Cuando andaba en los treinta, Javier Valdez repetía que era un anciano de 30 años. Ser viejo siendo joven fue la mejor manera de anticiparse a la vejez. Una tarde calurosa, en una mesa de las orillas donde el bullicio rebota y se confunden las palabras, Javier Valdez empezó a escuchar anécdotas de él mismo que no reconocía, no recordaba, ni siquiera como un deja vu.
La tarde se hizo noche y los episodios desconocidos de su propia vida se acumulaban. La oscuridad revela episodios que las luces ocultan. Antes de que a la noche la pintara la claridad Javier Valdez tenía ya un biógrafo particular, nuestro amigo Lorenzo Bastidas. Por entonces, Javier era un anciano que andaba en los cuarentas.
Otra tarde calurosa, en esta ciudad todas las tardes son calurosas y chupan en segundos los cubos de hielo, el biografiado se echó un palomazo en la batería como festejo del cumpleaños número 50. Le tocó una pieza pésima, pero golpeó los platillos como si le gustara a ratos. Qué pena, podría citar el biógrafo, que no se tratara de El hombre del brazo de oro, esa sí que hubiera sido una buena despedida de la batería para Javier Valdez.
Margen de error
(Reflectores) Como en ningún otro sexenio, los funcionarios que concluyeron su mandato continuaron siendo noticia durante el año más difícil de todos, el séptimo cuando están sin poder. Casi sin excepción van rodando casi todos como dentro de un barril: se muestran sin control en el manejo de las finanzas por el equipo de Mario López Valdez; un alto número de obras públicas, inconclusas o deficientes; la salud dilapidada por contratos mañosos; las campañas de Turismo pagadas pero no realizadas; los recursos para obras sociales enfocados como apoyos a cuates…
Y aunque el jefe de todos, Mario López Valdez, se mantiene a salvo, hace mucho que es imposible que resulte sin raspaduras. Él optó por el silencio, luego de un tímido intento por defenderse al inicio del año cuando le suspendieron la cuenta pública del primer semestre de 2016.
El último intento público de Malova por hablar fue un tuit dos días después del temblor del 19 de septiembre, pide a los “compañeros ferreteros” del país unirse y apoyar. Recibió 20 retuits, pero ningún comentario de apoyo. Si hizo donativos o envió herramientas necesarias a la zona de la catástrofe se desconoce. Unos días después harían el anuncio de las inhabilitaciones de funcionarios de su gobierno. Uno debió dolerle especialmente, la de Armando Villarreal, su amigo.
Será interesante el próximo año cuando inicien los juicios orales y se evidencien las pruebas de unos y otros. ¿Cuántos expertos tendrá la Fiscalía para investigar corrupción? ¿Cuántos recursos invertirán los inculpados en su defensa, con qué argumentos, de dónde obtendrán pruebas? Dudas que 2018 resolverá.
Mirilla
(Generación ¿?)La generación de gobernadores de la que forma parte Mario López Valdez, que iniciaron sus mandatos en la segunda parte del sexenio de Felipe Calderón y la primera parte del sexenio de Enrique Peña, forman la generación de políticos con más señalamientos por sus vínculos en casos de corrupción. Y no se trata de opiniones o dichos de oídas, sino de largas y documentadas historias de corrupción. Lo peor es que todos ellos siguieron un modus operandi igual, replicado, quizás herencia de lo que por muchos años se vino haciendo en este país. Aun agotado el modelo corrupto de hacerse de carretadas de dinero, la “nueva” generación de políticos siguió aplicándolo como si se tratara del mismo país, como si no existieran las leyes de transparencia y nadie pudiera seguir el rastro del dinero.
Ahora sabemos de empresas fantasmas, de prestanombres irreales, de una vida de lujos. Antes también, pero ahora fue posible documentarlo.
Nadie podría llamarse sorprendido en realidad, el pus brotó cuando todos ellos estaban en el poder. Ahí está otra diferencia con el pasado, no se trata de nuevos grupos llegando al poder y cobrándose facturas políticas, sino de revelaciones ante tanta evidencia que fueron dejando regada en el camino.
Esta es una generación cínica hasta niveles imposibles de creer. Para ellos el servicio público se convirtió en una tumba forrada de comodidades, ¿qué les importa si no vuelven nunca más a ser funcionarios? Mejor, ya ni querían.
Primera cita
(Propósitos) Qué interesante sería conocer la lista de propósitos de personajes públicos. De los gobernantes en turno y de los perseguidos por la justicia. De los delincuentes consumados y de los que apenas hacen sus pininos.
Como ninguna ley de acceso a la información lo permitiría, lo mejor es concederle ese deseo a la imaginación de cada quien.
Deatrasalante
(2018) Si llega a pasar este capítulo de corrupción denunciada públicamente y perseguida selectivamente en México, en algún momento tendremos que pagar culpas todos. Y no en el sentido de que seamos cómplices de los corruptos, sino que es imposible que unos cuantos por sí solos hayan podido hacer y deshacer a su antojo, sin que unos muchos solo fungieran como espectadores (PUNTO)
Columna publicada el 31 de diciembre de 2017 en la edición 779 del semanario Ríodoce.