Los niños de hoy tienen unos hábitos completamente distintos a los que se tenían hace un par de décadas. Los videojuegos, computadoras, pantallas, tabletas, celulares e internet han dejado de lado los juegos en el parque o fuera de casa. ¿Sabía que jugar más al aire libre les puede ayudar a disminuir las posibilidades de padecer miopía?
Diversas investigaciones apoyan esta teoría de la necesidad de que los niños jueguen al aire libre. El estudio sobre miopía infantil realizado en la Universidad Estatal de Ohio reveló que un 60 por ciento de los niños hijos de padres miopes terminarán desarrollando esta patología a no ser que realicen al menos cinco horas de juegos y actividad al aire libre a la semana. Si consigue que sus hijos aumenten a dos horas diarias su estancia fuera de casa, el riesgo se reduce hasta un 20 por ciento.
En España también se han realizado investigaciones al respecto. En este país, el 73 por ciento de los niños pasa menos de cinco horas diarias al aire libre, y de estos, cuatro de cada 10 son miopes. Por estos datos, la relación entre miopía con la ausencia de actividad al aire libre del niño es evidente.
Está claro que hay numerosos factores, incluidos los genéticos, sobre los que no podemos influir y que aumentan las posibilidades de los niños de desarrollar miopía. Sin embargo, también hay otros que podemos controlar y que pueden ayudar a que los niños no acaben siendo miopes.
Entre los 8 y los 12 años de edad, se pueden encontrar casos en que la miopía está desarrollándose a una velocidad excesiva. Es importante saber que la miopía severa es un problema de salud importante porque además de producir discapacidad visual, está también relacionada con un mayor riesgo de desprendimiento de retina, maculopatías y glaucoma.
Artículo publicado el 25 de junio de 2023 en la edición 1065 del semanario Ríodoce.