Pasará mucho tiempo antes de que conozcamos con mayor certeza –nunca con exactitud- cuántas fueron las personas que murieron por la enfermedad Covid-19 en este periodo de emergencia. Es mayo y siguen sumándose muertes que corresponden al mes de abril. Ocurre en Sinaloa y en todo México.
La autoridad, tanto estatal como federal, tardó en admitir que los números oficiales eran parciales. Aplica para muertes y para contagios. No dijo que se estaba generando cada día un sub-registro incuantificable hasta ese momento. Pensaron quizás que aclararlo acarrearía la necesidad de explicaciones que en ese momento no querían o no podían dar.
Son necesarias todas esas aclaraciones, porque aun con esos datos parciales y que requieren de un ajuste al alza, es posible ir dimensionando lo que ocurre.
Abril tiene en Sinaloa un promedio diario de muertes de 5.4, hasta ahora. Eso es un total de 164 defunciones en 30 días. El número supera el nivel de homicidios diario de 2011, uno de los peores en la historia de la entidad, que fue de 5.2 asesinatos por día.
Si sumamos las 39 muertes de lo que va de mayo –insistiendo que son las que hasta ahora se han registrado en la plataforma, y lo que ha venido ocurriendo que se tardan muchos días en algunos de los casos en subir el dato a esa plataforma. Si se suma solo mayo, el promedio baja muy ligeramente a 4.6 muertes diarias, pero sigue siendo más alto que el promedio diario de los asesinatos en lo que va de este 2020, y de los seis años anteriores también.
Si seguimos en esta lógica, y sumamos el total de muertes de abril y lo que va de mayo, en total 194, el promedio diario de defunciones baja a 5.1, muy poco comparándolo con abril. E igualmente tan alto como los peores años de asesinatos en este estado.
Sinaloa mantiene la tendencia que desde el inicio se fue imponiendo. Siete de cada 10 muertes son en Culiacán, y más de la mitad de los contagiados también se concentran en la capital.
Margen de error
(¿Por qué?) ¿Por qué comparar muertes por Covid-19 con los asesinatos? No hay ninguna relación causal entre ellas, por supuesto. Es solo para efectos de entendimiento. Sinaloa lleva muchísimos años que la sumatoria de asesinatos por mes, por año, a veces por día, se convierte en información destacada.
Los promedios y las comparaciones con otros estados, con otras ciudades y la tasa de homicidios, son números con los cuales un sinaloense convive con regularidad. Parto de la base que sería menos comprensible comparar las muertes por alguna otra enfermedad en lugar de los asesinatos.
Son incomparables, y el ejercicio es solo para efectos de entender las dimensiones de una y otra situación. De la pandemia en nuestra localidad, y de la convivencia que hemos llevado muchos años con los homicidios cada día.
Mirilla
(Flores blancas) Las flores de mayo blanquean banquetas y camellones. Las amapas igual florecen en el centro de Culiacán. El confinamiento de la ciudad se va poniendo cada vez más pesado. La otra emergencia, la económica, no da tregua y junto a las flores de mayo y las amapas, se van juntando quienes tienes más y más dificultades para ir sobreviviendo.
Acá en la ventana del periódico resuena la tabla donde trituran la carne asada de una taquería. Como otros, se resiste a cerrar, aunque tenga que capotear a inspectores y policías.
Deatrasalante
(Javier Valdez) La paralización por la emergencia sanitaria, también incluyó la cancelación de actividades por el aniversario luctuoso del periodista Javier Valdez. Para muchos de sus amigos, aquí en Ríodoce o fuera, y para sus colegas, sigue siendo el 15 de mayo una fecha de tristeza e impotencia.
Las actividades de los últimos dos años tienen muchos objetivos, según cada uno de los participantes que ofrecen tiempo, esfuerzo y hasta recursos de manera solidaria.
El primer año fue el latente reclamo de justicia, pensado que el reclamo no era solo por Javier, el periodista asesinado, sino por miles de víctimas que son parte de esta guerra constante. Muchas de ellas el propio Javier contó sus historias en el periódico y en libros.
Al año siguiente, en 2019, se sostenía que pese a los dos detenidos y acusados como autores materiales del crimen, el proceso judicial estaba atorado y no existía la acusación contra el autor intelectual. A la par, muchos pensaron que honrar la memoria de Javier Valdez debía incluir actividades de capacitación para una nueva generación de periodistas y colectivos de defensa de los derechos humanos.
En este número del periódico Ríodoce, que Javier junto a otro puñado de periodistas parió y amamantó, incluimos una serie de trabajos que comentan la obra y el seguimiento que las organizaciones internacionales de defensa de la libertad de expresión han acompañado en el proceso judicial.
La pandemia frustró proyectos y planes. Cortó y corta vidas de tajo. Los más se la siguen jugando todos los días para seguir sobreviviendo cuando se impone una pausa. Ni en el peor de los escenarios posibles alguien pensó que en mayo de 2020 todo esto estuviera pasando (PUNTO)
Columna publicada el 10 de mayo de 2020 en la edición 902 del semanario Ríodoce.