En caso Javier Valdez, vinculan al ‘Quillo’ a enfrentamiento con militares

ENFRENTAMIENTO. En Villa Juárez.

El Tribunal Colegiado en Materia Penal confirmó el auto de vinculación a proceso a un presunto sicario detenido en un enfrentamiento, del que lograron escapar Juan Francisco N, el Quillo; y Heriberto N, el Koala, acusados de asesinar a Javier Valdez.

El acusado, Gabriel N, era miembro de la célula que dirigía el Quillo y fue detenido el 28 de mayo de 2017, tras un enfrentamiento con el Ejército en el cruce de las carreteras Culiacán-Eldorado y 20 que conduce a Villa Juárez.

Ahí también estuvieron el Quillo y el Koala pero alcanzaron a huir; a 13 días de haber participado en el asesinato de Javier.

En el lugar, el Quillo y su célula habían puesto un retén para “levantar” contras.

Eran los días en que Los Dámaso y Los Chapitos sostenían disputas en esa zona.

Después del tiroteo, el Ejército detuvo a cinco y liberó a dos hombres privados de su libertad.

Tres de ellos no portaban armas de fuego pero Gabriel N tenía un fusil y fue presentado ante un Juez de Control.

El presunto sicario está acusado de los delitos de portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército, Armada y fuerza aérea agravado y homicidio doloso en grado de tentativa con agravante de pandilla.

Según la declaración de un testigo protegido, incluida en el expediente del homicidio de Javier Valdez, cuatro de los detenidos salieron con fianza con ayuda del Liebre, primo de Dámaso López Serrano, el Mini Lic.

Entre las armas decomisadas había un fusil AK 47 chapado en oro que supuestamente Dámaso le había regalado al Quillo.

Tras la detención, el Juez lo vinculó a proceso pero la defensa solicitó un amparo que le fue negado y el Tribunal Colegiado confirmó el auto de vinculación.

Uno de los hombres rescatados durante el tiroteo dijo que lo habían privado de su libertad varias personas, refiriéndole que lo iban a matar porque estaba robando y le taparon la cara con su camisa y como unos 20 minutos después escuchó que gritaron “ahí vienen los guachos”.

Luego escuchó disparos, trató de correr, se cayó y siguió corriendo hasta que escuchó que un militar ordenó que se detuviera y miró cuando otra persona que iba vestida de civil y armada se quitó el chaleco que tenía y un rifle y lanzó una granada a los soldados quienes respondieron con disparos.

Refirió que mientras estuvo privado de su libertad escuchó que estaban en el entronque de la 20 y la instrucción de que levantaran o mataran a quien miraran en moto.

El otro hombre liberado narró que lo privaron de la libertad en el entronque.

Dijo que circulaba en una moto cuando vio una fila de carros detenidos por lo que los rebasó por un costado y observó que había un retén que al principio pensó que era de soldados, pero después vio que estaban de civiles y armados.

Uno de los hombres armados se acercó a él y lo bajó de la moto llevándolo con otro sujeto que le preguntó para quién trabajaba y exigiendo de manera agresiva que dijera la verdad si no lo iban a matar.

El hombre fue subido a una de las camionetas y lo amenazaron con que lo iban a torturar, pero como a los cinco minutos escuchó que gritaron que venían marinos y después escuchó disparos.

A él lo habían amarrado de las manos con su camisa pero la pudo aflojar y quitar el amarre, pero se quedó en el lugar por miedo a que le dieran un balazo.

Después se acercó un militar a quien dijo que lo tenían secuestrado.

Según la Procuraduría General de la República, Gabriel N se encontraba en compañía de varias personas armadas en el entronque, deteniendo la circulación de los vehículos, simulando un puesto de control o reten con tres camionetas.

A las 12:45 horas, elementos de la BOMU se acercaron al lugar y fueron agredidos a balazos y los elementos militares detuvieron la marcha y bajaron de sus vehículos para repeler la agresión.

Durante el enfrentamiento de aproximadamente media hora, un cabo de infantería resultó con una herida de bala en la pantorrilla derecha, un soldado de infantería en el tobillo derecho, un soldado de transmisiones en la rodilla izquierda y un presunto delincuente murió.

El fallecido portaba un fusil de asalto modelo X5, calibre 223 con su cargador abastecido con tres cartuchos útiles.

Varios de los agresores se dieron a la fuga en los vehículos y otros a pie.

“Tú específicamente te introdujiste en un expendio de cerveza Tecate y te sentaste ocultando una arma en tu espalda procediendo un soldado de infantería a ordenarte con comandos verbales que no tocaras dicha arma, procediendo a asegurarte el arma que portabas”, dijo el Fiscal al acusado en la audiencia inicial.

El arma era un fusil de asalto color oro, calibre 7.62×39 milímetros con el cargador abastecido con 30 cartuchos.

Los abogados del acusado rechazaron la versión de la Fiscalía y alegaron que Gabriel N no intentó asesinar a los soldados.

El defensor dijo que según la lógica, si la intención del acusado era asesinar, hubiera disparado los 30 tiros que traía el cargador del fusil que le aseguraron.

“Si la intención del grupo armado que se menciona en el parte hubiese sido el quitarles la vida a los militares, sin duda alguna ello hubiera ocurrido, dado que es un común denominador que las personas que integran esos grupos generalmente van dispuestas a todo, y en el caso sí esa hubiese sido la intención de quitarles la vida, así hubiera sucedido por la cercanía de los hechos y por los demás datos que existen y rodean al hecho”, señaló la defensa.

El Juez consideró que con independencia de que hubiese utilizado o no la totalidad de la carga del fusil, el acusado exteriorizó actos idóneos para privar de la vida a los militares.

Para que se actualice el delito de homicidio doloso en grado de tentativa, solo se requiere que se realicen acciones encaminadas a dicho fin, pero que no se haya logrado el resultado por causas ajenas a la voluntad del sujeto.

El juez consideró que sí se reúnen los requisitos para dictar el auto de vinculación a proceso, por lo que negó el amparo y ratificó el auto de vinculación.

Artículo publicado el 24 de junio de 2018 en la edición 804 del semanario Ríodoce.

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