Hace un año, alrededor de las nueve de la noche, Joaquín “El Chapo” Guzmán se fugaba por segunda ocasión del penal de máxima seguridad del Altiplano.
“A las 20:52 horas del día de hoy (sábado 11 de julio), en el Sistema Permanente de Video vigilancia del Penal Federal del Altiplano I, se observó que Joaquín Guzmán Loera se aproximó al área de la regadera dentro de la estancia 20 del pasillo 2, donde habitualmente, además de su aseo personal, lavan sus enseres”, explicó entonces la Comisión Nacional de Seguridad.
Luego de no ver al capo, agregó, personal del penal ingresó a la celda, que se encontraba vacía.
El 8 de enero pasado, el líder del Cártel de Sinaloa fue recapturado en Los Mochis.
Hoy, a un año de aquel sábado, las autoridades penitenciarias han vuelto a endurecer las condiciones de su reclusión en el penal de Ciudad Juárez, Chihuahua, donde se encuentra desde el pasado 7 de mayo, según uno de los abogados de “El Chapo”.
De acuerdo con el litigante José Refugio Rodríguez –quien encabeza un equipo de 12 defensores legales, incluidos cuatro asignados al proceso de extradición–, su visita con el capo se programa una vez por semana, con una duración de 45 minutos cada vez.
Destacó, asimismo, que tras la nota falsa de la fuga de su cliente, el pasado fin de semana, no pudo hablar con él.
El abogado reiteró que Joaquín Guzmán está vigilado todo el tiempo, y el lugar donde éste aparece en la fotografía publicada por Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, para desmentir la fuga, es diferente a la sala donde lo visita.
“Donde nos entrevistamos con él es un área muy reducida; es un escritorio, una silla prácticamente pegada a la pared de él y otra donde está su servidor, y donde no caben dos o tres gentes, no caben, tiene que estar la gente afuera vigilándonos”, señaló en entrevista con Radio Fórmula.
Rodríguez precisó que a un año de la fuga del sinaloense del penal del Altiplano, han vuelto a agravar las condiciones de reclusión de Guzmán Loera. “Le exigen que duerma en posición firmes, boca arriba”, y si durante el sueño se mueve, se tapa la cara o cruza los brazos, lo despiertan.
Señaló que tiene información en el sentido de que sólo le dan medicamento cuando tiene problemas con la presión arterial y luego le suspenden el tratamiento, con lo que desmintió las declaraciones del comisionado del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social (OADPRS), Eduardo Guerrero Durán, quien el pasado sábado 9 aseguró que Joaquín Guzmán Loera no ha sido segregado o torturado, ni sufre, ni tiene mala salud.
“Esta persona no ha sido segregada, ni torturada, ni se han violado ninguno de sus derechos. Estamos asegurándonos que cumplimos con la ley”, señaló en una entrevista con el diario estadunidense The Washington Post.
Añadió: “‘El Chapo’ tiene acceso a familiares, abogados, aire fresco, libros, ajedrez y a la televisión, y puede utilizar una máscara para los ojos para dormir, lo que le permite tener una oscuridad perfecta”.
Guerrero Durán reaccionó así al señalamiento de José Refugio Rodríguez, quien anteriormente había subrayado que su cliente tiene problemas para dormir porque las luces de su celda están encendidas las 24 horas y los guardias lo despiertan cuando se tapa el rostro o cruza los brazos.
“Las condiciones en las que está siendo detenido son muy drásticas. Es víctima de un tratamiento cruel e inhumano por debajo de los estándares establecidos por las Naciones Unidas. Eso es prácticamente tortura”, dijo el abogado en una entrevista separada, también con The Washington Post.
En respuesta, Guerrero Durán detalló que durante los 65 días de reclusión en Ciudad Juárez, “El Chapo” ha salido al patio en 27 ocasiones por espacio de entre 45 y 75 minutos, dependiendo del clima, ha recibido nueve visitas de sus abogados y ha hablado con sus familiares cuatro veces por teléfono.
De igual manera, dijo, a recibido sus familiares en persona en 13 ocasiones adicionales y ha recibido visitas íntimas en dos ocasiones.
En relación con la salud de Guzmán Loera, Guerrero Durán señaló que ha sido revisado por doctores y enfermeras en 79 ocasiones y su presión arterial se revisa diariamente. Su peso actual es de 167 libras y su presión arterial de 120/80. “No ha perdido ni un sólo gramo de peso”, acotó.