La inseguridad en la sierra sur, más compleja de lo que se cree: Roque Vargas

La ayuda humanitaria llegó para los desplazados de quien menos lo esperaba; de familias residentes de las comunidades de La Ciudad y Echavarría, Durango, relató Roque Vargas Aragón, líder de las familias desplazadas de la sierra del sur de Sinaloa.

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Declaró que son alrededor de 40 personas las que están viviendo en La Ciudad, Durango, y alrededor de 30 en Echavarría, ambos grupos en condiciones precarias.

El tema de la inseguridad en la sierra de Rosario es el principal motivo, dijo, y éste es mucho más complejo de lo que se quiere hacer ver, no se trata solo del robo de oro, sino de células delictivas que quedaron acéfalas, sin financiamiento y con rencillas entre sí, además del fenómeno que durante décadas se ha registrado de pleitos entre familias, que también han cobrado vidas.

Estimó que las familias compuestas principalmente por mujeres, algunas de ellas viudas con niños, tienen alrededor de un mes que se vieron obligadas a cambiar su residencia.

Dijo que a pesar de que el alcalde de Rosario, Manuel Pineda, recibió la solicitud para que los apoyara con vehículos para bajar de la sierra, no hubo respuesta. Ante el desespero, agregó, optaron por irse por su propia cuenta, algunos a pie, al vecino estado de Durango.

La llegada a Durango no pudo haber sido más tortuosa, detalló, pues los niños tuvieron que dormir a la intemperie en un clima frío, sin más abrigo que el de su familia y sin alimento.

“Estuve con ellos y es triste ver cómo las mujeres y los niños no tienen nada, ni qué comer, pedimos ayuda a las familias que viven ahí y les dijimos que frijoles cocidos y tortillas eran suficientes, y se organizaron y los alimentaron”, describió.

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El activista reconoció el apoyo de las autoridades locales de La Ciudad, donde dijo, los desplazados recibieron apoyo en la medida de las posibilidades que había en ese momento.

A pesar de que este fin de semana se tenía programado un viaje para dar seguimiento a la atención de esos desplazados, agregó, no fue posible hacerlo por cuestiones de seguridad.

Además de La Rastra, los pueblos abandonados son Los Ángeles, El Tecomate y Los Brotos, ubicados en los límites geográficos entre Sinaloa y Durango.

Consideró que la intervención de las corporaciones policiales ha sido insuficiente, pues si la percepción en la sierra fuera de certidumbre, la gente no tendría por qué sentir la necesidad de salirse de sus viviendas.

Reveló que algunas familias han tenido que emigrar a Culiacán, Los Cabos y La Paz, obligados por las condiciones precarias que hay aquí para poder tener una mejor calidad de vida.

Con relación a la petición que se le entregó por escrito a Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador, que estuvo de visita en Mazatlán el miércoles 12 de junioo, desestimó la veracidad de la lista de personas que se incluyeron en el documento.

Vargas Aragón lamentó que existan peticiones que desde hace dos años no han sido atendidas para las familias asentadas en Villa Unión, como la de contar con un terreno urbanizado para que puedan construir sus viviendas.

Por lo pronto se mantendrán a la expectativa del apoyo que pudieran proporcionar los gobiernos de Sinaloa y Durango, a las familias sentadas en esa entidad.

Artículo publicado el 16 de junio de 2019 en la edición 855 del semanario Ríodoce.