Cine: ‘Perdida’

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El cine mexicano inicia el 2020 con el pie derecho con la muy interesante Perdida (México/2019), y no es para menos: la dirige Jorge Michel Grau, quien en el 2010 entregara Somos lo que hay, ese atractivo e impactante filme de caníbales. En su trabajo más reciente, el realizador reitera su habilidad y profesionalismo para contar historias.

Al poco tiempo de ser nombrado director de la Filarmónica de la Ciudad México, Eric (José María de Tavira) acude a un bar a tomarse unos tragos, donde lo atiende Fabiana (Cristina Rodlo). Es tanta la atracción que siente por ella, que esa noche la pasan juntos y de inmediato la chica se muda a vivir a la residencia del músico. Esa felicidad se interrumpe cuando aparece la policía, como parte de la investigación de la desaparición de Carolina (Paulina Dávila), la esposa de Eric, de quien no se sabe nada desde hace varios días.

La película escrita por Anton Goenechea, basado en la colombiana La cara oculta (2012), está contada desde dos perspectivas: la de Eric, luego de que su esposa desaparece, conoce a Fabiana y vive un romance con ella; y la de Carolina, desde su llegada a México y hasta que se le pierde a su marido.

El filme funciona muy bien por sus interesantes vueltas de tuerca que llevan al espectador a conclusiones impensables, que lo hacen emocionarse, desesperarse, tensionarse y sorprenderse; por esa sensación de lejanía, soledad, aislamiento y encierro que ofrece la espaciosa casa de Eric y Carolina, por los inusuales sonidos que abundan en ella y sugieren la presencia de un intruso; por habilidad de sus tres protagonistas para sostener la trama; por esa reiterativa Claro de luna que incita a la calma; por la creativa fotografía que se vale de los reflejos, la oscuridad, la luz y los planos cerrados para enfatizar su discurso; y por ese curioso guiño al “poderoso” mexicano que se casó con una vedette que salía en películas y la televisión.

Si bien De Tavira se desempeña profesionalmente como el apasionado y dedicado director de música que no pierde tiempo para relacionarse con las chicas, y Rodlo se desenvuelve en el mismo sentido como la novia que se instala y posesiona de la enorme mansión e ilusoriamente cree que puede tomar decisiones en ella, quien logra un mejor trabajo es Dávila, con ese trayecto de la serenidad a la desesperación al verse presa en su propio juego. Aunque de poco tiempo en pantalla, igual se disfrutan las siempre oportunas actuaciones de Anabel Ferreira, Juan Carlos Colombo y Luis Fernando Peña.

En la escena en la que Carolina le reclama a Eric una supuesta infidelidad, este se defiende con la frase “porque soy hombre”. En apariencia solo se trata de palabras que ilustran y le van bien a la historia, pero la oración, que encierra la realidad de muchas mujeres, embona de forma precisa con la invalidación del personaje de la chica que desaparece, con el poco valor que tiene para su esposo y el lugar que pierde estando, incluso, en su propia casa: escucha y ve todo lo que pasa y, a pesar de que grita, ruega e implora desesperada que la vean y atiendan, para los demás no existe. No se la pierda… bajo su propia responsabilidad, como siempre.

Artículo publicado el 02 de febrero de 2020 en la edición 888 del semanario Ríodoce.

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