Histórico descalabro del PRI en el Congreso local

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VÍCTOR GODOY. Afán infructuoso.

Fracasa intento de diputados priistas para blindar cuentas públicas ante llegada de Morena

Desdibujado, con una mirada que no podía disimular su contrariedad, el líder del Grupo Parlamentario del PRI, Víctor Godoy, había fracasado en su misión de sacar adelante la reforma constitucional. La atmósfera entre todos los integrantes de la bancada tricolor era muy cercana a la que se vive en un funeral: desánimo, silencio y rostros desencajados.

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Confiados en que ya habían “planchado” un acuerdo con Morena, los diputados priistas habían hecho números y calculado que alcanzaban los 27 votos que la Ley Orgánica del Congreso del Estado exige cuando se quiere aprobar una reforma constitucional.

Eran 20 legisladores seguros de la bancada del PRI, cuatro que había amarrado con el PAN, uno del PANAL, uno más del PVEM, y dos más acordados con Morena. En total 28 para sacar adelante la autonomía de la Auditoria Superior del Estado (ASE).

No contaban con que Jesús Baltazar Sánchez, el joven coordinador del Grupo Parlamentario de Morena, tenía también sus números para evitar que se aprobara la reforma constitucional que daría autonomía a la ASE y limitaría que su partido hiciera un escrutinio a fondo de la cuentas públicas en la siguiente Legislatura.

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A la hora clave de la votación, el joven boxeador que anduvo de migrante en Estados Unidos, le ganó la partida al empresario y ex alcalde. Solo se obtuvieron 26 votos a favor, uno menos de los necesarios. Morena votó en contra, y con ello rompió el acuerdo previo que había hecho con el PRI de abstenerse, a cambio de no hacer reformas a la Ley Orgánica del Congreso.

Primer acto, martes

Fuentes legislativas revelaron una noche antes que ya se había llegado a un acuerdo entre Morena y el gobernador Quirino Ordaz de no votar las reformas a la Ley Orgánica del Congreso del Estado, pero que a cambio habría luz verde para empujar la autonomía de la ASE.

El rumor entre los diputados se había multiplicado esa noche del martes. La versión era que se incluirían de último momento las reformas constitucionales en la sesión extraordinaria del día siguiente. No había información parlamentaria oficial, ni precisión de cuáles serían los puntos que entrarían.

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“Intentan un madruguete”, había advertido el diputado panista Roberto Cruz. Los diputados integrantes de la Junta de Coordinación Política habían sido citados dos horas antes de iniciar la sesión extraordinaria, para definir la agenda de la sesión.

El entramado legal ya se había preparado. El Congreso del Estado había enviado con anticipación, desde el lunes, los oficios a los 18 municipios, al Ejecutivo Estatal y el Supremo Tribunal de Justicia, para notificar que el miércoles se discutirían diversas reformas constitucionales.

Alrededor de las 10 de la mañana del miércoles, el personal legislativo comunicó oficialmente a los diputados que se había decidido que una hora más tarde, en la sesión extraordinaria, se discutiría la reforma constitucional para dar autonomía a la ASE.

Segundo acto, miércoles

Antes del inicio de la sesión, el líder de la banda del PRI, Víctor Godoy, declaró a reporteros que se había llegado a un consenso con todos los grupos parlamentarios, incluido Morena, que solo se discutiría la reforma constitucional para dotar de autonomía a la ASE, y que el dictamen que implicaba cambios en la Ley Orgánica del Congreso del Estado ya no iba.

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Ya iniciada la sesión, justo antes de iniciar la discusión, el primero en pedir la palabra, desde curul, fue el diputado panista Roberto Cruz para señalar que no procedía la discusión de las reformas constitucionales porque no se había notificado a los otros poderes de la discusión, pero el presidente de la mesa directiva, Víctor Antonio Corrales, mostró los oficios de recibido de las notificaciones.

Para hablar en contra del dictamen, el primero que subió a la tribuna fue el coordinador de la bancada del PAS, Gene Bojórquez. Ahí argumentó que de acuerdo a la Constitución es facultad del Congreso del Estado revisar y fiscalizar la cuenta pública por medio de la Auditoría Superior del Estado, órgano que tiene una autonomía técnica y de gestión, de acuerdo a los artículos 37 y 43.

JESÚS RENDÓN. ‘El acuerdo es con el pueblo’.

