Los Mochis Sin.- El periodista José Refugio Haro Haro (1944-1914), mejor conocido como Cuco Haro, murió de cáncer en la víspera del fin de año 2014.
Rodeado de hijos, esposa, demás familiares, amigos y hasta de desconocidos que lo conocieron por su trayectoria, Cuco fue velado en la funeraria Moreh de esta ciudad durante el primer día del 2015. Luego de los Santos Oficios fue cremado y sepultado.
Haro Haro nació en el poblado San Vicente, Ahome, el 13 de septiembre de 1944.
Se graduó de licenciado en periodismo y comunicación en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Fue reportero efímero en Noroeste Culiacán, en 1975.
Reingresó a la cadena en 1992 como editor de Noroeste Los Mochis, plaza que cerró tres años después debido a la crisis económica de 1995. Ese año fue designado jefe editorial de Noroeste, en Culiacán. El cargo lo mantuvo hasta el año 2002. Ese año fue nombrado Director de Plazas, teniendo la responsabilidad de coordinar las ediciones en Los Mochis, Guasave y Évora. Trabajó en ello hasta el año 2007. En el 2009, terminó su paso por la cadena Noroeste como defensor del Lector.
Haro Haro fue subdirector de El Debate Los Mochis, matriz de la cadena de diarios.
En ese tiempo, a principios de 1990, fundó el primer club de periodistas de Los Mochis, al que llamó “Aarón Flores Heredia”, en recuerdo del reportero que fue asesinado junto con una mujer. El club evolucionó hasta convertirse en la Asociación de Periodistas “Aarón Flores Heredia”, que en sus mejores tiempos aglutinó hasta 150 reporteros, y logró mejoras a la condición de vida de los entonces comunicadores.
Cuco fue colaborador del periódico Rotativo, en la ciudad de México. Articulista y columnista en los diarios Excélsior y El Universal, y noticierista radiofónico en Los Mochis. Fue copartícipe en la elaboración de documentos en instituciones de gobierno. Y recientemente colaborador del semanario Río Doce, último medio de comunicación en donde público sus vivencias.
Haro Haro enseñó comunicación y redacción en la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad de Occidente y la Universidad Autónoma de Sinaloa, así como en escuelas públicas y privadas, tales como los colegios de Ciencias y Humanidades, CONALEP y preparatorias privadas.
El 29 de agosto del 2014 presentó su libro Pero hay que saber llegar, memorias del alcalde de Ahome, Felipe Moreno Rosales, en Ediciones ApArte. La presentación del libro en el museo del Valle del Fuerte fue su última aparición pública.
Después de ello, fue hospitalizado unas semanas y luego convaleció en su hogar, en el fraccionamiento El Chamizal.
Murió en Los Mochis, el 31 de diciembre de 2014, cuando rondaba los 70 años de edad.
Fue velado en una agencia de pompas funerarias, la misa de cuerpo presente se realizó en la iglesia de La Divina Providencia, y luego en el monumento de la libertad de expresión se realizó un homenaje póstumo. Cuco fue despedido con aplausos.
Le sobreviven su esposa, Luz Otilia Gastélum y sus cuatro hijos, José Rodrigo (36 años), José Roldán (35), Bonita (28) y Romina (27).
Preparador de periodistas y personas
Para el periodista radiofónico Víctor Torres, Cuco Haro fue un hacedor de reporteros críticos y hombres dignos, basado en la lectura y en la redacción cotidiana.
Lo recuerda con una frase: “para aprender a escribir, hay que leer y escribir”, decía siempre.
Fue un hombre generoso que nunca se guardó los secretos del oficio, que compartió con reporteros novatos y veteranos periodistas. “Y tan lo fue que sacó a un cholo de un barrio y lo hizo reportero”.
Torres lo describe como un hombre generoso de sabiduría, de puro corazón y sencillez, exceso de modesto y alejado del protagonismo.
El estilo de redacción fue de periodismo con visos de literatura, preciso, pero siempre dando algo más que la crónica simple, más que el reportaje.
Fue un crítico muy respetuoso de la persona y de su dignidad, nunca se mofó y jamás tuvo un exceso en el espacio que se le brindó.
Como hombre, expone Torres, fue un ser humano completo.
Señor del periodismo
Melchor Angulo, fundador de la revista Tribuna y único orador en el homenaje póstumo, dijo que Haro fue un señor del periodismo. “Un hombre de vergüenza, ligado a la dignidad, con pudor y profesionalismo, entregado a su oficio. Conquistó las metas que como periodista se propuso. Fue discreto, que consiguió la libertad paso a paso, día a día, letra a letra”.