La contienda electoral por la silla presidencial, por primera vez en la historia de México, será entre dos mujeres; todas las encuestas colocan con un amplio margen a la cabeza a Sheinbaum, la candidata oficial, pero las campañas apenas inician

Sin muchos cambios en las encuestas, que en su mayoría dan una amplia ventaja a Claudia Sheinbaum sobre Xóchitl Gálvez, y en medio de un clima de violencia, el pasado viernes iniciaron las campañas electorales, en las que, de no cambiar las tendencias, por primera ocasión en la historia de México se elegirá a una presidenta de la república.

En la encuesta más reciente de El Financiero, publicada el 1 de marzo, la abanderada de la coalición Sigamos Haciendo Historia (Morena, Partido Verde Ecologista de México y PT) obtuvo una ventaja del 50 por ciento en la intención del voto, mientras que Xóchitl Gálvez, de Fuerza y Corazón por México (PRI, PAN y PRD), el 33 por ciento. Es decir que Sheinbaum supera a su más cercana oponente con el 17 por ciento de las preferencias.

A Jorge Álvarez Máynez, aspirante de Movimiento Ciudadano, quien fue elegido luego que Samuel García, gobernador de Nuevo León, abandonara la contienda apenas 10 días después de haberla iniciado, el 8 por ciento de las mil personas entrevistadas vía telefónica de los 32 estados del país, dijeron que si ese día fueran las elecciones votarían por él, y el 9 por ciento restante no declaró preferencia.

En la encuesta de febrero, Sheinbaum logró un incremento de 2 puntos porcentuales en la intención del voto, con respecto a la aplicada en enero, mientras que Xóchitl, un 1 por ciento. El porcentaje de la abanderada de Fuerza y Corazón por México es el más alto desde octubre pasado, cuando se realizó la primera encuesta, y en la que obtuvo el 28 por ciento de las preferencias.

Por regiones, la métrica señala que Sheinbaum está mejor posicionada en el sur del país (Campeche, Chiapas, Guerrero, Tabasco, Oaxaca, Quintana Roo, Veracruz y Yucatán), donde supera con 29 puntos a Gálvez, mientras que en centro-occidente (Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit y Querétaro), la ventaja es de apenas 4 puntos. En el centro (CdMx, Hidalgo, Edomex, Morelos, Puebla y Tlaxcala) y en el norte (Baja California, BCS, Coahuila, Chihuahua, Durango, Nuevo León, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas y Zacatecas) las ventajas alcanzan 13 y 18 puntos, respectivamente.

Otra encuesta de Mitofsky, realizada en febrero para El Economista, da a la candidata oficial el 61.1 por ciento de las preferencias, a Gálvez el 32.9 y el 6 por ciento a Álvarez Máynez, mientras la de MetricsMx, 61 por ciento a Sheinbaum; 20 por ciento a Gálvez y 4.4 al candidato de MC.

El Universal reveló el martes 26 de febrero una encuesta realizada por Buendía & Márquez a través de un sondeo nacional en vivienda, cara a cara, en la que la intención de voto efectiva se inclinó 59 por ciento hacia la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México y el 36 por ciento por Gálvez.

La encuestadora Áltica, le da a Sheinbaum el 51 por ciento de las preferencias y a Xóchitl el 35. Berumen en cambio obtuvo para las aspirantes el 54 y 27 por ciento, respectivamente.

Las cifras de las diferentes encuestadoras aun cuando difieren en porcentajes, confirman una clara ventaja a favor de Sheinbaum sobre su principal oponente.

El efecto AMLO

Especialistas señalan que el principal capital de Sheinbaum para llegar a la silla presidencial, es el presidente Andrés Manuel López Obrador. Un estudio de Banamex publicado en enero, mostró que los mexicanos asocian la idea de cambio al presidente, al movimiento de Cuarta Transformación y a la exjefa de gobierno de la Ciudad de México, a quien consideran “buena gobernante” pero “autoritaria”.

Otro factor que podría incidir en el voto, es la percepción negativa de que los partidos tradicionales como el PRI y PAN vuelvan a gobernar el país.

“Sólo Morena y MC han mejorado su imagen en los últimos años y la identidad partidista se ubica en bajos históricos en el país, sobre todo para los partidos tradicionales. La imagen del PRI y PAN está dominada por asociaciones con malas prácticas de gobierno. En contraste, Morena es percibido como un partido que defiende las aspiraciones de los mexicanos; el único atributo negativo con que lo relacionan más que a los otros partidos es el autoritarismo”, señala Banamex en el informe.

“En consecuencia”, señaló el reporte, “no sorprende que 68 por ciento de los encuestados considere que, si la coalición PAN-PRI-PRD ganara la próxima elección presidencial, la corrupción regresaría mucho o algo. Sólo 19 por ciento consideran que eso no ocurriría”.

Los programas sociales del gobierno federal también son bien recibidos por los mexicanos, quienes consideran que un regreso de los partidos de oposición, pudiera llevar a su desaparición.

Una encuesta de SIMO para Grupo Expansión realizada en febrero, mostró que el 62 por ciento de los mil entrevistados está a favor de que siga gobernando Morena, y de ellos el 40 por ciento lo fundamenta en la entrega de programas sociales y apoyos, 20 por ciento porque gobierna bien, 9 por ciento por apoyar a AMLO y 7 por ciento para que no regrese el PRI y PAN, y sólo el 3 por ciento dijo que porque cree en Sheinbaum.