“Con estas reformas que se pretenden aprobar podría perderse contrapeso que se tiene desde la Comisión de Fiscalización”, expresó.

Ya en las gradas, un reducido, pero combativo grupo de ciudadanos, lanzaba consignas contra los diputados a favor de las reformas. ¡Traidores a la patria!, ¡No les da vergüenza!, resonaba en la sala de sesiones. Entre los rostros conocidos podía verse a Gabriel Campos y Ernesto Saldaña, a quienes el año pasado se les había impedido el acceso al recinto legislativo. Presente también otra activista, Karla Montero Alatorre, ahora convertida en diputada electa por Encuentro Social, quien transmitía por Facebook live los jaloneos verbales de la sesión.

En contra también habló el panista Roberto Cruz, para hacer hincapié en que la fiscalización no se podía quedar en la opacidad y oscuridad de la ASE, sino que tiene que ser obligatoria y constitucionalmente un tema de los 40 diputados, por ser quienes representan a la ciudadanía.

“No seamos cómplices de PRI de esta arbitrariedad, no consolidemos el PRIAN en esta sesión, se los pido por favor, no hagan eso. No le sirvan de comparsa al PRI”, les pidió a sus compañeros de bancada Tania Morgan, Zenén Xóchihua y Juan Pablo Yamuni.

Y adelantó que escenarios como los que se vivieron cuando los diputados ordenaron auditorías completas a la ASE, ISSSTESIN y Secretaría de Salud ya no podrán repetirse si se le otorga autonomía a la ASE, menos el hecho histórico de rechazar una cuenta pública al gobernador, con una auditora como la actual que tiene su origen en el gobierno de Mario López Valdez.

“No se presten a esta iniciativa, orquestada por Gobierno del Estado”, insistía.

A los discursos en contra se sumó el diputado panista Esteban Alejandro García. Calificó como una falta de respeto que les hubieran comunicado apenas una hora antes de la discusión, mientras que a los otros poderes se les había comunicado desde el lunes. “¿Qué pasó con el aviso a los diputados, que nosotros no valemos en este Congreso o qué?”, recriminó.

Acusó al PRI de haber cometido excesos ilimitados, excesivos y millonarios, y que “debería de haber cientos de personas en la cárcel”.

“Sin pelos en la lengua”, admitió que a veces se politiza la Auditoría por el mal actuar de los legisladores por querer ayudar a alguien. “Nosotros los diputados deberíamos sacar la mano de la Auditoría, pero no de esta manera, sino de una manera ética de no pedirle favores a la Auditora para ayudar a uno y otro de los amigos que tienen irregularidades en las cuentas públicas de sus municipios y dependencias”.

Para ellos, expuso refiriéndose a la bancada del PRI, es muy fácil venir a decirnos échanos la mano, hablarnos de autonomía y mil cosas bonitas, siendo que en la historia ha quedado claro que lo que menos le importa es la democracia ni las cuentas clara en el gobierno.

Para defender el dictamen pidió usar la tribuna la diputada del PRI, Emma Karina Millán Bueno. Apenas empezaba a decir que otros estados como Sonora, Querétaro y Veracruz ya habían dado autonomía a sus Auditorías Superiores, cuando se soltaron los gritos de repudio a su posicionamiento. “Esto no es una ocurrencia, no es un tema electoral”, dijo mientras le gritaban ¡Quiere llorar, quiere llorar!, ¡Fuera, fuera!, haciendo apenas audible su discurso.

Vendría de inmediato la petición del presidente de la Mesa Directiva de tomar la votación.

El secretario Ismael Arias, diputado del PANAL, tuvo dificultades para el conteo de votos, porque algunos diputados apenas hicieron audible el sentido de su sufragio para evitar la rechifla y las acusaciones desde el graderío. ¡No te da vergüenza! ¡Saldrás forrada en billetes!, ¡Corrupto!, gritaban cada vez que un diputado votaba a favor, y aplaudían a los legisladores que votaban en contra. Hubo casos de diputados que no se les escuchó emitir su voto.

El cómputo fue de 24 votos a favor, 12 en contra y 4 abstenciones. No se lograban sumar los 27 votos necesarios para aprobar la reforma constitucional. El asesor de Corrales Burgueño, Luis Fernández, le indicó de inmediato que había confusión en el cómputo. Hacía el señalamiento que había diputados que no estuvieron presentes a la hora de la votación, pero estaban consignados de haber votado. Los votos sumaban 40, pero deberían ser 39, porque el diputado del PRD, Efrén Lerma, estuvo ausente en toda la sesión, por causa no justificada.


