Esa maldita realidad que a veces brinda aplausos y otras pastelazos. Un día el Presidente Enrique Peña está en su natal Atlacomulco y lo vitorean, le aplauden hasta que las palmas se ponen rojas; y otro día le piden su renuncia y el escarnio lo lleva a un meme, esa creación del mercado viral, donde lo suben a una mesa y le ponen el letrero: “mesa, mesa que más aplauda.”

Quedarse en el aplauso o el pastelazo no lleva a ningún lado. A largo plazo, públicamente lo que importa es el precedente que deje una situación como esta. Como nunca un Presidente está acorralado, arrinconado, no por alguna autoridad, sino por un grupo de ciudadanos y de medios informativos. Podrá negarlo, pero a no ser por las opiniones, la viralidad de muchos de los participantes en decenas de marchas, Peña Nieto estaría tranquilo recibiendo aplausos por sus reformas.

Una verdad clara es que Peña Nieto no será tocado por esa vía, pero tampoco le será fácil al Secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade, armar un expediente. Al final tendrá que conformar una historia jurídica congruente o lógica al menos.

El conflicto de intereses, los políticos que reciben a modo propiedades o información de privilegio para adquirirlas, no es un caso único de los que ahora enfrentan esas acusaciones. Todos debemos poner las barbas a remojar y reclamar investigaciones similares a muchos otros alcaldes, diputados y gobernadores que se encuentran en la misma situación, pero que solo ven desde fuera lo que pasa.

MARGEN DE ERROR

(Vivir del aplauso) Decir que Enrique Peña vive del aplauso, cual actor o cantante —“mientras ustedes aplaudan, Chente sigue cantando”, decía Vicente en los palenques—, es reducir al mínimo lo que se alcanzó a oír cuando el micrófono debió cerrarse al anunciar a su investigador, Virgilio Andrade: “Ya sé que no aplauden”, dijo. Prueba simple de que no estaba en el guión es la página de internet de la Presidencia, en la versión estenográfica de su discurso no aparece esa última frase.

El Presidente ese martes 3 de febrero no pedía aplausos, quizás hasta pensando con mucho margen de error deliberadamente se armó una frase corta, pegajosa, que le diera un pastelazo a Peña, y que dejara correr por su vía los argumentos de la supuesta investigación que se abre.

MIRILLA

(Mujeres) Ahí están las mujeres, en mayor cantidad serán aspirantes a puestos de elección popular. El PRI postula a tres en el estado y el PAN podría llegar a cuatro, mientras ya está Giovanna Morachis en el distrito 5, justamente donde el PRI no lleva mujer y donde además se suma la candidatura ciudadana de Manuel Clouthier —sobra decir que es un distrito donde el PAN tradicionalmente ha sido fuerte, la propia dirigente actual del tricolor, Martha Tamayo, fue derrotada ahí—.

En el fondo es sano incluso que en el PRI Mayra Peñuelas y Víctor Godoy se digan agraviados. Lo que digan, como señala el derecho de los Estados Unidos, puede y será usado en su contra.

PRIMERA CITA

(Mal mensaje)  El gobierno estatal manda mal mensaje al negarse a participar en el Foro organizado por el diputado presidente de la Comisión de Salud, Víctor Díaz Simental. No fue decisión de Ernesto Echeverría, fue orden directa del gobernador. Igual el Congreso al no sumarse institucionalmente, como poder, al Foro.

Mal mensaje, porque discutiendo la cosa pública abiertamente es como podría airearse la ya tóxica situación de los dos nuevos hospitales. Mal mensaje, porque entonces donde no están cómodos, a modo, organizados por ellos mismos, no participan.

Tampoco el gobierno de Sinaloa entiende que no entiende, tampoco desde el poder estatal se entiende que afuera hay un mundo, diferente al cautiverio en el que viven.

DEATRASALANTE

(12 años) Hoy es bueno empezar por el final. Hace 12 años nadie hubiera adivinado cuál sería el México y el Sinaloa 12 rounds después. En la edición número 1 del semanario Ríodoce luce un gigante: una foto de contrapicada hace ver a Francisco Labastida enorme, con la sonrisa de los días de campaña. Labastida después del poder, era la cabeza. Casi tres años después de la histórica derrota del PRI, lejos incluso de la cruda de la victoria panista.

Ojeando y hojeando el primer ejemplar de Ríodoce de hace 12 años y la edición 628 de esta semana es posible ver cuánto cambiamos y al mismo tiempo cuánto somos los mismos.

En eso brinca la palabra, es Juan Gelman:

…apurémonos antes

de que la oscuridad sea completa.

Estos tiempos que sangran

de perversión merecen

algo de azul, algo de claridad,

un coraje que enfrente

sus peligros, los restos

de la maldad mecánica.

Hay que  poner el mundo hacia sí, no

a sus persecuciones.

Hay que(PUNTO)