Los caminos de las Sabuesos Guerreras son de abrojos con consignas raídas por el uso. Deshilachadas por el grito en vano. Pero ahí están…

En el atrio de Catedral reviven una estampa gastada pa’ la indiferencia. Con consignas que dicen nada pa’l oído omiso. Pero cargada de dolor.

Mujeres que cargan el peso de su cruz, muriendo cada día. Cada instante, con la edad de sus desaparecidos estancada en la imagen mil veces reproducida.

Lanzan su grito al aire a la espera de hacer conciencia. Conciencia entre quienes ven con indiferencia una marcha que paraliza el tráfico y trastoca el fragor de una festividad de la que no forman parte.

“¿Por qué los buscamos… porque los amamos… Hijo, escucha, tu madre está en la lucha…” se escucha.

El de las buscadoras ya es un camino transitado. De Catedral a la Fiscalía General del Estado. Con sus consignas que se escuchan con indiferencia, en el trajinar de una ciudad que se apresta a la celebración del 10 de mayo.

“…de norte a sur… de este a oeste…” se escucha.

En su traslado a la fiscalía se maceran al sol. Indiferentes al caos vehicular que provoca su dolor.

Los desaparecidos marchan impresos en la lona inerte, en un despliegue de consignas escritas a brocha gorda exigiendo su aparición.

“Javier Ernesto Vélez Pulido tiene derecho a ser buscado y yo, a la verdad…” se desgañita una buscadora frente a la Fiscalía General del Estado.

Al exterior del edificio una red tejida semeja la sangre derramada en Sinaloa y unas cruces, a las desapariciones.

“Para qué sirve el gobierno, para qué sirve la fiscalía, si mueren las personas día a día y nada hacen…” se escucha entre entre el “mar de sangre”.

Ahí están Javier Alberto, Hugo, Ricardo y Luis Alfonso, sus rostros expuestos en capilla ardiente, cocinándose a fuego lento de la desidia y la impunidad.

Ahí están los mismos exigiendo justicia para sus desaparecidos. Buscando justicia en un “circuito de la impunidad”.

María Isabel Cruz Bernal ahí está de nuevo. En la estampa repetida en la que se ha convertido la exigencia de justicia de las buscadoras.

Servidores públicos, servicios forenses, gobernador, comisiones de búsqueda, fiscalías generales, hasta el presidente, son objeto de reproche.

“…son parte de los circuitos de la impunidad, y exigimos castigo para ellos y ellas”, demanda la dirigente del colectivo.

Ahí está la manifestación frente a la Fiscalía General del Estado. Una manifestación aislada del común de la gente, con consignas raídas por el uso. A la espera del ritual oficial de la fiscalía…

“Nos van a dar atole con el dedo, pero vénganse…” llama la pariente de Hugo.