IMPLAN) se dictaminara cambiar paraderos de autobuses y la implementación de calles peatonales sobre Ángel Flores y Miguel Hidalgo en el tramo comprendido entre la avenida Álvaro Obregón y Domingo Rubí.
“Estamos firmemente decididos a derribar el centro peatonal porque viene a terminar con la vida económica del centro… ellos están buscando apropiarse de los negocios que hay alrededor y de los locales y las propiedades”, explica Miguel Ángel Millán, líder de la agrupación.
La implementación de calles peatonales está cimentada en evitar aglomeraciones. Ante la nueva normalidad, caminar el centro debe cambiar, según postulan especialistas de la organización civil Mapasin, dedicada al estudio y diseño urbanístico.
Ante la necesidad de movilidad por las calles del centro, las condiciones de la infraestructura existente y el requerimiento de distanciamiento entre personas que utilizan el espacio público, Mapasin propone mejoras a dicha infraestructura que permita el desplazamiento de manera rápida, cómoda, saludable y segura.
Esto lo explica Andrés Salazar Vidales, Ejecutivo de Proyectos de Mapasin, quien menciona que el proyecto tiene bases para fomentar el tránsito seguro del peatón por las calles del centro de Culiacán en tiempos de pandemia.
“Para nosotros el tema de la movilidad peatonal es fundamental en estos tiempos de pandemia, debido a que la mayor parte de la población se mueve a pie y sobre todo va y camina las calles del centro de la ciudad las cuales actualmente no todas cuentan con la infraestructura para guardar la distancia y es por eso que existe esta necesidad de tal vez peatonalizar ciertos tramos de algunas calles, ampliar las banquetas temporalmente en otros y sobre todo generar mediante estas estrategias espacios seguros para las y los peatones que se mueven en el centro”, explicó.
Sin embargo, históricamente los espacios peatonales no son respetados en Culiacán. Ya sea por automovilistas que invaden las calles o por comerciantes ambulantes que se instalan en ese tipo de sitios habilitados para caminar libremente.
Y esa es otra preocupación por parte de los comerciantes del centro. “Una carta libre para el comercio ambulante”, dice Iván.
La medida comenzó el lunes 29 de junio y según el alcalde Jesús Estrada Ferreiro, esta no será definitiva pero en caso de funcionar, se valorará dejarla operar permanentemente. Esto ha generado al menos siete manifestaciones por parte de los afectados.
“Sabemos que algunas de estas medidas se están tomando como medidas temporales o provisionales para atender los riesgos de la pandemia, sin embargo nosotros consideramos que este tipo de medidas deben ser permanentes debido a que este tipo de acciones nos acercan cada vez más a tener una ciudad a escala humana, donde el ser humano es el centro de las políticas públicas y una ciudad diseñada sobre todo para las personas, ciudades para la gente es lo que hemos venido manejando”, añade Andrés Salazar.
Según explica Miguel Ángel Millán, la intención de no dejar cruzar vehículos a dicho sector obedece a obligarlos a migrar, a dejar sus establecimientos.
Y esta es la preocupación de locatarios y comerciantes. Temen que la medida obedezca más a un grupo empresarial y que esta los obligue a dejar sus establecimientos y negocios a un bajo costo para después ser convertidos en centros comerciales o franquicias.
“Nosotros pensamos que eso es una mentira, un proyecto que va a beneficiar a unos cuantos pero no a la mayoría… no es posible que permitamos nosotros que nos sea despojado nuestro patrimonio”, criticó.
Durante 90 días las cortinas abajo obligaron a algunos a no poder abrir más. La medida del cierre del centro fue el primer paso, según sospecha Miguel Ángel, quien además explica que no recibieron apoyo alguno gubernamental durante la cuarentena.
Y mientras la solución no es compartida por todos los sectores, la lucha entre gobierno municipal y locatarios sigue. La apertura parcial del centro de Culiacán no es una opción para unos, y para los otros el peatonalizar calles significa evitar aglomeraciones. Pero en las plazas, bancos y tiendas departamentales, las filas fluyen.
