Temperatura y sobrepesca, los factores

Desde el año 2010, la temperatura del océano Pacífico es más fría que el promedio de los años anteriores y esto ha influido en la reproducción de las diferentes especies de camarón que se pescan en Sinaloa.

El agua tiene un grado centígrado menos de la temperatura habitual. Este fenómeno es un efecto del calentamiento global.

Actualmente, la pesca de camarón no se encuentra en crisis total, explica el maestro en ciencias Darío Chávez Herrera, investigador del Instituto Nacional de Pesca (Inapesca), pero señala que la producción podría ser mejor.

En el muestreo realizado en enero de este año, se encontró que el número de hembras por kilo por hectárea está muy por debajo del promedio histórico, y esto es provocado por la sobrepesca y la temperatura.

“(Esto) se debe a que tienes pocos camarones, pocos reproductores, debido a la sobrepesca, a las capturas críticas en tiempos de veda, debido al clima oceánico”, explicó Chávez Herrera, quien agregó que aunque haya camarones en etapa de reproducción, no se reproduce igual, a causa de las temperaturas.

Además del cambio en la temperatura del agua, el camarón también se ve afectado por la pesca clandestina en los tiempos de veda, provocando que con cada captura se ponga en riesgo que sea una gran cantidad de camarón enhuevado el que sea retirado del agua, y que no va a poder reproducirse.

La pesca clandestina no solamente se da en altamar. En las bahías también está el riesgo el camarón por la falta de vigilancia, y es donde los llamados “changueros” entran en acción para pescar en tiempo de protección del crustáceo.

También, los pescadores sufren de asaltos en altamar, lo que se refleja directamente en los números de producción de cada temporada.

Los tiempos de veda son establecidos después de que se realizan muestreos, para verificar el porcentaje de población que ya está en etapa reproductiva, sin embargo, cada año la fecha de inicio es sometida a los intereses de pescadores y productores, ya que la pesca es una de las principales actividades económicas en el estado, y tiene que ponerse a discusión por el desempleo que va a generar cerrar la actividad para los camaroneros.

“Ponemos fechas, en ocasiones esas fechas se mueven, porque a la hora de negociarse no quedan, entonces, si nosotros decimos ‘hay que cerrar el 15 de febrero’ pues resulta que hay una crisis económica, hay desempleo. Entonces hay que evaluar cuál es la fecha límite crítica que podemos abrir o aguantar la temporada de camarón” explicó el maestro.

El otorgar una prórroga para establecer la veda afecta en un porcentaje a la población reproductiva, de manera que tiene que establecerse una fecha límite que después de ella sería crítico para la reproducción del crustáceo.

Durante los seis meses de veda del camarón se realizan muestreos en los que se verifica la etapa reproductiva en la que se encuentran, y ya que el número de población en reproducción es muy reducido, se levanta la veda.

“Hasta ahorita estamos ‘bien’ relativamente, aunque fuéramos mucho mejor si acotáramos bien los tiempos en los que se diagnostica que tenemos que cerrar y abrir la temporada”, agregó el investigador.

La producción de camarón aumentaría entre el 25 y el 30 por ciento, si se acotaran bien los tiempos de veda, y el camarón fuera mejor vigilado cuando está en reproducción, para evitar la pesca clandestina. Esto contribuiría significativamente, ya que en los últimos cinco años la reproducción del producto se ha visto afectada por el calentamiento global.

El calentamiento global es un fenómeno que está relacionado con las acciones contaminantes que tenemos contra nuestro planeta, sin embargo, hay acciones que se pueden tomar para que no sea un impacto significativo en la reproducción del camarón.

Entre estas acciones se encuentran la vigilancia en altamar, bocas y bahías para evitar la pesca clandestina, concientización para evitar este fenómeno, además de realizar desazolve en las bahías para que haya una mejor producción.

En cuanto a la pesca, que los marineros utilicen la malla de tamaño adecuado para que durante el arrastre sea capturado únicamente el camarón en edad adulta y sea más sencillo salir de la red, para los camarones en etapas juveniles e infantiles, asegurando que sigan su desarrollo y sean capturados después en una edad adulta, puntualizó Chávez Herrera.