Mochicahui, El Fuerte.- Mirna Nereyda Medina Quiñónez sepultó este lunes a su hijo, Roberto, cuya desaparición perpetrada por desconocidos hace tres años originó la fundación del colectivo de búsqueda conocido como “Las Rastreadoras”.
“Te lo cumplí, Roberto: te encontré. Lo prometí, y aquí estas. Ya vas a Tierra Santa, a descansar”, se despidó la madre en la Cruz del perdón, en donde los nativos hacen la última parada con el féretro para despedirse del cuerpo de su ser querido, antes de enterrarlo.
Ella exhumó los restos óseos de su hijo, tras encontrar una tumba clandestina delatada por un particular, sin saberlo.
El hallazgo se produjo justo tres años después de la desaparición de “El Chacharitas”, apodo que sus amigos cercanos le impusieron por dedicarse a la venta callejera de discos, memorias y accesorios de sonido automotriz, negocio que lo llevaría a ser privado de la libertad por desconocidos en la cabecera de este municipio.
Una multitud de lugareños y de miembros del colectivo “Desaparecidos del Fuerte” que fundó medina para buscar a su hijo ausente.
Fue un cortejo fúnebre plagado de anécdotas de “El Rebozo”, como también le decían al muchacho.
Roberto fue sepultado en el panteón municipal de Mochicahui.