La nueva ruptura del Cártel: asesinatos, “levantados” y sicosis en la población

 

 

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Los enfrentamientos de la semana pasada avistan una nueva guerra intestina en el Cártel de Sinaloa.

El hermano de Joaquín el Chapo Guzmán, Aureliano Guzmán, el Guano, inició una pugna por el control de territorios con Dámaso López Nuñez, el Licenciado.

La semana pasada en menos en 72 horas hubo cinco enfrentamientos y un saldo de 11 personas muertas: siete presuntos delincuentes, un elemento de la Marina y tres personas más que se encontraban en el lugar… y ningún detenido.

Los tiroteos se dieron mientras elementos de la Policía Militar patrullan las calles desde el pasado 6 de enero para “reforzar” la seguridad.

Fuentes policiacas no oficiales, informaron que el Guano tomó el lugar de su hermano, el Chapo Guzmán, para proteger a Iván Archivaldo y Alfredo Guzmán; y pretende desplazar al Licenciado, compadre y uno de los operadores más cercanos al Chapo y quien orquestó la fuga del capo del penal de Puente Grande, Jalisco, en enero de 2001.

En 2008, el Cártel de Sinaloa sufrió una ruptura con los hermanos Beltrán Leyva cuando Arturo, el Barbas, acusó al Chapo de entregar a su hermano Alfredo, el Mochomo, para que lo capturaran las fuerzas federales en Culiacán.

La guerra entre los dos bandos dejó un saldo de mil 167 personas asesinadas en el primer año, hasta alcanzar la cifra histórica de 2 mil 250 homicidios dolosos en 2010.

Desde que empezó el año y el Gobierno de Quirino Ordaz Coppel, la ola de violencia repuntó en el estado y enero cerró con 116 homicidios dolosos.

El 70 por ciento de los asesinatos ocurrieron en Culiacán y Mazatlán —éste con una cifra histórica de 40 homicidios en un mes—, municipios donde los cárteles mantienen disputas por el control de territorio.

En febrero ya suman 39 asesinatos, de los cuales 18 fueron en Culiacán y siete en Navolato; y por lo menos 12 personas privadas de su libertad.

En el puerto, autoridades estatales atribuyen la violencia a la lucha entre el Cártel de Sinaloa y los Beltrán Leyva; y en el capital del estado a la fractura entre el Guano y el Licenciado.

En el último semestre del año pasado, en Badiraguato, el Guano mantuvo otra lucha pero ésta contra los Beltrán Leyva.

En la tierra del Chapo y de los hermanos Beltrán, disputó territorios con el hijo de Alfredo Beltrán Leyva, el Mochomo; Alfredo Beltrán Guzmán, el Mochomito, fue detenido en diciembre pasado.

El Licenciado y su hijo Dámaso López Serrano, el Mini Lic, mantenían su batalla pero en Baja California Sur contra la célula los Adanes por el control del narcomenudeo.

 

Villa Juárez, en el fuego cruzado

El último desencuentro entre Los Dámaso y Los Guzmán ocurrió el pasado martes por la tarde en la sindicatura de Villa Benito Juárez, en Navolato.

En esa zona se disputan las células Los Montana, que operan para el Licenciado; y Los Chimallis, de Los Guzmán.

Durante alrededor de 30 minutos se desataron cuatro enfrenamientos en distintos puntos del lugar.

El saldo fue de dos presuntos delincuentes muertos y tres víctimas inocentes, entre ellos una joven de 22 años.

Habitantes del poblado señalaron que los delincuentes asesinados fueron más pero los cadáveres los levantaron los sicarios y aseguran que en la caja de una camioneta se llevaron a punta de pistola a por lo menos a cuatro hombres.

En junio del año pasado, cuando familias intentaban sepultar dos cadáveres en el panteón de la localidad, elementos del Ejército recuperaron los cuerpos, mismos que los delincuentes se habían llevado días antes de un enfrentamiento.

“Se llevaron gente que ellos mismos mataron, gente que a ellos mismos les mataron, tienen esa maña que les matan y se llevan a su gente”, expresó una mujer que dijo haber visto cuando subían un cadáver a una camioneta.

Los tiroteos del martes ocurrieron sobre las carreteras 20 y 50 y la que conduce al campo pesquero Las Puentes.

