A más de dos años, la FGR nada sabe de la fuga del ‘Azulito’

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La investigación se envió al archivo temporal de Fiscalía

 

A más de dos años de la fuga de Juan José Esparragoza Moreno, el Azulito, la Fiscalía General de la República no tiene idea de cómo escapó, incluso mandó al archivo temporal la investigación.

Lea: Autoridad ignora advertencia y cinco reos se fugan del penal de Aguaruto https://bit.ly/2WT8mN6

La carpeta de investigación fue iniciada desde el 16 de marzo de 2017, el día en que escaparon cuatro operadores del Cártel de Sinaloa y se percataron que el hijo de Juan José Esparragoza Moreno, el Azul, no estaba en el reclusorio porque tampoco saben qué día huyó.

En una audiencia celebrada en el Centro de Justicia Penal Federal por la fuga de los cuatro operadores por la que están acusados el encargado de la dirección del penal, cinco custodios y un civil, el Ministerio Público de la Federación dio a conocer que hasta la fecha desconocían la mecánica de la fuga de Esparragoza Monzón, incluso qué día había ocurrido.

Mencionó que la carpeta de investigación fue enviada al archivo temporal.

El Artículo 254 del Código Nacional de Procedimientos Penales establece que “el Ministerio Público podrá archivar temporalmente aquellas investigaciones en fase inicial en las que no se encuentren antecedentes, datos suficientes o elementos de los que se puedan establecer líneas de investigación que permitan realizar diligencias tendentes a esclarecer los hechos que dieron origen a la investigación. El archivo subsistirá en tanto se obtengan datos que permitan continuarla a fin de ejercitar la acción penal”.

Los abogados de los acusados por la fuga de los cuatro operadores del cártel pidieron al Juez sobreseer la acusación por la fuga del Azulito y el Ministerio Público respondió que no estaban acusados de favorecer esa evasión.

Los imputados son el subdirector del penal que el día de la fuga era encargado de la dirección, Víctor Manuel Mauricio “F”, el civil Julio César “P”; y los celadores Jesús Francisco “A”, Hugo Iván “V”, José Roberto “I”, Alfredo “G” y Marcelo “V”.

Los siete están acusados de la evasión de Jesús Peña González, el 20; Rafael Félix Núñez, el Changuito Ántrax; y Francisco Javier Rosales Zazueta, el Chimal.

Los evadidos, excepto el Chimal tienen orden de detención con fines de extradición a Estados Unidos.

Los reos escaparon en el compartimiento oculto de una camioneta la tarde del 16 de marzo de 2017 y fue cuando se percataron que el Azulito ya no estaba en el penal.

La FGR desconoce si escapó ese día antes que los cuatro operadores o desde el día anterior.

Por la evasión de los cuatro operadores del Cártel de Sinaloa, los siete imputados irán a juicio oral por el delito de evasión de presos.

En el juicio declarará como testigo el Secretario de Seguridad Pública del Estado, Cristóbal Castañeda Camarillo, quien en ese entonces era Subsecretario.

También rendirán su declaración trabajadores del penal, celadores, presos, peritos y agentes investigadores.

Los presos se metieron en un compartimiento oculto de una camioneta, que ingresó al taller de carpintería.

De acuerdo con la narración que hizo el Ministerio Público, días antes de la fuga, el Changuito Ántrax mandó construir una casa de madera en el taller.

Los primeros materiales para la construcción fueron ingresados en una camioneta de una empresa de venta de madera, pero en las siguientes era un vehículo con logotipos falsos.

Lea: Entre amparos y prórrogas el proceso de celadores que facilitaron fuga del ‘Azulito’ https://bit.ly/34Cg9BE

Según el Ministerio Público, la casa la mandó construir para concretar el plan de la fuga y establecer la ruta que seguía la camioneta que dejaba el material y la zona en la que la abordarían el día de la evasión.

El 16 de marzo, a las 11:00 horas el número de emergencias 911 recibió una llamada que alertaba de disturbios en el penal y la fuga del Azulito.

A esa hora, los otros cuatro presos todavía no se escapaban.

Castañeda Camarillo se comunicó con el subdirector Víctor Manuel, quien mandó a Marcelo a buscarlo y minutos después dijo que sí estaba.

A las 12:20 horas el Cisen alertó a Castañeda de la fuga y éste volvió a pedir al subdirector que verificara y envió al jefe de seguridad quien respondió que sí se encontraba.

Después de eso, al jefe de seguridad del penal ya no lo volvieron a ver.

Media hora más tarde, a las 12:50 horas, Castañeda dijo al subdirector que personalmente buscara al Azulito, por lo que el funcionario fue al módulo 21 y los reos le dijeron que no estaba.

El Ministerio Público acusa que el subdirector debió activar el código rojo en ese momento, pero no lo hizo y salió del penal para ir a las instalaciones de SSP a comunicar personalmente a Castañeda que el Azulito había escapado.

De haber activado el protocolo en ese momento, los otros cuatro reos no habrían escapado ya que a esa hora todavía no huían, pero el plan de escape ya estaba en proceso.

Según la narración, a las 12:58 horas, José Roberto dejó entrar al penal una camioneta a dejar material para el taller de carpintería y Hugo omitió revisarla.

Jesús Francisco abordó el vehículo y acompañó al chofer hasta el taller.

A las 13:16, el civil Julio César ingresó al penal sin ser registrado ni revisado y se dirigió hacia el taller.

La camioneta entró al taller a las 13:22 horas; a donde minutos antes habían entrado los cuatro reos fugados y otros dos más.

A las 13:30 horas la camioneta salió del área de talleres rumbo al pórtico y siete minutos después salió del penal y detrás, salió Julio César caminando.

Cristóbal Castañeda llegó al penal a las 14:00 horas y hasta esa hora activó el código rojo por la fuga del Azulito.

En el transcurso de la tarde se percataron que habían escapado cuatro internos más.

Según la FGR, en las imágenes de las cámaras del penal a simple vista se puede ver que la camioneta tenía un doble fondo.

El vehículo fue localizado días después y resultó que los logotipos de la empresa de madera eran falsos.

Los celadores, el subdirector y el civil fueron llevados ante el Juez y vinculados a proceso penal en septiembre de 2017, pero un año después el proceso inició de nueva cuenta por demandas de amparo.

En la audiencia de la semana pasada, el Ministerio Público y los abogados de los acusados dieron a conocer los testimonios y las pruebas que presentarán durante el juicio oral.

El juicio será programado en las próximas semanas.

Artículo publicado el 3 de noviembre de 2019 en la edición 875 del semanario Ríodoce.

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