Captura en alta mar: fracasos, hostigamiento… y muerte

PESCADORES RIBEREÑOS. Frustración y muerte.

El camarón emigra, los ribereños lo siguen

Lo gritaron fuerte y quedito, pero nadie los escuchó, y la historia se repitió: el gobierno volvió a tomar las mismas medidas de años atrás, desde el escritorio, retardar el fin de la veda al camarón, por lo que la consecuencia para los pescadores ribereños del océano Pacífico es la misma: fracasos, hostigamiento y muerte.

“Se los dijimos muchas veces: que, para septiembre, el camarón ya estaría en aguas oceánicas, que eso provocaría la invasión de zonas, y con ello, el hostigamiento, la persecución de los pescadores por los marinos, y que eso traería muerte. Esa historia se ha repetido en los litorales de Sinaloa durante muchos años, y ahora no es la excepción, pero el Gobierno se empeña en tomar malas decisiones, y ahora, hay indignación en el gremio. Eso es peligroso”, concluye José Alfonso Chaparro Bojórquez, líder de la Federación de Pescadores Ribereños Siglo XXI, que ya lleva una década enfrentado con las políticas públicas pesqueras, sin lograr vencer del todo la cerrazón, el centralismo, pero más que nada… la complicidad de los funcionarios con armadores o con los hombres de negocios. En este y gobiernos anteriores, es la misma pinta, la misma traza.

Para el líder pesquero, por condiciones naturales, de medio ambiente y el desarrollo del crustáceo, el camarón tiende a salir a aguas profundas a partir del 30 de agosto. Es en esa zona en donde la pesca del crustáceo está concesionada a la flota mayor, a los armadores, mientras que, dentro de las bahías, el permiso es para los ribereños, aunque miles de pescadores libres se lanzan al mar, así como los patrocinados por la delincuencia organizada, afectando a los cooperativistas.

De acuerdo con los números de la federación, unos 3 mil pescadores de la zona norte de Sinaloa se lanzaron el lunes 18 de septiembre a la captura de camarón en cuanto la veda terminó.

En las bahías, desde Bacorehuis en Ahome, hasta Chinitos, Angostura, los pescadores, lograron capturas de diez a 120 kilos de camarón por panga, dependiendo el modelo de pesca adoptado y el lugar.
Así, en Topolobampo, un grupo que usó churupera, que es una red de arrastre, logró pescar 120 de camarón, mientras otros hombres que usaron el chinchorro en Bacorehuis consiguieron diez kilos.
En el Colorado y Santa María, las capturas promedio son de 20 kilos.

La disparidad en los volúmenes se debe a la profundidad de la bahía y al desarrollo del camarón, pero principalmente a que la especie ya no está en las zonas de desarrollo, sino en el mar abierto, porque desde el 31 de agosto inició la migración.

Las tallas también juegan un papel importante, pues mientras que en Topolobampo es de mediana a regular, en el Colorado, Santa María y Angostura, es chica. Allá se preparan a una autoveda.

Los tipos de crustáceos son también otro problema pues en altamar ya está el café y el azul, que tienen mayor precio, y en las bahías no.

Para Chaparro Bojórquez, la voz de la experiencia le dicta que la tendencia es hacia el fracaso económico en esta temporada, porque cada vez más cooperativas estarán perdiendo los financiamientos a futuro dadas las bajas capturas que impiden cumplir los compromisos crediticios de adquisición de motores, redes y combustible.

“En el peor de los casos, los pescadores terminarán con deudas con particulares, pues el 95 por ciento del esfuerzo pesquero recurrió a esos créditos amortizables con producto”, dijo.

Y esa práctica aumentó con los últimos años porque en este tiempo, el gobierno federal eliminó todos los subsidios, incluso el más importante al arranque: la gasolina.

Y justo cuando se esperaba, la apertura de la temporada en altamar, pescadores desesperados por los volúmenes raquíticos y las tallas bajas, comenzaron a incursionar en mar abierto, mientras las patrullas de inspectores de pesca y de marinos se lanzaban contra ellos para contener la invasión.

En esa persecución, murió Natanael Álvarez Cota, de 30 años de edad, residente del Campo Nuevo, en Las Lajitas, bahía de Huatabampo.

En un comunicado de la Octava Zona Naval, la Marina reconoció el deceso del pescador en una colisión con la unidad interceptora derivada de una persecución que inició por la invasión de zonas de pesca.

Tras el choque, uno de los pescadores fue impactado y murió en el lugar, mientras que dos fueron arrojados al mar. De estos, uno fue rescatado y el otro nadó a la costa; iniciándose el remolque de la embarcación siniestrada.

La marina dice en su comunicado que, durante la travesía, unas 30 embarcaciones de pescadores iniciaron actividad hostil, por lo que detuvieron el remolque y liberaron amarras para poner rumbo a la guarnición naval y denunciar los hechos.

Los pescadores y deudos, protestaron exigiendo justicia en la sede de la Fiscalía General de la República en Los Mochis y posteriormente en la Administración Portuaria Nacional ASIPONA Topolobampo.

Artículo publicado el 24 de septiembre de 2023 en la edición 1078 del semanario Ríodoce.

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