El presente entorno presenta un grado de complejidad que está afectando al sector inmobiliario turístico.

Primeramente, debemos ubicar quienes son nuestros principales compradores. Estos son principalmente nacionales, locales y regionales, canadienses y estadounidenses.

Si bien es cierto el comprador local no adquiere por lo general con fines recreacionales, las propiedades que compran en muchas ocasiones son a vendedores extranjeros que tasan sus propiedades y demandan el pago en dólares estadounidenses. A este segmento, cada vez le es más difícil concretar operaciones.

Por un lado, al comprador local no le da la certeza sobre cuánto es lo que va a pagar al firmar escrituras, y por otro, en estos casos al vendedor le afecta en el pago del Impuesto Sobre la Renta (ISR), ya que por lo alto del tipo de cambio tiene que pagar sobre una utilidad “virtual” haciendo que en muchos de los casos se pierda dinero.

El cliente regional (Culiacán, Durango, Chihuahua Coahuila) se encuentra en la misma situación, aunque los casos de desarrollos exitosos se han dado  en unidades de condominio con rango de precios de entre un millón a un millón 500 mil pesos.

Sin embargo, los precios de materiales de construcción han aumentado, impactando el precio final de estas propiedades. En pesos han sufrido incrementos de entre 15 y 20 por ciento, pero será en el transcurso de lo que resta del año cuando veremos cómo se comporta el mercado, pues también existe la inquietud de inversionistas de proteger su patrimonio invirtiendo en un bien raíz.

El cliente canadiense por años ha sido el más leal al destino, pero su moneda se ha depreciado en un 25 por ciento con respecto al dólar estadounidense. Aquí hay un par de elementos a considerar:

Primero, los que tenían y estaban en posibilidad de comprar en Estados Unidos empiezan a buscar alternativas menos costosas y Mazatlán en este caso es una de ellas, y segundo, los vendedores tendrán que ajustar sus precios a esta realidad, ante lo cual los desarrolladores tendrán el reto de ofrecer a base de diseños innovadores, unidades más atractivas y funcionales.

En el caso de los estadounidenses, se empiezan a asomar después de algunos años de estar contenido este segmento de mercado, pero por el tipo de cambio su mentalidad es el de buscar oportunidades. El flujo de visitantes extranjeros será crucial para poder evaluar las posibilidades de este segmento.

Dentro de la complejidad en el sector y a pesar de ello, las expectativas se visualizan favorables. Los vendedores cuentan con elementos de carácter fiscal y legal que pueden disminuir el pago de ISR de manera considerable, mientras que para los compradores existe mucha competencia dentro de una variada oferta inmobiliaria y en el caso de los extranjeros, el costo y la calidad de vida que ofrece Mazatlán son elementos de mucho peso en la decisión de compra.

Todos los elementos anteriores, en alto grado, dependen del profesionalismo de los agentes inmobiliarios, de los peritos valuadores y de los notarios públicos, profesionales  que sí existen en el estado de Sinaloa.