La relación entre la aceptación de los programas sociales del actual gobierno, principalmente la pensión de adultos mayores y Jóvenes Construyendo el Futuro, podría tener relación directa también con la intención del voto a favor de Sheinbaum, ya que de acuerdo al estudio de Banamex “la morenista domina la intención de voto entre todos los segmentos demográficos, pero sí se advierte que… a Sheinbaum la prefieren los adultos mayores y la población de menor ingreso”.

La apuesta de Morena, el ‘carro completo’

En los comicios del próximo 2 de junio, también se elegirán 128 senadores, 500 diputados federales, nueve gobernadores, 1 mil 098 diputados locales, 1 mil 808 alcaldes y sus respectivos regidores.

Con la renovación del Congreso de la Unión, congresos locales y alcaldías, Morena le apuesta a obtener el ‘carro completo’, al llevar aspirantes en coalición y en solitario con otros partidos aliados como el caso de Sinaloa, donde Morena postuló como candidatos al Senado a la fórmula integrada por Imelda Castro y Enrique Inzunza, exsecretario de gobierno, mientras que el Partido Verde, al expriista Jesús Valdés Palazuelos, quien en un evento de Sheinbaum en Culiacán en septiembre pasado, se sumó al Movimiento de Regeneración Nacional, y el PT al exalcalde de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro.

Aún cuando el PT es un partido aliado de Morena, Estrada Ferreiro dijo que “no será comparsa de nadie” y el viernes inició su campaña con una caravana que concluyó en el Centro de Justicia Penal, en la que protestó contra el gobernador morenista Rubén Rocha Moya y el candidato al senado en la segunda posición Enrique Inzunza, a quienes acusa de “persecución política”.

Con los diversos frentes de Morena y aliados, en el caso de Sinaloa se buscaría restar votos a sus más cercanos competidores al Senado por Fuerza y Corazón por México: la priista Paloma Sánchez y el panista Eduardo Ortiz, quienes además de los votos de su militancia, sumarán los del Partido Sinaloense, cuyo fundador y presidente moral, Héctor Melesio Cuen Ojeda, fue incluido en la quinta posición como candidato pluri a diputado federal.

Campañas en medio del fuego y la sangre

Una de las preguntas de la encuesta de El Financiero, mostró que el crimen y la inseguridad son los temas que el electorado ve como lo más urgente que deberá resolver el próximo gobierno, con 48 por ciento de menciones, seguido por economía y empleo, con 33 por ciento, pero en el discurso de Sheinbaum, dichos temas no están presentes.

La abanderada de Morena, Partido Verde y PT ha tomado como bandera el lema “Que siga la transformación”, es decir mantener las políticas públicas del gobierno de López Obrador, quien se ha negado a modificar la estrategia de seguridad, conocida como “Abrazos no balazos”, pese a que su gobierno es el que registra el mayor número de homicidios de las últimas cuatro administraciones.

De acuerdo a estadísticas de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana hasta febrero en el país se han cometido 174 mil 891 asesinatos, 17 mil 733 más que en el gobierno de Enrique Peña Nieto y 53 mil 278 más que en la administración de Felipe Calderón, durante la llamada “Guerra contra el narcotráfico”.

El proceso electoral actual, también es uno de los más violentos contra políticos y aspirantes. De acuerdo a la organización Data Cívica, en los dos primeros meses del año, han sido asesinadas 33 candidatos y personas ligadas al mundo de la política.

Los discursos y las propuestas

Pese a que los crímenes e inseguridad es lo que más preocupa a la ciudadanía, en el inicio de campaña el pasado viernes en el zócalo de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum no los abordó.

En el “Proyecto de Nación”, integrado por 100 compromisos en materia de salud, educación, economía, pobreza, la morenista no mencionó algún cambio en la estrategia actual de seguridad, y al contrario dijo que se profundizará en los logros alcanzados y en el fortalecimiento de otros rubros, como la ampliación de capacidades de la Guardia Nacional como primer respondiente, rescate de los jóvenes de la delincuencia, entre otros.

“No es una cuestión de mano dura, de guerras o autoritarismos. Que no se olvide que los homicidios se incrementaron con la guerra contra el narco de Felipe Calderón”, dijo.

“La transformación pacífica y democrática que hemos alcanzado es una verdadera hazaña, es un cambio verdadero, sustentado en principios de honestidad, amor al pueblo y amor a la patria”.

Entre los puntos más novedosos de sus propuestas está la creación de una iniciativa para evitar la reelección en todos los cargos de elección popular, gratuidad en la educación superior, construcción de viviendas de interés social a cargo del Infonavit, entre otros.

Contrario al discurso oficialista de Sheinbaum, Xóchitl Gálvez, quien arrancó su campaña en Fresnillo, Zacatecas, uno de los municipios más violentos del país, donde realizó una caminata por la paz, señaló que el actual gobierno es uno de los más violentos y criticó que la candidata oficial asegure que México está mejor que nunca.

Aseguró que una vez que llegue a la presidencia pondrá en marcha un programa de seguridad, que “sepa aplicar la fuerza pública” a través de cinco acciones: que el Ejército deje de hacer tareas civiles y defienda a la ciudadanía, duplicar el número de elementos de la Guardia Nacional para que regrese a su función primordial que es investigar y perseguir a la delincuencia en las ciudades más afectadas por la violencia, fortalecer los gobiernos estatales con recursos y “mejor tecnología” para enfrentar a los criminales, apoyar a las Policías Municipales devolviendo los fondos federales “para que tengan recursos para prevenir el delito” y cuidar a los policías y brindarles seguridad social, con un salario digno.

Artículo publicado el 03 de marzo de 2024 en la edición 1101 del semanario Ríodoce.