Suman 4 ex agentes preventivos de Ahome procesados por un caso de desaparición forzada
Durante ocho años, la pareja de ex policías preventivos de Ahome, Silvia Abigail P. J. y Álvaro Ricardo M. G. el Flaco evadieron la justicia de Sinaloa andando a salto de mata, pero el lunes 4 de diciembre, su suerte cambio en calles de Ciudad Obregón, Sonora.
Ese día, intentaron pasar un reten policial, pero fueron detenidos. Cuando les tocó el turno de chequear sus nombres, los policías supieron que tenían una orden de aprehensión por dos delitos cometidos en Los Mochis: desaparición forzada de personas agravada y robo de vehículo.
Lo demás fue historia de procedimiento: los agentes investigadores de Sonora contactaron a los de Sinaloa y les comunicaron el arresto. Aquellos se trasladaron al vecino estado, se tomaron la foto de la captura exitosa y lo publicaron en sus redes institucionales.
Aquello abría el proceso penal de uno de los casos más sórdidos de la corporación en tiempos en que los gobernantes se asumían pulcros. Era el sexenio del terror y en donde la población acusaba que la policía municipal en manos de policías ministeriales conformó escuadrones de la muerte, en alianzas con cárteles de la droga.
La noche del jueves 7 de diciembre, el Flaco y su mujer, Silvia Abigail quedaron en prisión preventiva, pero su abogado, Luis Enrique Vega Blanco, había logrado la ampliación del término para que el juez de control, Paúl Pelayo Salazar dictara el auto de vinculación a proceso en el caso 43/2016 por desaparición forzada de persona agravada y robo de vehículo. El veredicto se dictará el lunes 11 de diciembre a las 12:00 horas.
Se trata de esclarecer la participación policial en el secuestro de los jóvenes gitanos Alfredo Elías Marín Bastos, David Mendoza Marín y de Maga Marín Yan, ocurridas el 21 de julio del 2015 al filo de las 17:00 horas en la esquina de Gladiolas y Tlaxcala, en el fraccionamiento Jardines de Zacatecas.
Entonces, los tres muchachos con acento español habían llegado a una vivienda y por segunda ocasión intentaban comprar una vagoneta, pero el casero se asustó y pidió a su familia llamara a la policía. Y mientras la policía llegaba al lugar, los gitanos abordaron su vehículo, una Vagoneta Chevrolet, Astro, color café y se retiraron.
Estos más tarde fueron interceptados, y tras unas dos horas de interrogatorios, los entregaron a los ocupantes de un auto Nissan, Versa, color blanco que llegó al crucero.
Tres años después, los cuerpos de los muchachos fueron exhumados de dos fosas clandestinas. El 8 de agosto del 2018 se extrajo de un predio arenoso, arbolado, ubicado entre El Guachapori y El Bule, en la sindicatura Higuera de Zaragoza, en Ahome, los restos óseos de un hombre; y el 25 de agosto de ese mismo año, en búsqueda federal, las osamentas de un hombre y una mujer. Las pruebas genéticas revelaron que eran los gitanos.
El miércoles 6 de diciembre del 2023, la audiencia inicial fue cancelada, y se celebró este jueves 7 de diciembre. En ella participó la plana mayor de la Vicefiscalía Regional de Justicia. El equipo de acusación lo conformó el vicefiscal, Isaac Aguayo Rocha, el director de carpetas, Juan Pedro Cota Armenta, la jefa de litigación oral, Consuelo Sarmiento, y el auxiliar especializado en homicidios dolosos, Manuel de Jesús Meza Valenzuela, que se enfrentaron al defensor, Luis Enrique Vega Blanco.
En la solicitud de vinculación a proceso, los fiscales detallaron la forma en que se cometió la desaparición forzada agravada y la participación de la pareja de expolicías e incluso revelaron la forma en que el comando policial burlaba los controles internos para desvanecer la participación de los elementos y protegerlos de toda pesquisa.
En los actos, acreditaron que el director de la policía de entonces, Gerardo Amarillas Gastélum, ejecutado de 38 balazos en 3 de julio del 2028 en el interior de un restaurante de mariscos en Los Mochis, mintió deliberadamente en cuatro ocasiones, negando que sus muchachos hubiesen actuado en el caso. Sin embargo, las huellas electrónicas terminaron por desmentirlo y acreditaron que usaban claves de personal ajeno a Plataforma México, y posteriormente, testigos ubicaron a los patrulleros, y otros agentes dieron los nombres de al menos seis policías que llegaron al sitio del encajonamiento de la vagoneta de los gitanos y asistieron en la entrega de estos a los desconocidos del compacto de color blanco.
Pese a la protección de Gerardo Amarillas a sus subordinados, la fiscalía llamó a comparecer a la pareja de policías el 2 de marzo del 2016, haciéndoles ver los hechos en que participaron. Entonces, acompañados de su abogado, se reservaron el derecho de declarar. Semanas después, estos desertaron y anduvieron a salto de mata, hasta el miércoles, cuando los atraparon en el retén de Sonora.
“El Flaco” y su mujer, Silvia Abigail, no son los únicos ex policías procesados por el caso de los gitanos, pues por cuerda separada, la Fiscalía General de la República mantiene presos desde diciembre del 2021 al entonces jefe de operativo, Aarón Piña Inzunza y a Fausto Soto Zambrano, también implicados en los hechos.
Artículo publicado el 10 de diciembre de 2023 en la edición 1089 del semanario Ríodoce.