Desolación en movimiento LGBT; festejo en grupos religiosos, por freno a matrimonios del mismo sexo

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Los grupos religiosos y sus seguidores estallaron en júbilo cuando escucharon el resultado de la votación: 20 a favor, 18 en contra. Se frenaba así el intento de hacer posible en Sinaloa el matrimonio de personas del mismo sexo.

Lea: Rechazan aprobación del matrimonio igualitario en Sinaloa https://bit.ly/31F5fKx 

Al otro extremo del recinto, quienes ondeaban las banderas del movimiento LGBT quedaron aturdidos y en silencio inmediato. Lo que habían visto esa mañana como algo inminente, se les había ido de las manos.

Diputados como la morenista Yeraldine Bonilla Valverde lloró desconsolada junto a un activista del movimiento LGBT porque el dictamen que consideró viable, no fue aprobado.

Desde temprana hora, los manifestantes a favor y en contra del matrimonio igualitario buscaron entrar al recinto Legislativo. Vestidos de blanco, pertenecientes a diversos grupos religiosos, llegaron con pancartas defendiendo el matrimonio entre un hombre y una mujer; mientras que los grupos LGBT llevaron pancartas y su bandera emblemática del arcoíris.

El momento más complicado del acceso fue cuando una de las puertas de cristal fue quebrada en medio de la confusión por tratar de entrar al recinto legislativo, cuando un grupo ya numeroso de activistas de ambos bandos querían entrar al mismo tiempo.

Adentro los gritos de ambos llenaron desde antes y durante la sesión el recinto.

Consignas como ¡Estado laico!, ¡Constitución no religión!, ¡Todos somos familia! Fueron coreadas con los activistas LGBT. Del otro lado, al lado derecho del recinto, el grupo vestido de blanco, al que se le sumó la exdiputada del PAN, Tania Morgan, y el diputado federal, Carlos Castaños, portaban pancartas sobre el “matrimonio natural”, antes de la votación, y gritaban ¡Viva la familia!.

Confiados que saldrían con las reformas aprobadas, los grupos LGBT festejaron efusivos el dictamen que era propuesto, y estallaron en júbilo cuando el presidente de la Mesa Directiva, Marco César Almaral, pidió la votación y se obtuvo unanimidad, para dispensar la segunda lectura del dictamen. El festejo era como si se hubiese aprobado la reforma, pero era solamente, que se agilizaba la votación, y se declinaba leer el dictamen nuevamente.

En algunas curules, como los de Graciela Domínguez se colocaron banderas del movimiento LGBT, mientras que otros diputados como el independiente, José Manuel Valenzuela, llegó vestido con saco blanco, en concordancia con el movimiento interreligioso, y portando un escapulario de San Antonio, para que “hiciera el milagrito”.

La primera en hablar a favor fue la diputada de Morena, Francisca Abeyó, quien trataba de leer su discurso preparado por sus asesores, pero apenas audible, por la cantidad y el volumen de gritos de los asistentes, lo que provocó su enojo y reclamara que tenía derecho a ser escuchada.

En contra, tocó el turno a la diputada del PRI, Elva Margarita Inzunza Valenzuela, quien declaró que los integrantes de su grupo parlamentario eran enérgicos defensores de los derechos humanos y que la comunidad lésbico-gay, tenían todo su respaldo, pero que consideraban que eran mejor utilizar una figura alterna al matrimonio para otorgar derechos  en materia de seguridad social, herencias, vivienda, temas fiscales y migratorios.

“No aceptamos, y por ningún motivo podemos aceptar, que se desvirtúe el concepto de matrimonio y de familia, entendidos éstos como la unión entre el hombre y la mujer”, dijo y afirmó que la iniciativa tenía “propósitos ocultos”. La afirmación enardeció a la comunidad LGBT.

“¡Son minoría!”, le gritó a coro el grupo que ondeaba las banderas LGT. En tanto los grupos interreligiosos contratacaron con un grito de “¡Somos mayoría!”.

El prolongado discurso ya prácticamente inaudible por las consignas de los grupos a favor o en contra motivó que el coordinador del Grupo Parlamentario del PRI, Sergio Jacobo, hiciera intentos desesperados con señales desde su curul, para que su compañera de bancada parara ya su discurso, el cual era inaudible en medio del griterío de la audiencia.

Lea: Rechazo del Congreso al matrimonio igualitario vulnera derechos humanos: CEDH

El panista, Jorge Iván Villalobos, líder de la bancada del PAN, le tocó su turno para hablar en contra del dictamen y rechazó que su postura tuviera un fin discriminatorio, sino que él estaba en favor de la familia y del respeto a la diversidad.

“¡Doble moral! ¡Vamos Montana”, le  gritaron al panista los defensores del matrimonio igualitario, en referencia a escándalos difundidos por los medios de comunicación en años pasados en los que el legislador fue protagonista.

En su intervención el diputado del PRD, Edgar González, se pronunció por evitar que el tema propiciara la confrontación, y que se tratara de apoyar decisiones personales por encima de los derechos de los ciudadanos.

Defendió en su intervención el derecho que tienen las minorías y enfatizó en que el tema no confrontara y dividiera a la sociedad  sinaloense.

Anunciado originalmente el morenista, Horacio Lora Oliva, pero sustituido por su compañero de bancada, Pedro Villegas Lobo, desató aún más las controversias de las consignas del público presente, al aclarar que el dictamen del matrimonio igualitario no estaba tocando el tema de la adopción, como se estaba queriendo confundir y distorsionar.

“¡Fuera, fuera, fuera!”, le gritaron visiblemente molestos los partidarios del “matrimonio natural”.

Más allá del contenido del dictamen, el morenista atacó al panista Jorge Iván Villalobos por “embriagarse  con mujeres en una fiesta”. “¡La religión no está por encima de la Constitución!”, aseguró al término de su participación.

La morenista Adriana Zárate, también pidió subir a tribuna, pero su participación fue prácticamente inaudible con los gritos de “¡Todos somos familia! ¡Todos somos México!”

Entre el público de los defensores del matrimonio igualitario estaba también presente la diputada federal Merary Villegas, quien alzaba una bandera del arcoíris en la parte baja de la butacas de la sala de sesiones.

Vendría la votación nominal, pero a medida de avanzaba la lista, los temores del movimiento LGBT empezaban a desvanecerse en la operación numérica. Eran 38 asistentes, pero de entrada dos votos que habían considerado a favor no estaban presentes. Eran los de Karla Montero que desde el inicio de la Legislatura no ha ocultado su homosexualidad, y la del morenista Ocadio García Espinoza, quien convalece de una afección médica.

Los votos en contra de seis diputados de Morena, no daban buenas cuentas.

Al final se cantó el resultado.: 20 votos en contra, 18 a favor. El matrimonio igualitario ya no estaba al final del túnel para el movimiento LGBT en Sinaloa en esta sesión.

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