Fidel Castro y  Lázaro Cárdenas

Fidel Castro y  Lázaro Cárdenas

 

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Supe de la existencia del libro Era otra cosa la vida, en febrero del 2011,  cuando en un programa de radio en la Ciudad de Culiacán, el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas, invitado por la Universidad de Occidente, lo mencionó. La autora del libro es Doña Amalia Solórzano, esposa del General Lázaro Cárdenas del Río.

Esos jóvenes, nos dice la señora  Amalia Solórzano, esposa del General Lázaro Cárdenas del Río en el libro  Era otra cosa la vida, se prepararon físicamente en un rancho que el general tenía en Michoacán.

“El General conocía al grupo de Fidel Castro antes de que los apresaran. Sé que los ayudó y hasta halló modo de facilitarles posibilidades para que lucieran sus entrenamientos. Una vez en Uruapan dijo a su ayudante: «Van a venir unas personas en una camioneta, las haces pasar de inmediato». Cuando llegaron, el General estaba ocupado y el ayudante, para no molestarlo, no los anunció y no los hizo pasar hasta que se desocupó. El General se lo reclamó. Supe después que eran Fidel y algunos de sus compañeros”.

Cuando los agarraron, el General fue a ver al presidente Adolfo Ruiz Cortines. Éste lo recibió de inmediato y el General le pidió mucho la libertad de los presos: «no tienen delito, están luchando por la libertad de su patria», le dijo

Hace unos años me invitaron a uno de los aniversarios de la revolución cubana. Raúl Castro me presentó a una de las chamacas vestidas de uniforme y le dijo: «Esta es la esposa del general Lázaro Cárdenas. Si él no nos ayuda y nos saca de la cárcel, en este momento no estaríamos aquí».

Desde la Sierra Maestra, Fidel Castro le mandó una carta  al  General con un corresponsal de un periódico,  la cual dice:

Territorio Libre de Cuba

Sierra Maestra, 17 de marzo de 1958.

Señor General de División Lázaro Cárdenas Andes 605 México, D.F.

Admirado general:

Aprovecho la visita de un reportero de la prensa de su país para enviarle a usted, que es el primero de los mexicanos, un fraternal saludo.

No ignora usted la tragedia que vive nuestra patria, padeciendo hace seis años la más brutal tiranía que ha conocido.

Solos los cubanos, sin la ayuda de nadie, hemos ido librando nuestra lucha. Cuántas veces, en medio de la áspera contienda, he pensado con tristeza en lo olvidados y ajenos que vivimos los pueblos de América. ¡Con cuan poca ayuda hubiésemos podido poner fin hace tiempo a esta lucha que tantas vidas valiosas cuesta a nuestro pueblo! Poseedores los grupos opresores de los más modernos medios de destrucción y muerte que les facilita con irrisorios pretextos la nación que se dice defensora de la democracia, los pueblos, abandonados a su suerte tienen que pagar un precio cada vez más alto por su libertad. Y es tal, sin embargo, su voluntad de sacrificio y de lucha, que solos y desarmados están venciendo todos los consorcios.

Consideramos que la lucha en Cuba está en su etapa final y que el combate decisivo se librará con las mayores posibilidades de éxito. Mas, si los efectos de la rígida censura y el terror desatado previsoramente por Batista ahogasen el movimiento de huelga y acción armada que está al producirse, nos replegaremos de nuevo hacia las montañas a continuar la lucha indefinidamente. Entonces acudiremos a todos los rincones de América en busca de ayuda para nuestra causa, esperando que el sacrificio y la tenacidad demostrada por nuestro pueblo puedan mover el interés de hombres como usted que tanto ascendiente tienen sobre el suyo, por su historia y su valor.

Eternamente le agradeceremos la nobilísima atención que nos dispensó cuando fuimos perseguidos en México, gracias a la cual hoy estamos cumpliendo nuestro deber con Cuba. Por eso, entre los pocos hombres en cuyas puertas puede tocar con esperanzas este pueblo que se inmola por su libertad a unas millas de México, está usted.

Con esa justificada fe en el gran revolucionario que tantas simpatías cuenta en nuestra patria y en toda América, se despide de usted, su sincero admirador.

Fidel Castro

 

Los dos grandes líderes se han marchado,  Lázaro Cárdenas  en 1970,  y  Fidel Castro hace unos días. Pero en  algún lugar del universo han de estar conversando, buscando acuerdos para que no haya injusticias.

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Twitter: @riosrojo

 

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