Un caracol que se volvió viral llamó la atención por sus colores. Pero un estudiante de Medicina Veterinaria decidió dar una explicación que le quitó lo tierno y añadió lo macabro al caracol zombie.
El colombiano Felipe González Acevedo explicó el proceso que experimenta el pequeño animal, captado en video en Taiwán, de acuerdo a El País.
Y es que el caracol, que tiene extravagantes movimientos en sus antenas y colores en todo su cuerpo, fue infectado por un leucocloridio (Leucochloridium paradoxum). Éste es un gusano parásito que controla los movimientos del animal y afecta su comportamiento.
?♂? Esto es un caracol "zombie". Ha sido infestado por un gusano parásito llamado leucocloridio, el cual altera el comportamiento del caracol y controla sus movimientos. El colorido movimiento en sus ojos busca atraer a las aves para que se lo coman pic.twitter.com/rSGYlluuhu
— Felipe Goes Wild ? (@EcoParce) August 12, 2019
Por ello, realiza los movimientos que muchos usuarios habían catalogado de “tiernos”. No obstante, éstos son para atraer pájaros. ¿Por qué? El parásito quiere que las aves se lo coman para continuar con el ciclo.
Luego de que los pájaros —por lo general mirlos y tordos—se comen al caracol infestado, los parásitos llegan a su etapa adulta en el intestino de las aves. Y los huevos se liberan en las heces. Así, entran en otro animal y el ciclo continúa.
“dentro”del caracol, el huevo se convierte en esporoquisto y se va a su hígado, donde empieza a crecer como si fuera un tumor y empieza a consumirlo lentamente. Después, empieza a ramificarse y con sus tentáculos castra al caracol para poder acaparar toda su energía y nutrientes. [Cuando llega a los ojos] la intención del leucocloridio es simular ser una oruga y verse lo más apetecible posible para ser devorado. Es aquí donde inicia la guaracha estrambótica en sus ojos, mientras el caracol se va moviendo y va llamando la atención”, añade el estudiante de veterinaria.
Esto se conoce como mímica agresiva. La intención del leucocloridio es simular ser una oruga y verse lo más apetecible posible para ser devorado.
Es aquí donde inicia la guaracha estrambótica en sus ojos, mientras el caracol se va moviendo y va llamando la atención.
Afortunadamente, González aclara que este parásito no puede transmitirse a ningún ser humano. Así que, por ahora, no hay gusanos zombificadores de humanos.