La producción de mango padece desinterés de productores por mejorar la actividad
Nelda Ortega
Algunos fruticultores le han llamado la rebelión del mango al hartazgo que manifiesta la naturaleza por el abuso que han tenido hacia este cultivo, que posiciona al sur de Sinaloa como el principal productor de esta fruta.
Y efectivamente, la reacción de los árboles frutales va más allá del argumento simplón de la mala suerte y la poca floración.
Una región privilegiada, donde tradicionalmente las 30 mil hectáreas dan para cubrir el mercado nacional y extranjero, padece actualmente la falta de interés de los productores por cuidar el suelo y adoptar mejores prácticas para mantener la actividad.
En opinión del productor Roberto Rivera López, son tres factores fundamentales que deben ser tomados en cuenta para tener una buena producción: suelo, tierra y clima, pero no se hace nada y se le apuesta a la generosidad de la tierra.
Los suelos están anémicos, esto va más allá de lo que han dado por llamar “floración atípica”, dijo, la gente espera algo diferente cuando siguen haciendo lo mismo; no fertilizan ni cuidan sus cultivos.
“Cómo pueden esperar algo normal si todo su proceso es anormal, se va a seguir hablando de esto, pero nadie actúa, veo un problema serio a futuro”, comentó.
Las huertas jóvenes, de uno a seis años de edad, empiezan a producir o ensayar a partir de los tres años, explicó, a los cuatro o seis años se estabiliza y entre los ocho y nueve se hace fuerte, pero en este proceso la riqueza del suelo se va agotando y nadie hace nada para reponerlo.
“Es un cultivo tan noble, que creemos que nunca se va a acabar, pero ya se están viendo las consecuencias”, agregó.
Las prácticas en el cultivo de mango distan mucho de las que se llevan a cabo con el tomate, chile y otras hortalizas, a éstas se les pone especial atención durante todo su ciclo porque de lo contrario se pierden, a diferencia del mango, que lo descuidan todo el año y sólo se voltea a ver cuando da el fruto.
Las “defensas” de los huertos ya bajaron, opinó el fruticultor Roberto Rodríguez Ontiveros, de tal manera que cuando las inclemencias del tiempo son críticas, se resienten, sólo algunos se recuperan y otros definitivamente ya no producen.
En el marco de la reunión semanal de la Mesa de Pedro Nacho, donde se reúnen ex funcionarios con afinidades políticas a comentar temas de interés general y organizan conferencias, Rivera López comentó que existe el principio de que el suelo es un ente vivo con millones de componentes que también se han ido agotando sin que nadie haga algo para reponerlos.
“El suelo cuenta con 16 elementos básicos, hay que alimentar al suelo para que a su vez alimente a la planta, y el sistema inmunológico de los árboles se verá reforzado”, expuso.
Los árboles se estresan, sienten y se enferman, y si en lugar de podar se cortan ramas, el árbol lo resiente; si tiene heridas puede contraer hongos, explicó.
El fenómeno de la escasa floración y en consecuencia, poca fruta, es a nivel mundial, agregó, y a lo que se le adjudica es a las temperaturas; según datos de los investigadores, los árboles deben tener por lo menos diez días continuos con temperaturas a la mínima de 15 grados y una máxima de 25 grados centígrados.
En contraste, en el sur de Sinaloa, al igual que en muchas regiones, se vivió un invierno cálido que no permitió cubrir esa parte del ciclo natural del árbol frutal, al registrarse temperaturas de 16 a 35 grados, por lo que no hubo una buena respuesta en la floración.
Algunas plantas florearon por estrés hídrico, aquellas plantas que no recibieron agua se protegieron al quedarse entre tres y cuatro meses sin agua, sienten que van a morir, aceleran su metabolismo y florean.
En El Rosario existen aproximadamente 12 mil hectáreas de mango, de las cuales el 70 por ciento es de mango Kent. De 200 mil toneladas que se levantaban cada año en el sur del estado, hoy la productividad cayó y prevén que sólo serán entre unas 80 y 100 mil toneladas de fruta las que puedan comercializar.
Y es que muchos productores olvidan sus huertos durante nueve meses y sólo tres están al pendiente de que sea literalmente fructífero.
El mango aguanta los malos tratos, y ni fertilizantes, ni riego ni otros cuidados que los protejan de las inclemencias climatológicas reciben, sólo es centro de atención cuando se acerca el tiempo del corte.
Los análisis que se han hecho para observar la calidad del suelo arrojan resultados de presencia orgánica muy baja, que no cubren las necesidades del árbol. Los realizados en el municipio de El Rosario dan como resultado “punto uno”, que es cuando no hay vida y la tierra no sirve, lo ideal es contar con un tres por ciento.
“Hicimos aquí en Rosario cien análisis de calidad del suelo y ninguno salió arriba del uno por ciento, los resultados salieron de punto ocho y punto nueve; entonces es ahí donde debemos de empezar”, comentó Rivera López.

“Hay que prender la pinche mecha ya”
Urge organización, ya no aislada ni con recetas que pretendan ofrecer la misma solución para todos los productores, indicó.
Cada huerta tiene necesidades específicas que deben ser atendidas, y para ello hacer un diagnóstico y con base a éste, atenderlo, y tomar en cuenta la variedad de mango que se trate.
Que los análisis de la calidad de suelo que se haga no sean aislados sino de todos los productores para bajar costos, propuso.
Involucrar y hacer planteamientos concretos al Ayuntamiento respecto a la problemática y las posibles soluciones para que apoye al sector.
De igual manera aprovechar a las instituciones como el Comité Estatal de Sanidad Vegetal del Estado de Sinaloa (CESAVESIN), Fundación Produce y la propia Secretaría de Agricultura del Estado de Sinaloa.
“No quiero pensar que el gobierno ha caído en la inercia y que quiera atender y resolverlo todo con un rollo de alambre, no se trata de eso, creemos que va más allá”, asentó.
Pero la punta de lanza deben ser los productores, dijo, y provocar que se creen políticas para este tipo de situaciones, “hay que prender la pinche mecha ya”.
Con todo y ello el mercado internacional será cubierto al exportar a Estados Unidos, Francia, España, Alemania, Inglaterra y Japón.