De acuerdo con una testigo que se encontraba esperando camión en el cruce de las carreteras 20 y 50, los sicarios se persiguieron disparándose por ambos caminos y fue en el crucero donde se juntaron.

“Venían agarrados, no sé de dónde salió tanto carro, yo corrí y me escondí allá atrás”, narró.

En un video grabado desde la gasolinera que se encuentra en ese cruce, se observan camionetas desde las que disparan con rifles montados en la caja.

A un costado de la gasolinera quedaron atrapados en el fuego cruzado Zenén Santiago y Norberto, cuando circulaban en una camioneta Ford Explorer.

Un testigo refirió que los dos hombres bajaron del vehículo e intentaron refugiarse de las balas debajo de la camioneta, pero cayeron muertos.

Ambos eran jornaleros agrícolas que vivían en la colonia Las Amapas de esa comunidad.

A unos metros de ahí, Rocío Rendón y su esposo fueron alcanzados por las balas cuando caminaban frente a una refaccionaria y la joven murió en el lugar, mientras que su pareja resultó lesionado.

Durante el tiroteo, trabajadores y personas que se encontraban en la clínica número 11 del Seguro Social, ubicada en el área de la refriega, fueron encerrados en el inmueble por personal de seguridad.

Peritos y agentes investigadores de la Procuraduría General de Justicia del Estado levantaron cuatro cadáveres esa tarde y olvidaron uno.

Fue hasta el día siguiente cuando de nueva cuenta acudieron a recoger al cuerpo que quedó a un costado de la carretera que conduce al campo pesquero Las Puentes, junto a una camioneta.

En los cuatro lugares donde fueron los enfrentamientos quedaron ocho camionetas, tres fusiles AK 47, 16 cargadores para AR 15 y AK 47, una granada de fragmentación y 437 casquillos.

 

Entre el béisbol y las balas

Mientras los equipos de béisbol se disputaban la Serie del Caribe en el estadio de Tomateros, los grupos delincuenciales peleaban a balazos en las calles.

Entre el viernes 3 y el lunes 6 hubo enfrentamientos en la sindicatura de Imala, el fraccionamiento Villas del Real y las colonias Las Flores, La Costera y Libertad.

El domingo 5 por la tarde, grupos armados se encontraron sobre la avenida Pedro Infante, en el sector Las Flores y se inició un tiroteo.

El saldo fue de dos personas al parecer víctimas circunstanciales lesionadas; y en el lugar quedaron ocho vehículos, dos fusiles AK 47, dos granadas, 14 cargadores, 82 casquillos, cinco cascos blindados y 422 cartuchos.

Minutos más tarde hubo otra refriega en la que murieron dos presuntos delincuentes y hallaron tres fusiles AK 47 y cuatro pistolas calibre 9 milímetros.

Horas después, en los primeros minutos del lunes 6, elementos del Ejército se enfrentaron con civiles en la colonia Libertad, donde no hubo lesionados, ni muertos y tampoco detenidos.

Al día siguiente en el fraccionamiento Villas del Real, hubo otro tiroteo entre elementos de la Marina y civiles.

Según la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), los marinos realizaban patrullajes cuando se encontraron con un grupo armado y se inició la refriega.

El saldo fue de cinco presuntos delincuentes y un marino muertos; vehículos y viviendas de los vecinos quedaron tiroteadas.

Ahí quedaron una camioneta, cuatro fusiles AK 47, uno AR 15, seis pecheras, 28 cargadores para AK 47 y AR 15 y 250 casquillos.

El convoy de delincuentes era de al menos cinco vehículos.

El viernes 3 por la tarde hubo otro tiroteo en la comunidad de El Pozo, en la sindicatura de Imala, entre delincuentes y la Policía Militar.

Un agente castrense resultó herido de un tobillo y los delincuentes lograron escapar.

La refriega provocó un despliegue policial en la zona en el que localizaron un plantío de 10 hectáreas de mariguana, un predio de cinco hectáreas de amapola, cuatro vehículos, uno de ellos blindado y con pedestal para portar un rifle de grueso calibre; 56 cargadores, 310 cartuchos calibre 50 y tres granadas.

Ninguno de los presuntos delincuentes muertos ha sido identificado y sus cadáveres permanecen en el servicio forense sin ser reclamados.

En los hechos violentos las autoridades tampoco han logrado detener a los delincuentes.

 

Las carencias de la autoridad

Ante la ola de violencia, el Estado enfrenta carencias y deja las investigaciones a la Procuraduría General de la República (PGR).

