La situación económica está cada vez peor para Iván (Armando Espitia). Como encargado de la limpieza en un restaurante, a pesar de ser chef, no le alcanza para sus gastos ni los que genera su hijo, a quien ve ocasionalmente, cuando la madre (Michelle González) lo permite, por eso accede a la invitación de su amiga Sandra (Michelle Rodríguez), de “cruzar” a los Estados Unidos. Aunado a lo difícil que le es dejar a su niño y que no tiene papeles para estar legalmente en aquel país, a Iván se le complica migrar, porque recientemente comenzó un noviazgo con Gerardo (Christian Vázquez) y no quiere terminar con él.
Aunque en Te llevo conmigo (I Carry You with Me) hay varios temas sobre la mesa y muy bien desarrollados (relación padre hijo, migración, asumir la identidad personal, amistad, rechazo a la homosexualidad, falta de empleo para quienes terminan una carrera), la cinta coproducida por México y Estados Unidos en 2020 es, más que nada, una historia de amor, pero de ese especial, único, verdadero, honesto, trascendental, poco frecuente y, ahora sí que, como sacado de una película.
Los personajes implicados logran una conexión auténtica e instantánea, que los lleva a no querer separase jamás, a construir una vida juntos, a pesar de la existencia de un hijo, de las habladurías de la gente, de los riesgos de asumir una identidad no aceptada, de la distancia, de lo complicado de abrirse camino en un país ajeno, sin documentos, sin hablar el idioma, de la soledad, y de extrañar el lugar de donde se proviene y a la gente que se queda en él.
La cinta dirigida por Heidi Ewing y escrita por ella misma junto a Alan Page, basados en la historia real de Iván García y Gerardo Zavaleta, dos mexicanos que viven en Nueva York, tiene el atractivo de jugar hábilmente con tres tiempos: la historia se cuenta a partir de situaciones de la niñez, la juventud y el presente de los personajes, quienes por muchos años han compartido su vida y su trabajo. Toda esa información es el resultado del trato que la realizadora ha tenido por siete años con los protagonistas reales.
En esa trama, que se disfruta más por su excelente música, intervienen dos actores que de manera magistral, natural y creíble interpretan a Iván y Gerardo; la soltura para desarrollar los papeles de dos jóvenes que se conocen en una fiesta, empatizan desde esas primeras miradas cómplices y se atreven a unirse sentimentalmente, así uno de ellos asuma que tendrán un noviazgo difícil, es impresionante.
La película disponible en Prime Video, que ganó el NEXT Innovator y el Audience Awards en Sundance y cuenta con un interesante y frustrante final, destaca también por llegar a (o cruzar un poco) los límites del documental y lograr una mezcla funcional con la ficción, lo cual dota a la historia de una impactante credibilidad y provoca una conexión inmediata con el espectador, quien termina rendido sí o sí a los pies de una situación agridulce: por un lado, que bueno que después de tanto luchar se consiga el trabajo deseado, en un contexto extranjero; pero, por otro, no se puede evitar el lamento, porque el éxito no pueda ser completo o rodeado de todas las personas significativas. Véala… bajo su propia responsabilidad, como siempre.
Artículo publicado el 22 de octubre de 2023 en la edición 1082 del semanario Ríodoce.