Por no reunir las dos terceras partes del número de diputados, los 27 votos… empezaba a señalar al micrófono el presidente de la Mesa Directiva, cuando la diputada priista Karina Millán se levantó de su curul de vicepresidenta para señalarle en corto que había un error en la suma y que había votos de diputados que no habían sido contados. Bastaron unos segundos para que a paso apresurado, el líder de la bancada, Víctor Godoy, subiera a la curul de presidente para dar indicaciones a Rafael Betancourt Gómez, secretario general del Congreso del Estado, quien también se había sumado a la observación que el conteo de votos no estaba claro. El panista Roberto Cruz ya festejaba con los brazos arriba desde su curul que se hubiese rechazado la iniciativa de dar autonomía a la ASE, mientras que en la parte alta de las butacas de la sala de sesiones había euforia por el resultado de la votación.

Víctor Corrales explicó al micrófono que había una solicitud de rectificar los votos y pedía silencio, para dejar en claro el resultado del conteo. ¡No, no, no!, señalaban los activistas molestos desde el graderío.

Desde su curul, el diputado panista Esteban Alejandro García señaló que era irregular que se volviera a levantar la votación, mientras que el líder de la bancada del PRI, Víctor Godoy, se apostó junto a la curul de la diputada expriísta Gloria González Burboa, quien había votado en contra. Del contenido del diálogo, ninguno de los dos diputados quiso declarar más tarde, pero era evidente por la tensión que rodeaba el momento.

Se repetía entonces la votación, con la recomendación de Corrales Burgueño de que quedara muy claro cuál era el sentido de la votación. El panista Roberto Cruz propuso que se usara el micrófono, planteamiento que fue aplaudido por el público.

El primero en votar fue el diputado priista José Santos Aispuro, y cuando el asistente legislativo corría con micrófono en mano para entregarlo al diputado Héctor David Alarid, el diputado del PANAL, Crecenciano Espericueta montó en cólera y a gritos le dijo al asistente legislativo “¡ey, uno lo puede expresar en el curul, no tienes porqué correr.

En la repetición de la votación, los panistas Roberto Cruz, Esteban Alejandro García y Sylvia Treviño ratificaron su voto en contra, lo mismo que los diputados de Morena, Yomahara Valenzuela y Jesús Baltazar Rendón, así como los seis diputados del PAS, y el del PANAL.

El nuevo conteo era de 26 votos a favor y 13 en contra.

El rechazo de la reforma estalló el júbilo en el graderío, en donde entonaban el himno nacional mexicano. El diputado Víctor Godoy hizo su último intento para hacer alguna observación al presidente de la Mesa Directiva, pero antes de que pudiera hacer comentario alguno, Víctor Antonio Corrales dio el campanazo y cerró la discusión y votación del dictamen.

“¡Muera el PRI, muera el PRI!”, gritaban en el graderío.

Tercer acto, reforma frustrada
Pasada la votación, el diputado del PANAL, Crecenciano Espericueta, evidentemente contrariado, manifestaba en corto que lo que más le molestaba no era el rechazo del dictamen, sino que se hubiesen echado para atrás los diputados de Morena, cuando ya había un acuerdo. Y que “ese”, refiriéndose a su compañero de bancada, el diputado Ismael Arias, haya también votado en contra.

“¡Nos falló!”, le reclamó el priista Víctor Godoy a la diputada panista Sylvia Treviño, a lo que ésta le respondió: “A mí nadie me pidió mi voto”.

“Solo usé las matemáticas. Al final de cuentas yo tengo un acuerdo con el pueblo, no con el PRI, con el PAN o ningún otro partido político”, expresó el coordinador de Morena, Jesús Baltazar Rendón.

—¿Teme la revancha? , le preguntaron los reporteros.
—Yo creo que a nadie le conviene la revancha, pero si es así vamos a estar preparados.

—¿Morena tiene el sartén por el mango?
—En este momento sí, gracias a Dios y al pueblo, que así lo decidió. Tenemos mayoría en todos los congresos, en el Congreso de la Unión, y aquí no es la excepción.

Artículo publicado el 9 de septiembre de 2018 en la edición 815 del semanario Ríodoce

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