El gobernador Quirino Ordaz Coppel ha evadido los cuestionamientos de la prensa sobre seguridad.

El martes, ante la insistencia de los reporteros, solo dijo que se estaba reforzando la seguridad en coordinación con fuerzas federales.

“Tengo un mes en el cargo y estamos trabajando en ese sentido”, dijo.

El secretario de Seguridad Pública Estatal, Genaro Robles Casillas, aseguró que la delincuencia no ha rebasado a la autoridad aún con las carencias que tiene el estado.

“Tenemos carencias, yo se lo dije desde el principio, pero estamos trabajando con lo que tenemos pero lo estamos haciendo, cubriendo todas las necesidades, respondiendo a la necesidad de la población”, señaló.

El General de Brigada mencionó que las corporaciones locales necesitan de más vehículos y unidades áreas para tener una reacción más pronta.

Además, reconoció que se les dificulta detectar grupos armados en las calles debido a que las cámaras de vigilancia no funcionan.

De las 168 cámaras que controla C4i en Culiacán, solo 11 sirven; y de las 249 que opera el Centro de Emergencias y Respuesta Inmediata del municipio, apenas 14 están activas, reveló.

El encargado del despacho de la PGJE, Marco Antonio Higuera Gómez, dijo que la ola de enfrentamientos se debe al antagonismo entre delincuentes, pero la fiscalía no los tiene identificados.

El fiscal manifestó que dejarán la investigación de los tiroteos a la PGR.

 

Cunde el pánico

La ola de violencia generó miedo y sicosis entre los habitantes de Culiacán y Navolato.

Mensajes de voz y de texto alertando de la supuesta presencia de grupos armados por las calles o que se dirigían hacia una población, o un de un toque de queda, empezaron a circular desde el martes, tras el tiroteo en Villa Juárez.

Junto con los mensajes había imágenes de personas asesinadas supuestamente en Villa Juárez, pero algunas de ellas era de otros enfrentamientos.

Ese día por la tarde, la línea de emergencias 911 recibió 7 mil 375 llamadas reportando supuestos hechos violentos y grupos armados, de los cuales solo 475 resultaron positivas.

Por la noche circularon mensajes de tiroteos en las inmediaciones del estadio de béisbol donde se jugaba la final de la Serie del Caribe entre México y Venezuela y en varios sectores de Culiacán y Navolato.

El inmueble y las inmediaciones estuvieron fuertemente resguardados por elementos de las policías locales y el Ejército.

Mientras la sicosis cundía en los ciudadanos, el gobernador Quirino Ordaz Coppel se encontraba en el estadio de béisbol disfrutando la final de la Serie del Caribe acompañado del Secretario de Agricultura, José Calzada Rovirosa.

Entre los padres de familia empezaron a circular mensajes de que habría tiroteos y decidieron no enviar a sus hijos a clases.

Al siguiente, el miércoles, en por lo menos 148 escuelas de la zona centro del estado no hubo clases y el 40 por ciento de los estudiantes de las preparatorias y facultades de la UAS no acudió a las aulas.

A la sindicatura de Villa Juárez la paralizó el miedo y la sicosis después de los tiroteos.

El miércoles las calles lucían desoladas, los comercios cerrados y las escuelas sin clases. La oficina de la sindicatura estuvo cerrada. El síndico Pedro Rodríguez Nevárez no se presentó a trabajar y los empleados tampoco.

En el poblado tampoco había vigilancia, no se observaron patrullas de policías y tampoco de militares.

“Pensamos que iba amanecer lleno de guachos y marinos”, comentó uno de los habitantes.

En el mercado municipal Benito Juárez, los pasillos estuvieron solos pues la mayoría de los negocios no abrieron.

Locatarios que se animaron a atender sus comercios dijeron que cuando mucho una cuarta parte del mercado estaba funcionando; y ellos posiblemente cerrarían temprano porque no hay clientes y temen nuevas balaceras; en las calles los negocios tampoco abrieron sus puertas.

Los seis jardines de niños, seis primarias, tres secundarias, cuatro preparatorias y una guardería del DIF no tuvieron clases.

Un día después, la sindicatura seguía sin vigilancia. Fue hasta el jueves cuando elementos de la Policía Estatal y Policía Militar empezar con recorridos.

 

 

 

 

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